(CNA/InfoCatólica) Durante milenios, las artes han servido de medio a través del cual la humanidad puede ilustrar los contornos de la experiencia humana. Las artes tienen un papel tan importante en la historia de la Iglesia que San Juan Pablo II incluso publicó una carta en 1999 detallando la importancia que los artistas tienen a los ojos de Dios.
Teniendo esto en cuenta, Montse Alvarado, de EWTN Noticias a Fondo, habló recientemente con Stephen Auth, autor de un nuevo libro, «Peregrinación al museo: La búsqueda de Dios por el hombre a través del arte y el tiempo» (Sophia Institute Press, 2022) sobre esta misma cualidad.
Auth explicó cómo el arte aumenta el viaje a la santidad y ocupó un lugar destacado en su propio camino de vuelta a la fe católica.
«Creo que una de las cosas que hace que el libro sea atractivo para la gente es que está escrito por un vaso roto», dijo Auth. «Crecí como monaguillo en una familia muy católica, pero cuando terminé la universidad en Princeton, era como mucho un agnóstico indiferente».
Auth dijo que su viaje de vuelta a la fe comenzó a tomar forma lentamente a través de su matrimonio con su esposa, que era una católica devota. Sin embargo, ese viaje dio su mayor salto adelante cuando tuvo una experiencia cercana a la muerte.
«Un sacerdote vino a darme la extremaunción y a confesarme por primera vez en 25 años. Cuando terminamos, me dijo: “Steve, tienes mucho talento y tu gran problema ahora mismo es que lo has estado utilizando para ti mismo y no para Dios” ... y decidí que, si sobrevivía, iba a utilizar mi talento para Dios».
Esta promesa llevó a Auth a su labor misionera en las calles de Nueva York y a esta segunda misión de llevar a la gente por el Museo Metropolitano de Arte, en línea con su formación en historia del arte.
Fue en medio de esta segunda misión cuando Auth se inspiró para presentar a los espectadores una visión del arte más centrada en Dios, en contraposición a una puramente basada en el punto de vista de un historiador del arte clásico que «higieniza» los cuadros cuando se toman de forma aislada.
«Es un buen punto de partida, pero hay que incluir a Dios en la conversación. Decidimos contemplar el arte desde la perspectiva de la presencia de Dios, la imagen de la belleza que pone en nuestra alma, la imagen de sí mismo, y rehicimos todo el recorrido, que se convirtió en una peregrinación».
Además, aunque a algunos les sorprenda saber que Auth eligió arte que no es necesariamente religioso, en última instancia lo ve como una forma de que la gente aprecie cómo la humanidad siempre está buscando a Dios, incluso cuando no nos damos cuenta. Esta visión, según la experiencia de Auth, es algo que sale a la luz gradualmente para los participantes de la peregrinación.
«Al principio, desconfían un poco. Pero a medida que empiezan a recorrerlo y ven que estos temas [artísticos] se repiten a lo largo de miles de años, con diferentes artistas, en diferentes periodos de tiempo... empiezan a decir: “Un momento, hay algo más grande en juego”».
En cuanto a la forma en que su obra se ajusta a la rica tradición artística de la Iglesia, Auth afirma que también se pueden apreciar esos patrones artísticos en el arte religioso.
«Siempre he pensado que las iglesias se construyeron para mostrar el milagro de la Misa. Aquí es donde Dios viene a nosotros a través de la Eucaristía; y toda la belleza de las iglesias y las pinturas fueron diseñadas para ayudarnos a entender que esto es Dios, esta es la belleza de Dios».
