Tradicional devoción mariana altoaragonesa

Jóvenes familias presentaron más de 30 bebés a la Virgen de Torreciudad en su fiesta de agosto

El domingo posterior a la solemnidad de la Asunción de la Virgen se celebra la festividad de la Virgen de Torreciudad, en la que revive una de las tradiciones más entrañables de esta devoción mariana altoaragonesa: el pesaje y presentación de recién nacidos a Nuestra Señora. Este año han sido 31 bebés, de familias de A la cita han acudido familias del Alto Aragón, así como de Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Pamplona, Valladolid, Igualada y Sant Cugat del Vallés.

(Agencias/InfoCatólica) Familias procedentes de diversas regiones españolas han participado hoy en la tradicional vocación mariana del pesaje y presentación de recién nacidos a la Virgen, que en esta ocasión ha contado con la ofrenda de 31 bebés. Desde que los vecinos de esta zona alzaron y custodiaron la ermita en honor a la Virgen e irradiaban su devoción por los alrededores, el protagonismo de las familias cristianas a lo largo de nueve siglos de historia ha caracterizado a Torreciudad desde su origen.

A la cita han acudido familias de Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Pamplona, Valladolid, Igualada y Sant Cugat del Vallés. El Altoaragón ha estado representado con cinco bebés de Barbastro y otros cinco de Secastilla, Ubiergo, El Grado, Graus, y Peraltilla. En total 31 bebés, 19 niñas y 12 niños, cuya edad oscilaba entre las 3 semanas de vida de Alejo, de Barcelona, hasta los 12 meses de Micaela, de Madrid.

La jornada ha comenzado con una Eucaristía celebrada por el rector, Javier de Mora-Figueroa, y solemnizada por los cantos litúrgicos del trío Ruth Reparaz (soprano), Javier Pérez (clarinete) y Maite Aranzabal (organista).

Fieles y devotos se han encaminado después en romería hacia la ermita por el sendero de los Dolores y Gozos de San José, trasladando la imagen peregrina de la Virgen sobre unas andas de madera, y llevando varios de ellos vistosos trajes regionales aragoneses.

Al llegar tuvo lugar el tradicional Canto de los Gozos de la Virgen de Torreciudad y la ofrenda de las familias a Nuestra Señora. Bajo uno de los arcos del porche ya estaba preparada una antigua balanza forjada en hierro en la que son colocados los niños.

Los padres introducen a sus hijos dentro de un canasto de mimbre, colocado en uno de los brazos de la balanza, mientras en el otro igualan el peso de la criatura poniendo trigo y aceite, según la costumbre, o productos de sus lugares de origen, como optaron por hacer la gran mayoría: vino del Somontano y de La Rioja, aceite, frutos secos, melocotones, patatas y cebollas, dulces, paletas de jamón, chocolate, cava, arroz, queso… Lo que antes se destinaba como ayuda a la manutención del santero o la santera y su familia, en la actualidad se entrega a distintas entidades benéficas de los alrededores.

Tras al pesaje de los bebés, el rector leyó la oración de ofrecimiento de los niños a la Virgen en solicitud de amparo y protección, y se entregó a los padres un recordatorio impreso con la fecha del ofrecimiento y una medalla de la Virgen de Torreciudad. 

Los actos concluyeron con otra antigua costumbre muy valorada por los asistentes como es el reparto de "La Caridad", raciones de torta y vino para celebrar la fiesta, que fueron acompañadas por varias jotas aragonesas entonadas por niños y abuelos.

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