Seis reglas para tratar con familiares y amigos no católicos

Sobre todo, ámalos.

Seis reglas para tratar con familiares y amigos no católicos

«No puedo creer que te estés planteando hacerte católico. ¿Te has vuelto loco? ¿Cómo es posible que dejes el cristianismo bíblico para seguir una religión basada en la tradición humana? ¿Cómo has podido caer en una religión así?»

(Catholic.com/Steve Rey«Mamá y papa, escuchad, aprecio la educación que me disteis en la escuela católica, pero es que ya no creo. Ahora es cuando he encontrado a Jesús y ya no necesito vuestra religión. He aprendido tanto desde que me uní a la Iglesia de la Biblia, y además son muchísimo más sociables que los católicos en misa.»

Es entonces cuando empiezan las discusiones, la hostilidad, y se despiertan sensaciones de pérdida y traición. Uno coge una biblia y empieza a citar fuera de contexto versículos descubiertos recientemente, mientras el otro trata de recordar por qué cree el Magisterio católico. Desafortunadamente, descubre que cree pero no sabe por qué. La cosa va de mal en peor, y la línea de comunicación y confianza se colapsa.

Esta escena, con muchas variaciones, se repite en familias de toda América. A veces, es la esposa protestante evangélica la que descubre que su marido ha estado estudiando en secreto y está ya decidido a unirse a la temida Iglesia Católica. En otro hogar, son unos padres con el corazón roto, que han gastado un dineral en la educación católica de sus hijos, para ahora observar con lágrimas en los ojos cómo sus hijos abandonan la fe para secularizarse, o unirse a una iglesia baptista u otra religión.

No cabe duda de que muchas familias se encuentran divididas por causa de la religión. Mi mujer y yo lo sabemos por propia experiencia. Fuimos condenados por nuestras familias y amigos al más absoluto ostracismo cuando nos convertimos al catolicismo. La familia se negó a hablarnos y estuvo sin venir a casa durante casi un año, y en menos de un mes perdimos a todos nuestros amigos evangélicos, que eran los únicos que teníamos en aquellos momentos.

Discusiones por la religión y familias divididas existen desde siempre. El Antiguo Testamento está lleno de conflictos entre judíos que descubrían al Mesías y eran repudiados por sus familias y comunidades judías. Jesús sabía que el evangelio iba a traer lucha y división a las familias y avisó de estas rupturas: «No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz sino espada. El hijo se levantará contra su padre, la hija contra su madre, y la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa» (Mateo 10, 34-36)

Desde luego, para aquellos que lo escuchaban, el conflicto inmediato fue entre los propios judíos, los que lo rechazaban como Mesías y los que lo siguieron. Y aún en la actualidad se dan similares conflictos que continúan desgarrando familias. Esta situación es especialmente frecuente entre cristianos de diferentes denominaciones, pero de forma más pronunciada entre aquellos convertidos al catolicismo y los que abandonan la fe o eligen otra religión.

La división religiosa y el dolor en las familias se ponen especialmente de relieve cuando viajo por el país y por todo el mundo pronunciando conferencias, dando charlas en parroquias y guiando peregrinaciones. La pregunta más frecuente de todas las que me hacen es «¿Qué debería hacer con mi hijo o hija que ha dejado la fe católica? Nos está destrozando. ¿Qué puedo hacer para conseguir que vuelvan? ¿Cuál es el argumento nº 1 para conseguir que escuchen y vuelvan? «

Llegados a este punto, tanto si se trata de miembros de la familia que se han alejado, como de compañeros de trabajo que no dejan de atacar la fe, o de una esposa incapaz de hacer comprender a su marido su reciente amor por el catolicismo, todo el mundo busca un santo remedio. Desafortunadamente no hay santo remedio ni versículo en la Biblia que haga retroceder al reloj, convertirse al muerto, cambiar de idea, convencer al oponente o recuperar al hijo. Lo hecho, hecho está; debemos aceptar la situación como es y afrontarla a largo plazo.

