El cardenal Piacenza explica por qué el secreto de confesión es inviolable

Penitenciario Mayor de la Iglesia

El cardenal Piacenza explica por qué el secreto de confesión es inviolable

El Cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor de la Iglesia, ha creído oportuno reiterar que el secreto de confesión es inviolable y no puede ser comparado con el secreto profesional. Sus palabras llegan tras la polémica en Francia sobre la posibilidad de que se apruebe una ley obligue a los sacerdotes a denunciar casos de abusos sexuales de los que tengan conocimiento por la confesión.

(Acistampa/Aci Prensa) Así lo indicó el purpurado en entrevista concedida a ACI Stampa, agencia en italiano del Grupo ACI, en la que habló sobre las razones de la inviolabilidad del secreto de confesión, también en relación con los casos de abusos sexuales.

«Todo cuanto se dice en la confesión, desde el momento en que comienza este acto de culto, con la señal de la cruz, hasta el momento en que termina con la absolución o con la negación de esta, está bajo sigilo absolutamente inviolable», explicó.

Todo lo dicho en la confesión queda bajo «sigilo» porque «queda solo para Dios, por lo cual no está disponible para el sacerdote confesor», resaltó el Cardenal que sirve como Penitenciario Mayor de la Iglesia desde septiembre de 2013.

Incluso en el caso específico en el que, «durante la confesión, por ejemplo un menor revele haber sufrido un abuso, el diálogo debe permanecer siempre, por su naturaleza, bajo sigilo».

Sin embargo, explicó el Cardenal Piacenza, «esto no impide que el confesor recomiende vivamente al mismo menor que denuncie el abuso a sus padres, educadores y a la policía».

El Penitenciario Mayor explicó asimismo que «si el confesor no tiene ninguna duda sobre la disposición del penitente y éste pide la absolución, esta no puede negarse ni diferirse», como lo indica el canon 980 del Código de Derecho Canónico (CIC), la norma que regula a la Iglesia.

«Existe ciertamente el deber de reparar una injusticia perpetrada y de esforzarse sinceramente por evitar que el abuso se repita, recurriendo, si es necesario, a una ayuda competente, pero este deber grave ligado al camino de conversión no implica la autodenuncia».

En ese sentido, «el confesor deberá entonces invitar al penitente a una reflexión más profunda y a valorar las consecuencias de sus actos, sobre todo cuando otra persona esté bajo sospecha o haya sido condenada injustamente».

¿El secreto de confesión es como el secreto profesional?

El Cardenal Piacenza explicó que «la analogía entre el sigilo sacramental (secreto de confesión) y el secreto profesional, al que están obligados por ejemplo los médicos, farmaceutas, abogados, etc., debe ser totalmente evitada».

«Además de la penitencia sacramental, no existe secreto alguno que no pueda ceder a exigencias en sentido contrario establecidas por la ley o el juez, por códigos deontológicos o por el mismo sujeto interesado que autorice su revelación».

A diferencia del secreto profesional, precisó el Purpurado, «el secreto de confesión no es una obligación impuesta externamente, sino una exigencia intrínseca del sacramento, y como tal no puede ser disuelto ni siquiera por el mismo penitente», como establecen los cánones 1550 y 1231 del CIC.

«El penitente no habla al confesor hombre sino a Dios. Tomar posesión de lo que es de Dios sería sacrilegio. Se protege el acceso al mismo sacramento, instituido por Cristo, para ser puerto seguro de salvación para todos los pecadores».

El Cardenal resaltó que «el acercamiento a la confesión, por parte de los fieles, podría colapsar si se pierde la confianza en el sigilo, con gravísimo daño para las almas y para toda la obra de la evangelización».

«Es esencial insistir en lo incomparable que es el sigilo confesional respecto al secreto profesional, para evitar que las legislaciones seculares apliquen al secreto confesional inviolable las excepciones al secreto profesional por causa justa», aseguró.

La naturaleza de la Confesión

El Penitenciario Mayor de la Iglesia también resaltó que «la naturaleza del sacramento de la Reconciliación consiste en el encuentro personal del pecador con el Padre Misericordioso».

«El objeto del sacramento es el perdón de los pecados, la reconciliación con Dios y con la Iglesia y la restitución de la dignidad filial por la fuerza de la redención obrada por Jesucristo».

El Cardenal indicó además que la enseñanza de la Iglesia sobre la confesión está sintéticamente presentada en el Catecismo de la Iglesia Católica, que en el número 1422 retoma el número 11 del documento Lumen Gentium (LG) del Concilio Vaticano II, y también por el canon 959 del CIC.

El numeral 1422 del Catecismo señala:

«Los que se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra Él y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados. Ella les mueve a la conversión con su amor, su ejemplo y sus oraciones (LG 11)».

El canon 959 establece que «en el sacramento de la penitencia, los fieles que confiesan sus pecados a un ministro legítimo, arrepentidos de ellos y con propósito de enmienda, obtienen de Dios el perdón de los pecados cometidos después del bautismo, mediante la absolución dada por el mismo ministro, y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que hirieron al pecar».

El Cardenal Piacenza destacó también que «es esencial subrayar que el sacramento de la Reconciliación, siendo un acto de culto, no puede ni debe ser confundido con una consulta psicológica o una forma de consejería».

«En cuanto acto sacramental, este sacramento debe ser tutelado en nombre de la libertad religiosa y cualquier injerencia debe ser considerada ilegítima y lesiva de los derechos de la conciencia».

