(Fides) Casi uno de cada cinco hispanos (19%) ha vivido en condiciones de pobreza, frente a una tasa general de pobreza de 12,7%. La inseguridad alimenticia tiene un gran impacto en los niños ya que 24% de los niños hispanos tiene el doble de probabilidades de no tener acceso a comidas saludables respecto al 14% de los no latinos. Además el 30% de las familias encabezadas por un hispano indocumentado y casi un 35 por ciento de las familias latinas encabezadas por madres solteras, viven por debajo de la línea de pobreza.
El obispo Jose Garcia, asesor ejecutivo de la organización, ha afirmado que pese al papel clave que los hispanos desempeñan en fortalecer la economía estadounidense y a pesar de su gran esfuerzo, «hay millones de familias que no se pueden sustentar». «Con una economía más fuerte, nuestro país puede hacer mejores inversiones en programas que reduzcan el hambre y la pobreza» ha añadido. En este informe recibido en la Agencia Fides, la organización informa que según los estudios efectuados, a los latinos se les paga menos y que tienen tasas más altas de desempleo que la población en general.
En la presentación del informe, el obispo Garcia ha instado a las autoridades a hacer inversiones fundamentales en los programas de asistencia pública y a abstenerse de recortar el presupuesto de los programas existentes. «Los recortes presupuestarios que ahora se discuten en el Congreso debilitan a las comunidades latinas y perjudican la capacidad de nuestra nación de acabar con el hambre».
«Pan Para el Mundo» es una asociación cristiana que exhorta a los líderes de los Estados Unidos a erradicar el hambre en este país y en el mundo.
«Estamos animados por la gracia de Dios en Jesucristo, para trabajar por un mundo sin hambre» se lee en su presentación. El compromiso está dirigido al cambio de esas políticas, programas y condiciones que permiten la persistencia del hambre y de la pobreza. «Es posible erradicar el hambre en nuestro tiempo. Cada uno de nosotros, pero especialmente nuestro gobierno, debe hacer su parte. En el Congreso, y con el trazo de una pluma, se pueden redirigir millones de dólares a través de políticas públicas que afectan a millones de personas. Al hacer que nuestras voces sean escuchadas en el Congreso, contribuimos a que las leyes de nuestra nación sean más equitativas, compasivas y así, podemos erradicar el hambre».