Indignación y dolor

Cuando nos vemos confrontados por un anticatólico o un católico alejado, nuestra primera inclinación es discutir o abandonar, frecuentemente dejando ver nuestra indignación y dolor. Si se trata de un familiar o amigo del trabajo, tenemos la tendencia a pensar que lo que debemos hacer es rescatarlo rápidamente de su error. Con buena intención, presionamos con el tema enfrentándonos a ellos y usando comentarios cargados de emoción, como «no puedo creerlo» o «¿lo harías aun sabiendo el daño que nos hace?»

Normalmente, el resultado suele ser lo contrario de lo que se espera. La persona querida se aleja aún más y se ve animada a continuar con más ahínco en su intención de resistir. Se queman puentes, y se cierra la comunicación. Tras un par de enfrentamientos en caliente o de tratamientos de silencio, las puertas de la conversación se cierran. Suele ser ya demasiado tarde cuando nos damos cuenta de que simplemente hemos empeorado las cosas.

Es rara, y bienaventurada, la familia que no experimenta el dolor personal de estos problemas y pruebas. Tras aprender a través de las llamas de mi propia experiencia y con el deseo de ayudar a tantos hermanos en Cristo heridos, es como se me ocurrieron mis Seis reglas para tratar con familiares y amigos no católicos. He comprobado, observando gente ponerlas en práctica durante años, que estas reglas funcionan.

No siempre traen de vuelta al errante o convierten al protestante recalcitrante. Pero ayudan a reparar relaciones dañadas y preparar el camino para futuras reconciliaciones de la paz, incluso de una completa aceptación de la fe católica.

Las reglas no siguen un orden concreto, si bien creo que la última es revolucionaria.

Regla nº 1: No discutas.

Cuando alguien se me acerca en una conferencia y me hace la consabida pregunta, normalmente los sorprendo estirando el brazo y empujándolos. Me preguntan con sorpresa: «¿Por qué ha hecho eso?». Sonriendo, les respondo: «¿Cuál es la reacción normal cuando alguien le empuja?» Contestan: «Empujar también».

«Exacto», digo. «Y eso es justamente lo que no queremos cuando tratamos con nuestros seres queridos». Discutir es como empujar y puede intensificarse rápidamente. Se sube el tono de voz y los rostros enrojecen. La emoción lo domina todo y lo que se dice, desafortunadamente, queda dicho.

Esto no significa que no debamos hablar, si es de una manera caritativa y mesurada, lo que deberíamos evitar es la discusión emocional que genera más calor que luz, que destila una mala voluntad antes que los resultados deseados.

Esto conlleva para la mayoría de nosotros, naturalmente, grandes dosis de autocontrol. Debemos recordar que podemos ganar una discusión pero perder un alma; ganar la batalla pero perder la guerra. Debemos mordernos la lengua y tragarnos las muecas.

Digo esto por experiencia. He cometido el mismo error más de una vez y he pagado las consecuencias. He estado en los dos lados de la confrontación. He empujado y me han empujado a mí también. He alejado a miembros de la familia y amigos. Todavía me arrepiento de mis palabras rápidas y respuestas desmedidas.

Pero el arrepentimiento y los remordimientos no arreglan nada, a no ser que nos hagan reaccionar. El amor por las almas –y por las relaciones- requiere a menudo que confesemos nuestras faltas y pidamos humildemente perdón por las cosas dichas apresuradamente en el fragor de la discusión. Buenas intenciones, sí, pero ¡no siempre buenos resultados!

En la cena de Acción de Gracias, una vez que se ha hecho el comentario sarcástico, o se ha puesto sobre la mesa el desafío, rápidamente pidamos que el Espíritu Santo nos dé la gracia de ser elegantes. Cojamos la autopista. Los puentes no han sido quemados, las relaciones se han salvado. Reservamos la discusión para un momento más apropiado.