 

12 comentarios

Ramón montaud
Excelente explicación desde el punto de vista canónico, pero la autoridad civil están en otras consideraciones y esperamos que respeten la libertad religiosa y de conciencia
Las consecuencias de la perdida del secreto de confesión ya nos lo previene sería el colapso del sacramento.
Este problema no lo tiene ninguna confesión evangélica.
15/10/21 6:16 PM
JJ
¿Hasta qué punto es confesión si no hay arrepentimiento? Si lo hubiera debería entregarse él mismo. Esa debería ser parte de su penitencia y si no la cumple, ¿no está demostrando falta de arrepentimiento y por lo tanto que no fue una confesión?
«si el confesor no tiene ninguna duda sobre la disposición del penitente...»
«en el sacramento de la penitencia, los fieles que confiesan sus pecados a un ministro legítimo, arrepentidos de ellos y con propósito de enmienda...»
Tal y como lo entiendo todo se supedita a esas condiciones.
Me gustaría que un sacerdote me aclarara esto.
Muchas gracias
15/10/21 7:02 PM
Jordi
Existirá una ley civil que cancele el secreto de confesión y existirá la resistencia martirial de los sacerdotes que se negarán a cumplirla, hasta que la ley sea derogada.
15/10/21 9:55 PM
Angel
Es aleccionador y claro lo que nos dice el Padre sobre la confesión. Y nos clarifica dudas. Además siempre nos produce sosiego saber que nos hemos confesado con el mismo Dios. La confesión o penitencia nos tranquiliza la conciencia y es descanso del alma.
15/10/21 9:55 PM
Angel
El secreto del sigilo sacramental es una condición intrínseca al sacramento de la penitencia. Es además el que a mi me tranquiliza mucho y me ayuda a ser cada dia más santo porque me obliga a reconocer mi pequeñez y miseria ante Dios y me da fuerza espiritual para ir mejorando dia tras dia con el propósito de la enmienda.
15/10/21 10:07 PM
PABLO CUARTERO ELÍAS
CLARIDAD CONCEPTUAL IRREBATIBLE -AL MENOS PARA MÍ - POR PARTE DEL PRELADO.
NO DEBEN QUEDAR DUDAS SOBRE EL ARREPENTIMIENTO Y PROPÓSITO DE ENMIENDA POR PARTE DEL PENITENTE, YA QUE, EN CASO CONTRARIO, TORNARÍA AL SACRAMENTO EN SACRÍLEGO. Y POR LO TANTO, INVÁLIDO Y AGREGARÍA UNA FALTA GRAVE ADICIONAL.
15/10/21 10:20 PM
Pablovelasco
«Existe ciertamente el deber de reparar una injusticia perpetrada y de esforzarse sinceramente por evitar que el abuso se repita, recurriendo, si es necesario, a una ayuda competente, pero este deber grave ligado al camino de conversión no implica la autodenuncia».

JJ entiendo que no tiene obligación de entregarse
15/10/21 11:45 PM
Sacapuntas
Si penalmente se admite que uno pueda no imputarse a sí mismo, y también para su cónyuge, ya se está haciendo excepciones, y el secreto de confesión en nada perjudica a nadie. Al revés, el confesor, al conocer lo que puede no saber nadie, tiene la oportunidad de recomendar la entrega a la justicia, y dar argumentos que el penitente no habría querido considerar antes
16/10/21 12:13 AM
María José Nazaret
¿No vociferan sobre la separación entre Iglesia y Estado?
Si quieren que no haya sigilo sacramental, entonces que tampoco haya secretos oficiales con el pretexto de la seguridad nacional.
16/10/21 4:27 PM
José Miguel Rubert
Quisiera exponer mi punto de vista sobre el perdón de los pecados, el perdón de Dios.
En primer lugar, manifestar que el perdón de TODOS los pecados de la humanidad, ha sido otorgado de antemano por Dios-Padre en la Cruz del Señor Jesús. En el acto sacramental, el Presbitero “in persona Christi” o sea, el mismo Cristo, RATIFICA Y ACTUALIZA ese perdón sobre la persona del penitente, que, arrepentido pide perdón a Dios y a la vez a la Iglesia en la persona del ministro.
Con referencia al sigilo sacramental estoy totalmente de acuerdo. Ninguna autoridad puede arrogarse el derecho a legislar en contra, y si lo hace tiene como respuesta, la cantidad de ministros del Sacramento que han entregado su vida por no violar el secreto.
16/10/21 7:18 PM
IRENE ELENA
SIEMPRE HE TENIDO CLARO CUANDO EN MI COLEGIO STA. TERESA DE JESÙS HICE MI PRIMERA COMUNIÒN, LUEGO CONFESIONES ETC. TENGO SEGURIDAD QUE JAMÀS UN SACERDOTE PUEDE INFORMAR O COMENTAR LO QUE UNA PERSONA HAYA CONFESADO,PUES PARA MI, LA CONFESIÒN ES UN SACRAMENTO SAGRADO TAL CUAL SE INFORMA MÀS ARRIBA DE ESTE TEMA QUE ACABO DE MEDITAR. DIOS LES BENDIGA A TODOS LOS SACERDOTES QUE ESTOY SEGURA, LA MAYORÌA GUARDA EN SECRETO SUS CONFESIONES O LAS OLVIDA DEFINITIVAMENTE. BENDICIONES...
17/10/21 12:43 AM
María T.
Lo que persiguen es el sacramento en sí…para que la gente no acuda a los sacramentos y se aparte de Dios… pero la Iglesia creada por Dios permanece con nosotros hasta el fin del mundo y el poder del maligno no la arrebatará.
17/10/21 7:39 AM

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