(ECCLESIA digital) El cardenal Sean O’Malley, Arzobispo de Boston y presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, denunció la legislación de Massachusetts que amplía el acceso al aborto.
En una declaración del 6 de abril, el Cardenal lamentó que su estado, a través de 2 leyes propuestas (HB 3320 y SB 1209), se enfrenta a un problema «que tiene implicaciones morales significativas para todos los ciudadanos» y elimina cualquier límite para abortar durante el tercer trimestre.
Esta legislación, explicó el Arzobispo de Boston, busca extender la ley actual de Massachusetts «de manera innecesaria e injustificada».
Específicamente, afirmó, la legislación propuesta presenta las siguientes consecuencias:
- Permite el aborto en Massachusetts durante los 9 meses de embarazo.
- Favorece que los abortos, incluso los del tercer trimestre, se realicen en hospitales.
- Elimina la obligación de hacer esfuerzos para cuidar a un niño que sobrevive a un intento de aborto.
- Suprime cualquier requerimiento para que una menor embarazada (menor de 18 años) tenga el consentimiento de un adulto (de sus padres o a través de los tribunales) antes de someterse a un aborto.
«Colectivamente», dijo, «estos cambios tienen consecuencias radicales para la sociedad». En la legislación propuesta, el aborto se describe como «cualquier tratamiento médico destinado a inducir la interrupción de un embarazo clínicamente diagnosticable, excepto con el propósito de producir un nacimiento con vida».
Aunque admite que «hay muchos procedimientos clínicos que pueden describirse satisfactoriamente en términos puramente médicos», el cardenal respondió: «El aborto no es uno de ellos».
«Al despersonalizar la realidad», declaró el Cardenal O’Malley, «la legislación deshumaniza la decisión a la que se enfrentan las mujeres, sus familias y los médicos».
El Cardenal aclaró en su declaración que «no busca imponer las enseñanzas de la Iglesia Católica en una sociedad diversa, sino que desea ayudar a construir una sociedad que proteja la vida humana desde su inicio hasta la muerte natural».
Además, agregó, no buscamos juzgar o culpar a las personas, en particular, a las mujeres y familias que enfrentan embarazos terriblemente difíciles. «Nuestro objetivo es considerar las implicaciones de la legislación propuesta, que entre sus disposiciones elimina cualquier límite al aborto en el tercer trimestre del embarazo».
El Arzobispo de Boston también dijo que después de la decisión de la Corte Suprema Nacional Roe v. Wade en 1973, la Iglesia ha brindado atención, compasión y asistencia a las mujeres que sufren embarazos difíciles. En Boston, la Arquidiócesis patrocina «Ayuda para el Embarazo», un proyecto que brinda asistencia espiritual y material a las mujeres que enfrentan opciones difíciles sobre el aborto y «Project Rachel», un programa de retiros para mujeres que buscan consejo y sanación después de un aborto.