El Papa pide a los responsables de La Civiltà Cattolica que no se aferren a certezas y seguridades

La revista llega a su número cuatro mil

El Papa pide a los responsables de La Civiltà Cattolica que no se aferren a certezas y seguridades

La revista La Civiltà Cattolica ha publicado su numero cuatro mil, y por la ocasión el papa Francisco recibió a sus redactores ayer jueves por la mañana en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano.

(Zenit) El Papa les exhortó: «Permanezcan en el mar abierto», y como jesuitas «no se aferren a certezas y seguridades» porque «el Señor nos llama a salir en misión, a remar mar adentro y a no jubilarnos para conservar certezas». Y señaló que confirma «los estatutos originarios de vuestra revista que Pío IX escribió en 1866 instituyendo La Civiltà Cattolica, a perpetuidad».

Señaló que por primera vez en 167 años la difusión pasa a partir de hoy a extenderse más allá de las fronteras de la lengua italiana: «Tengo el placer de bendecir las ediciones de La Civilización Católica en español, inglés, francés y coreano. Es una evolución que vuestros predecesores ya tenían en mente en los tiempos del Concilio pero nunca se puso en marcha. Ahora que el mundo está cada vez más conectado, la superación de las barreras del idioma ayudarán a difundir mejor el mensaje en una escala más grande…».

«La Civiltà Cattolica será una revista cada vez más abierta al mundo» con una misión específica: «ser una revista católica. Pero ser revista católica no significa simplemente defender las ideas católicas», porque una revista «es verdaderamente católica solo si tiene la mirada de Cristo sobre el mundo, y si lo transmite y da testimonio».

En la tarjeta de felicitación que ha enviado al número 4000, el Papa ha utilizado la imagen del puente. Una revista que es a la vez ‘puente’ y ‘frontera’.

Y ofreció tres palabras para reflexionar: Inquietud. «Los valores y las tradiciones cristianas no son piezas raras para guardar en las cajas de un museo. La certeza de la fe sea más bien el motor de vuestra búsqueda», como hizo san Pedro Favre (1506-1546), hombre de grandes deseos, espíritu inquieto, nunca satisfecho, pionero del ecumenismo, dijo.

La segunda palabra es Incompleto. Dios es el Deus semper maior, el Dios que siempre nos sorprende. Por eso tienen que ser «escritores y periodistas del pensamiento incompleto, es decir abierto y no cerrado y rígido»…. Dejándose guiar «por el espíritu profético del Evangelio para tener una visión original, vital, dinámica, no obvia».

Y así como el siervo de Dios padre Matteo Ricci (1522-1610) compuso un gran mapamundi chino con los continentes y las islas desconocidas hasta entonces, Francisco invitó a los redactores a «componer un mapamundi» mostrando el significado de la civilización católica, «pero también den a conocer a los católicos que Dios actúa también afuera de las fronteras de la Iglesia, en toda verdadera civilización, con el soplo del Espíritu».

La tercera palabra es Imaginación, porque «en la Iglesia y en el mundo es el tiempo del discernimiento» que «se realiza siempre en la presencia del Señor, mirando a los signos, escuchando las cosas que suceden, el sentir de la gente que conoce el camino humilde de la obstinación diaria y especialmente de los pobres».

«Sí, la vida es fluida y se agita sin descanso como se agita el aire en el cielo y el mar en el mar. El pensamiento de la Iglesia debe recuperar genialidad y comprender cada vez más cómo el hombre se concibe hoy para desarrollar y profundizar su enseñanza». Porque esta genialidad ayuda a entender que «la vida no es un cuadro en blanco y negro. Es un cuadro en colores. Algunos claros y otro oscuros, algunos sutiles y otros brillantes. Pero los matices prevalecen».

 

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