(InfoCatho/InfoCatólica) En un comunicado de prensa, de fecha 1 de agosto de 2020, los obispos de Francia reaccionaron a la aprobación del proyecto de ley de bioética que aprueba, en particular, la apertura de la procreación asistida médicamente (MAP) para todas las mujeres. Plantean la cuestión del «sentido de la historia» y cuestionan la «miopía» de los diputados.
Reflexiones de los obispos en el comunicado
¡El proyecto de ley de bioética fue votado en medio de la noche! Quiere instituir un nuevo modo de filiación borrando completamente al padre de la concepción.
Durante los debates, se argumentó que este proyecto de ley era sobre el amor en la familia. ¡Pero los diputados no tienen que interferir en esta intimidad y legislar sobre el amor! Su misión es establecer la ley basada en el respeto a la dignidad humana y los valores éticos que se derivan de ella, incluida la protección de los más débiles.
Por su voto, los diputados buscaron un «equilibrio».
¿Podemos hablar de «equilibrio» cuando este proyecto prohíbe de facto que los niños tengan un padre y, en la práctica, genera una discriminación injusta entre ellos?
¿Podemos hablar de «equilibrio» cuando este proyecto establece el igualitarismo entre todas las mujeres con respecto a la reproducción asistida, cuando no están en una situación igual con respecto a la procreación?
¿Podemos hablar de «equilibrio» cuando este proyecto conlleva el riesgo de eludir el principio de libre acceso por la necesidad de comprar gametos humanos? Este principio expresa una gran idea de la dignidad humana según la cual todos los elementos y productos del cuerpo humano son libres por naturaleza debido a la dignidad del ser humano del que se originan.
¿Podemos hablar de un «equilibrio» cuando, debido al proyecto de los padres, cuyo papel se ha incrementado, el poder del más fuerte, el de los adultos, impone deseos a los más débiles, niños que, sin embargo, son sujetos de derechos?
Los parlamentarios votaron después de reflexionar y debatir otros temas complejos, en su mayoría situaciones dolorosas y, a veces, complejas debido a intereses en conflicto. Estas reflexiones continuarán con los senadores. Los legisladores tienen la misión de regular las técnicas biomédicas con la mayor precisión posible.
¿Los parlamentarios fueron en la dirección de la historia? ¿Su voto no está guiado por cierta miopía? Nuestro planeta maltratado requiere urgentemente un cambio ecológico. Todo está vinculado con respeto a los seres vivos, ya sea que pertenezcan a la naturaleza o sean humanos. ¡No perdamos el punto de la historia!
Nosotros también, ciudadanos que creemos en Dios o no, podemos seguir alimentando nuestras reflexiones basadas en los valores éticos de dignidad, solidaridad y fraternidad. Se trata de reflexionar sobre la bioética mientras se piensa que se trata de una ley civil encargada del «bien común» para todos y no de situaciones particulares.
Todos conocemos una u otra de estas situaciones. Se deben a accidentes de la vida o a decisiones individuales. Incluso si a veces son difíciles, no están exentos del amor, nadie lo duda. La Iglesia Católica continuará acompañándolos con respeto y preocupación.