(Agencias/InfoCatólica) Familias procedentes de diversas regiones españolas han participado hoy en la tradicional vocación mariana del pesaje y presentación de recién nacidos a la Virgen, que en esta ocasión ha contado con la ofrenda de 31 bebés. Desde que los vecinos de esta zona alzaron y custodiaron la ermita en honor a la Virgen e irradiaban su devoción por los alrededores, el protagonismo de las familias cristianas a lo largo de nueve siglos de historia ha caracterizado a Torreciudad desde su origen.
A la cita han acudido familias de Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Pamplona, Valladolid, Igualada y Sant Cugat del Vallés. El Altoaragón ha estado representado con cinco bebés de Barbastro y otros cinco de Secastilla, Ubiergo, El Grado, Graus, y Peraltilla. En total 31 bebés, 19 niñas y 12 niños, cuya edad oscilaba entre las 3 semanas de vida de Alejo, de Barcelona, hasta los 12 meses de Micaela, de Madrid.
La jornada ha comenzado con una Eucaristía celebrada por el rector, Javier de Mora-Figueroa, y solemnizada por los cantos litúrgicos del trío Ruth Reparaz (soprano), Javier Pérez (clarinete) y Maite Aranzabal (organista).
Fieles y devotos se han encaminado después en romería hacia la ermita por el sendero de los Dolores y Gozos de San José, trasladando la imagen peregrina de la Virgen sobre unas andas de madera, y llevando varios de ellos vistosos trajes regionales aragoneses.
Al llegar tuvo lugar el tradicional Canto de los Gozos de la Virgen de Torreciudad y la ofrenda de las familias a Nuestra Señora. Bajo uno de los arcos del porche ya estaba preparada una antigua balanza forjada en hierro en la que son colocados los niños.
Los padres introducen a sus hijos dentro de un canasto de mimbre, colocado en uno de los brazos de la balanza, mientras en el otro igualan el peso de la criatura poniendo trigo y aceite, según la costumbre, o productos de sus lugares de origen, como optaron por hacer la gran mayoría: vino del Somontano y de La Rioja, aceite, frutos secos, melocotones, patatas y cebollas, dulces, paletas de jamón, chocolate, cava, arroz, queso… Lo que antes se destinaba como ayuda a la manutención del santero o la santera y su familia, en la actualidad se entrega a distintas entidades benéficas de los alrededores.
Tras al pesaje de los bebés, el rector leyó la oración de ofrecimiento de los niños a la Virgen en solicitud de amparo y protección, y se entregó a los padres un recordatorio impreso con la fecha del ofrecimiento y una medalla de la Virgen de Torreciudad.
Los actos concluyeron con otra antigua costumbre muy valorada por los asistentes como es el reparto de "La Caridad", raciones de torta y vino para celebrar la fiesta, que fueron acompañadas por varias jotas aragonesas entonadas por niños y abuelos.