Regla nº 2: Ámalos más que nunca.

Nos duele porque los queremos y queremos ganarlos para la causa, pero debemos dirigir nuestro amor con cuidado, con la imagen global en mente. En el momento en que el antagonista espera que reaccionemos negativamente, tenemos que responder con amor. El amor es el único argumento que nadie puede resistir.

Recuerdo una vez, una señora se me acercó con la cara roja mientas palabras de enfado iban saliendo de su boca a toda velocidad. Despotricaba contra la Iglesia Católica y contra mis palabras. Tras unos segundos, me acerqué, le di un gran abrazo y le dije al oído «yo también la quiero, y gracias por preocuparse por mi alma».

Se quedó de piedra y en silencio. Se alejó. No recogí el guante, sino que le expresé mi amor y agradecimiento.

Amar al otro es especialmente importante en el caso de cónyuges separados por religión. El cónyuge católico debe quitarse de en medio y aceptar al otro, tanto si está alejándose como si está descubriendo la fe.

Es difícil amar a la persona y estar en desacuerdo con sus ideas, especialmente si se es contundente. Pero debemos tomar la iniciativa y demostrar el amor de Dios. Ama, ama y ama, y hazlo diariamente y demuéstralo.

Cuando uno de los cónyuges, u otro miembro de la familia, está descubriendo la verdad de la fe católica, debería incluir a sus seres queridos en el descubrimiento. No estudies en privado y luego vayas y sorprendas a todos con el anuncio de tu conversión. Esto suele verse como una traición «¿Por qué no me has amado y confiado en mí lo suficiente como para compartir conmigo tu mundo interior? ¿Cómo anuncias ahora algo sin antes haberlo compartido y discutido conmigo desde el respeto?»

Incluye a tu ser querido en tu viaje. Respétalo preguntándole lo que piensa al respecto; hónralo pidiendo su opinión. Pídele que rece contigo por este tema tan importante, comenta las escrituras con esa persona abiertamente. Compartid un libro.

Para evitar el alejamiento de la otra persona, es importante un amor atento y tiempo de calidad juntos. Ocurre a veces que un recién convertido está tan emocionado que no puede evitarlo. Desborda, y con razón, el amor recién encontrado. Va a misa diaria, se pasa horas rezando y leyendo y reuniéndose con sus nuevos amigos.

El cónyuge siente que lo han dejado atrás, abandonado. Se siente celoso como si «un nuevo amante» hubiera entrado en escena y borrado a su esposo o esposa del mapa.

La emoción exacerbada puede alejar aún más al cónyuge «abandonado». Los esposos deben amarse más, no menos. Es ahora cuando necesitan aún mayor intimidad entre ellos. Los miembros de la familia y amigos cercanos deben abrir sus vidas y sus corazones unos a otros. Esto es amor y el amor es el mejor argumento.

Regla nº 3: Reza y haz sacrificios.

Parece de sentido común, pero a menudo desperdiciamos nuestro tiempo enfureciéndonos y montando peleas imaginarias en nuestras cabezas, cuando deberíamos dirigir nuestro tiempo y energías a rezar con seriedad. Haz una lista de intenciones por las que rezar y sé constante.

Jesús contó la parábola de la mujer que acudió al juez injusto reclamando justicia. La obtuvo de él, no porque el juez fuera bueno o porque ella le gustara, no. Fue «porque esta viuda me molesta, la asistiré o me agotará viniendo continuamente» (Lucas 18, 2-ss) Ella consiguió lo que quería por su insistencia, y Jesús dijo que cuánto más nos dará nuestro Padre celestial si insistimos con la oración y hacemos sacrificios.

Un conocido mío había dejado la Iglesia. Un pariente decidió rezar diariamente y hacer un sacrificio semanal por el retorno de esta persona. Tras un año el alejado volvió a la Iglesia y, con una sonrisa de conocimiento, dijo al guerrero de la oración: «Sé lo que hiciste. Rezaste e hiciste sacrificios por mí. Dios no me dejaba en paz».

