El Papa suprime la Fundación Populorum Progressio y crea un fondo con el mismo nombre que controlará el CELAM

Fue creada por San Pablo VI en 1969

El Papa suprime la Fundación Populorum Progressio y crea un fondo con el mismo nombre que controlará el CELAM

Mediante un rescripto publicado hoy, el papa Francisco ha suprimido la Fundación «Populorum Progressio» y ha creado un fondo con el mismo nombre que dependerá del CELAM.

(Vatican.news/InfoCatólica) Para «promover una mayor vinculación con las Iglesias locales» y hacer más efectivos los programas de desarrollo integral en las comunidades indígenas y afrodescendientes más olvidadas y pobres de América Latina, el Papa Francisco con un Rescripto vigente desde hoy – con su publicación en L'Osservatore Romano y en el comentario oficial del Acta Apostolicae Sedis – ha ordenado la supresión de la Fundación Populorum Progressio, dentro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y la creación de un fondo con el mismo nombre, confiándolo al CELAM, el Consejo Episcopal Latinoamericano. El Pontífice explicó sus motivaciones en su discurso a los miembros del consejo de administración de la Fundación a quienes recibió hoy en audiencia.

«Con el deseo de que la ayuda al desarrollo de los proyectos siga siendo una expresión de la caridad del Papa, pero sin tener su centro en la Curia Romana, y también en la línea de la simplificación, he confiado al CELAM la tarea de ayudarnos en el análisis de los proyectos y en su realización. El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral conservará la responsabilidad de la administración del fondo, que estará vinculado al servicio de esta misión».

Populorum progressio, una historia en evolución

Francisco tomó su decisión – de acuerdo con el canon 120 §1 del Código de Derecho Canónico, tal como especifica el Rescripto – en la audiencia concedida el 7 de septiembre al prefecto del dicasterio, Michael Czerny, a quien encomendó la tarea de emitir el reglamento del nuevo Fondo.

Esta fue la forma concebida por Pablo VI en 1969, en el segundo aniversario de su Encíclica Populorum progressio, para ayudar a los campesinos pobres y para promover la reforma agraria, la justicia social y la paz en América Latina, según las directrices ofrecidas por los episcopados del continente. En 1992 Juan Pablo II pensó en una Fundación, como «un gesto de amor de la Iglesia en solidaridad con los más abandonados y necesitados de protección, como son las poblaciones indígenas, mestizas y afroamericanas». Treinta años después, la elección de Francisco se enmarca en la reforma de la Curia Romana, que «ha encontrado su expresión en la Praedicate Evangelium» y está dando lugar a «una serie de cambios necesarios», añadió el Papa.

Un Fondo con la misma misión y obra de la caridad del Papa

Expresando su gratitud a quienes en los últimos treinta años han trabajado para la Fundación Populorum Progressio, «que ahora cambia de forma», Francisco subrayó que el nuevo Fondo «mantiene su misión y sigue siendo una obra de caridad del Papa». Señala que «muchas familias en América Latina y el Caribe sobreviven en condiciones infrahumanas» y que el Documento conclusivo de Aparecida habla de los excluidos, que «no son sólo 'explotados', sino 'excedentes', 'descartes'».

Y recuerda que la Asamblea eclesial del Continente, aún en desarrollo, «ha sido una oportunidad para escuchar el grito de los pobres», mientras que el Sínodo sobre la Amazonía dio a conocer la «realidad de exclusión en que viven las comunidades indígenas y afrodescendientes». Retomando el tema de la Fratelli tutti, el Pontífice añade a continuación que «frente a las diversas formas actuales de eliminar o ignorar a los demás», es necesario «reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y amistad social que no se limite a las palabras».

Mientras recorremos el camino sinodal, debemos crecer como una Iglesia «samaritana» que consuela, se compromete y se inclina para tocar las heridas de la carne sufriente de Cristo en la gente. Él ha querido identificarse con los más pobres y marginados, y ofrecernos su presencia misericordiosa en ellos.

Involucrar activamente a los pobres

El deseo del Papa es que «las iniciativas de solidaridad muestren que es posible cambiar, que la realidad no está bloqueada», y que, si se emprenden con sabiduría y coherencia, motiven a muchos. Por ello, Francisco insiste en que los pobres deben participar en los proyectos que les conciernen.

«Los pobres no deben ser vistos como destinatarios de una obra de beneficencia. Deben ser parte activa del discernimiento de las necesidades más urgentes»

Una familia al lado de los últimos

Para Francisco es importante que nos liberemos «de las mentalidades paternalistas, que ensanchan la brecha entre quienes están llamados a formar una sola familia». Por último, el Papa renovó su agradecimiento a todos los que han servido en la Fundación Populorum Progressio, expresando también «gratitud a las organizaciones internacionales que han colaborado» y animándolos «a dar continuidad a este compromiso». Y al concluir su discurso, el Pontífice evocó a la Virgen para que «con su afecto y ternura de madre», nos impulse a «estar cerca de los más pobres y olvidados, a los que ciertamente Dios no olvida».

 

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