(Fides) Con este gesto comunitario los cristianos Karamles han querido rememorar los sucesos de la noche entre el 6 y 7 de agosto cuando la llegada del autoproclamado Estado Islámico provocó el éxodo de miles de cristianos de la Llanura del Nínive.
La procesión estuvo precedida por una reflexión sobre el dolor y el sufrimiento a la luz del misterio de la cruz. También se leyó el pasaje del Evangelio en el que Jesús promete que orará al Padre para pedirle que envíe el Espíritu Santo, el «Consolador», a sus discípulos. A continuación, comenzó la procesión con velas mientras se recitaba el salmo 150, con la que celebraron con gratitud el «nuevo comienzo» que han vivido al volver a sus hogares.
Karamles, con los otros pueblos y ciudades que salpican la llanura de Nínive, representan las comunidades cristianas originarias de la antigua Mesopotamia. Precisamente en torno a la Llanura del Nínive, las comunidades cristianas planean desde hace tiempo el proyecto de una «región autónoma» para los cristianos como parte del sueño ancestral de un «hogar nacional» reservado para las comunidades caldeas, asirias y sirias.
En la noche entre el 6 y 7 de agosto de 2014, decenas de miles de cristianos huyeron a toda prisa de Qaraqosh, Karamles Talkief, Bartalla y otros pueblos de la zona, encontrando refugio en gran medida el Kurdistán iraquí después de que el ejército iraquí y las tropas kurdas Peshmerga se retirasen ante el avance de los yihadistas. En los últimos años, no ha habido ninguna iniciativa o declaración «en defensa de los cristianos iraquíes» que no haya hecho referencia a la necesidad de asegurar y defender la devolución de los bautizados caldeos, sirios y asirios a las ciudades y pueblos de la Llanura de Nínive.
Después de la derrota final de los yihadistas del Daesh circulan informaciones de distinto tipo sobre la pertinencia del regreso de los cristianos desplazados de la llanura de Nínive a sus pueblos. En Karamles, las 300 familias cristianas que ya habían regresado en diciembre pasado han podido celebrar juntas las últimas solemnidades litúrgicas de Navidad y Semana Santa.