(Zenit) El Papa Francisco se ha encontrado con 22 obispos de Myanmar en el Arzobispado de Yangon. A su llegada, le ha recibido Mons. Felix Lian Khen Thang, presidente de la Conferencia Episcopal de Myanmar.
Al final del encuentro, han saludado personalmente al Papa todos los obispos y se han hecho una foto de grupo. Después, el Santo Padre ha bendecido la primera piedra de 16 iglesias, el Seminario Mayor y la Nunciatura Apostólica.
Francisco ha invitado a los obispos a que experimenten constantemente en su ministerio episcopal «la guía y la ayuda del Señor» y las ha concretado: «Empeñándoos en favorecer la sanación y la comunión en cada ámbito de la vida de la Iglesia, de modo que el santo Pueblo de Dios, por medio de su ejemplo de perdón y de amor reconciliador, pueda ser sal y luz para todos los corazones que aspiran a esa paz que el mundo no puede dar».
En este sentido, el Papa les ha comunicado que esa «sanación» encuentra una expresión particular en el compromiso «con el diálogo ecuménico y la colaboración interreligiosa».
En cuanto al «acompañamiento», el Papa les ha dicho que «un buen pastor está constantemente presente ante su grey, conduciéndola mientras camina junto a ella», y les ha recordado que «el pastor debería oler a oveja» y que «estamos llamados a ser una «Iglesia en salida» para llevar la luz de Cristo a cada periferia».
Además, el Santo Padre ha pedido a los obispos un «esfuerzo especial para acompañar a los jóvenes»: «Ocupaos de su formación en los sanos principios morales, que los guíen para afrontar los desafíos de un mundo que cambia rápidamente», les ha pedido Francisco.
En tercer lugar, el Papa les ha hablado de «profecía»: «Poned a la comunidad católica en condiciones de seguir teniendo un papel constructivo en la vida de la sociedad, haciendo escuchar vuestra voz en cuestiones de interés nacional, insistiendo particularmente en el respeto de la dignidad y los derechos de todos, especialmente de los más pobres y vulnerables».