(Ecclesia/InfoCatólica) El Santo Padre ha recordado como «el tiempo es un criterio fundamental para reconocer la voz de Dios en medio de otras muchas voces. Solo Él es Señor del tiempo: esto es una marca de garantía de su originalidad, que lo diferencia de las imitaciones que hablan en su nombre sin lograrlo».
«La vida espiritual es circular: la bondad de una elección es beneficiosa para todos los ámbitos de nuestra vida. Porque es participación en la creatividad de Dios», ha dicho Francisco al principio de su catequesis. Entre los aspectos que ayudan a leer el tiempo sucesivo a la decisión «como posible confirmación de su bondad» está ver «si la decisión es considerada como un posible signo de respuesta al amor y a la generosidad que el Señor tiene hacia mí»:
«No nace del miedo, de un chantaje afectivo o de una obligación, sino de la gratitud por el bien recibido, que mueve el corazón a vivir con liberalidad la relación con el Señor».
«Otro elemento importante es la conciencia de sentirse en el propio lugar, en la vida, y parte de un diseño más grande, al que se desea ofrecer la propia contribución», ha aseverado el Papa.
Francisco ha puesto como ejemplo dos puntos precisos de la plaza de San Pedro desde donde se ven las columnas de Bernini perfectamente alineadas:
«De forma análoga, el hombre puede reconocer haber encontrado lo que está buscando, su jornada se vuelve más ordenada, advierte una creciente integración entre sus múltiples intereses, establece una correcta jerarquía de importancia y logra vivir todo con facilidad, afrontando con renovada energía y fuerza de ánimo las dificultades que se presentan».
«Otro signo de confirmación – según el Santo Padre – es el hecho de permanecer libres respecto a lo decidido, dispuestos a volver a cuestionarlo, también a renunciar frente a posibles desmentidos, tratando de encontrar en ellos una posible enseñanza del Señor. Esto no porque Él quiera privarnos de los que más queremos, sino para vivirlo con libertad, sin apego. Solo Dios sabe qué es verdaderamente bueno para nosotros. Ser posesivo es enemigo del bien y mata el afecto».
Violencia en el hogar
Francisco ha advertido además como «los muchos casos de violencia en ámbito doméstico, de los que lamentablemente tenemos noticias frecuentes, nacen casi siempre de la pretensión de poseer el afecto del otro, de la búsqueda de una seguridad absoluta que mata la libertad y sofoca la vida, haciéndola un infierno».
Al finalizar la catequesis, el Papa ha subrayado que «lo que cuenta es que nuestra confianza esté puesta en el Señor del universo, que nos ama inmensamente y sabe que podemos construir con Él algo maravilloso, eterno. Las vidas de los santos nos lo muestran de la forma más hermosa».
