(El Confidencial) El Confidencial ha confirmado la noticia de fuentes oficiales del consistorio, que explican que aún no han terminado las obras, que comenzaron el pasado mayo.
«Están a punto de acabar», aseguran desde el ayuntamiento, que prevé acabar la construcción en las próximas semanas con el fin de que la nueva instalación comience a funcionar en octubre.
El pabellón especial para pequeños que murieron en un aborto o bebés fallecidos al poco de nacer costará 80.000 euros y estará conformado por nueve columbarios para restos incinerados o mortales, y tendrá la finalidad, según las fuentes municipales consultadas, de ofrecer a las familias solicitantes un espacio «para el duelo y el recuerdo de sus hijos».
El consistorio de la localidad que supera los 50.000 habitantes, basa su proyecto en una sentencia del Tribunal Constitucional del año 2016, por la que se reconoció el derecho de una madre a enterrar a su hijo de 22 semanas de gestación, que pesó 362 gramos, a pesar de que la criatura no alcanzaba los 180 días de gestación y los 500 gramos que exige la ley para inscribirlo en el Registro Civil.
La primera localidad española en contar con un panteón para niños abortados fue Torrent (Valencia). En ese caso el panteón está en el cementerio parroquial y fue iniciativa de la Asociación Torrent Sí a la vida