Estaba en la cárcel acusado de blasfemia contra el Islam

La policía paquistaní carga contra los asistentes al funeral de un cristiano asesinado por funcionarios de prisiones

La policía paquistaní cargó e hizo uso de gas lacrimógeno contra los centenares de asistentes al funeral por Fanis Masih, cristiano de veinte años de edad que murió en la noche del 14 al 15 de septiembre en la prisión donde estaba encerrado bajo la acusación de blasfemia contra el Islam. La policía aseguró para justificar su decisión que quería evitar posibles disturbios durante el funeral. Masih murió debido a las heridas que le provocaron los funcionarios de la prisión. Nadeem Anthony, de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, confirmó que finalmente pudo llevarse a cabo el entierro en el cementerio católico de Sialkot

(InfoCatólica) Anthony denunció que la policía cargó contra los cristianos asistentes al funeral sin mediar provocación alguna. "Muchos fueron heridos, otros detenidos y la situación fue a peor", asegura el activista en favor de los derechos humanos.

Al darse a conocer lo ocurrido en los informativos de las diversas televisiones del país, varios grupos civiles ha convocado manifestaciones de protesta en Lahore.

La tensión ayer fue muy alta debido a que, antes del funeral, la familia del fallecido exhibió públicamente su cuerpo y exigió que fueran detenidos los funcionarios de la prisión que le asesinaron.

La Comisión Nacional para la Paz y la Justicia de la Iglesia Católica en Pakistán condenó firmemente el asesinato de Fanish en la cárcel. En un duro comunicado la comisión "se niega a aceptar la versión de las autoridades locales que afirman que el fallecido se suicidó `espontaneamente´ después de ser encerrado en prisión".

Fanish Mashir fue acusado de insultar al Islam pero los cristianos aseguran que la verdadera razón de su detención fue la oposición de la familia de una joven musulmana, Hina Asghar, con la que estaba empezando a mantener una relación sentimental. La madre de Hina fue quien llevó a cabo la denuncia contra el joven.

5 comentarios

luis alberto henriquez lorenzo
Ciertamente, la realidad de las minorías cristianas "oprimidas" en los países de mayoría islámica produce consternación, escalofrío, inevitable sentimiento de rabia y de impotencia... Desde luego, es el precio del seguimiento de la cruz del Crucificado-Resucitado: nuestro Dios es un Dios de libertad y de vida, pero que no nos promete alcanzar la gloria del éxito en la Tierra sino todo lo contrario, persecusiones e incomprensión de muchos. Es la "contradicción" de un Dios que se hace hombre y que no presume de serlo, de ser Dios, sino que, despojándose de su "rango" divino, se humaniza.
No puede sino ser así desde la perspectiva del Dios de Jesucristo, por más que ya se sabe que a tantos fieles -a mí el primero- les gustaría que no fuese así porque en la práctica el signo cristiano de la victoria sobre el mundo se hiciese siempre y en todo lugar más presente.
LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
17/09/09 9:29 AM
Luis López
Jesús ya lo advirtió: "Si el mundo os odia, sabed que me odió a mí antes que a vosotros. (...) Si a mí me persiguieron, también os perseguirán a vosotros" (Jn. 15,18-20).

Recemos por ese hermano, sabiendo que "Bienaventurados seréis cuuando os persigan, injurien o mintiendo, digan todo mal contra vosotros por causa mía. Estad felices y contentos porque vuestra recompensa será grande en los cielos" (Mt. 5,11)
17/09/09 10:24 AM
Ana
mis oraciones por ellos.Otra prueba de tolerancia del islam
17/09/09 6:27 PM
Francisco Javier
CRISTO HA VENCIDO AL LA MUERTE. Los mártires cristianos dan la vida por sus enemigos; los mártires islamicos con el terrorismo quitan la vida a los inocentes.
17/09/09 7:12 PM
luis alberto henríquez lorenzo
Con las anteriores palabras del colaborador en estos blogs Francisco Javier, huelgan comentarios... "Somos soldados derrotados de una guerra que no obstante tenemos ya ganada, porque Aquel que nos amó primero ya se encargó de ganarla para nosotros". Sólo que esa victoria no es terrenal, es escatológica. Y por no ser terrenal está sujeta a los peligros y vaivenes de las persecuciones más diversas.
Creo, por lo demás (es decir, a menudo es lo que experiento en las fibras más profundas de mi ser), que no es posible ser una persona culta o querer pasar por una persona culta y no darse cuenta de la radical diferencia ética entre el "ethos" del cristianismo y el de las otras religiones. Cierto que en la gran mayoría de ellas, por no decir en todas, existen espléndidos testimonios de "semina verbi" (semillas del Verbo), pero al igual que es preciso considerar ese particular, es imposible no reconocer la "supremacía" del mensaje cristiano. Para demostrar esto, los innúmeros frutos de santidad que la Iglesia ha ofrecido a la humanidad en veinte siglos de historia, frutos de santidad que no quedan empañados por las páginas oscuras y aun muy negras que también la bimilenaria historia eclesial ha propiciado.
Sin embargo, aprovecho para insistir una vez más en que es de todas todas una injusticia perpetrada contra la Iglesia universal, madre y maestra, el que desde la mentalidad de un cierto catolicismo progresista se la insulte (a la Iglesia) y desprecie un día sí y otro también.
Por lo demás, no me considero tradicionalista ni tridentino ni integrista; con todo, puede que contenidos y aspectos tradicionalistas, integristas y tridentinos haya en mi fe, en convivencia no sé si muy pacífica o no con elementos y contenidos progresistas y aun de un sano y equilibrado catolicismo. Sin embargo, escribo esto porque en algún lugar de estos blogs he leído que los católicos progresistas en general lanzan toda clase de loas al "papa Juan, el papa bueno" (nos referimos, claro está, al beato Juan XXIII), sólo que ocultando la fidelidad máxima de ese papa de la Iglesia universal a la doctrina tradicional de la Iglesia. Muy buena observación.
Es decir, la progresía católica está a favor del aborto, la posibilidad de la eutanasia, la contracepción, el divorcio, la ordenación ministerial para la mujer, la investigación con células madre, la crítica injuriosa contra la institución eclesial, la desafección hacia los obispos... Justamente todo lo que el bueno de Juan XXIII rechazó. Qué curioso.
Sin embargo -y aquí debo también por empezar a reconocer yo mismo y en primer lugar mis muchas deficiencias-, Juan XXIII no se limitó a los contenidos relativos a la liturgia, a la moral personal y a la debida "obediencia" a los pastores de la Iglesia; el papa Roncali también legó a la Iglesia unas encíclicas sociales (especialmente la "Paz en la Tierra") realmente avanzadas para su tiempo, "revolucionarias". Esos documentos son también doctrina de la Iglesia propuesta a los fieles católicos y a todos los hombres de buena voluntad.
LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
17/09/09 7:55 PM

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