Regla nº 4: Estudia la fe católica.

No somos cristianos católicos porque nos hace sentir bien o porque fuimos educados en ello. Al final, somos católicos porque la fe es verdadera. Y si es verdadera, deberíamos saber por qué es verdad y ser capaces de explicarlo a nosotros mismos y a otros (especialmente a nuestros hijos)

Puesto que rezamos y nos sacrificamos por nuestros seres queridos, esperamos que antes o después se conviertan, ¿no? Y ¿qué pasa si vienen a nosotros (que los queremos y mantenemos abiertas las puertas de la comunicación) con preguntas honestas y pertinentes, y no somos capaces de responderles?

San Pedro comprendió esto. Por eso nos dijo: «Estad siempre dispuestos a dar una respuesta a quien os pida razón de vuestra esperanza, pero hacedlo con sencillez y deferencia» (1 Pe 3, 15-16). Si estudiamos la fe estaremos preparados para responder preguntas cuando llegue el bendito momento. Lo peor que podría ocurrir es que una persona volviera y nos preguntara honestamente por qué creemos y hacemos esto o aquello…¡y no tuviéramos una respuesta!

Cuando viajo a Europa, si saco un billete de 20 dólares para pagar la comida, el camarero mueve la cabeza con disgusto. El dólar no es la moneda común allí; usan euros. ¿Cuál es la moneda común de aquel por el que rezamos? ¿Se ha hecho protestante evangélico? La moneda común es la Biblia. En este caso, lo inteligente es estudiar la Biblia de manera que podamos relacionarnos con esa persona.

La Biblia es un libro católico, y nosotros especialmente deberíamos amarlo y comprenderlo. Debemos ponernos en el lugar de esa persona, comprender su nueva religión o la ausencia de ella. Tenemos que estudiar la Biblia y las razones de nuestra fe católica para poder compartirla confiadamente con otros.

Regla nº 5: Que tu vida transparente la alegría del Señor.

La alegría, la felicidad y el amor atraen a la gente. La ira, la frustración y el descontento la alejan. Nuestra alegría y contento en el Señor deberían ser contagiosos; deberían conducir a la gente al Señor y su Iglesia. Deberíamos conseguir que nuestros conocidos se preguntaran: «¿Por qué es tan alegre? ¿Qué tiene que yo no tenga?» Si nos quejamos y murmuramos, esto convencerá al que hemos perdido de que él, efectivamente, ha recibido la mejor parte.

Si estamos siempre criticando a los sacerdotes, la misa y la homilía, nadie nos tomará en serio. Si nos quejamos de las enseñanzas de la Iglesia, disentimos de la moral católica, y dejamos claro que preferimos ver un partido de fútbol antes que ir a misa, estamos alejando incluso más a nuestros familiares y amigos.

La alegría del Señor irradia desde nosotros incluso en tiempos difíciles. La luz atrae a las polillas.

Regla nº 6: Pide al Señor otra persona que influya en el alejado, puesto que a ti no te escucha.

Puede que la regla número 6 sea la más importante de todas. Es de cajón, pero rara vez se pone en práctica. La gente dice: «¡No se me había ocurrido!» Cuando se trata de familia y amigos, pensamos que es trabajo nuestro conquistar al perdido, convertir al no católico. Pero en realidad no es nuestra tarea: es el trabajo del Espíritu Santo que, quizá, puede preferir usar a otra persona que no seas tú. El Espíritu Santo usará tus oraciones y quizá la influencia de alguien cercano. Así que ¡reza en esta línea! He visto este trabajo repetidas veces.

Nosotros rezábamos por familiares que nos rehuían por completo a causa de nuestra conversión. Tomé la decisión de rezar cada día, como en la parábola de la mujer y el juez injusto. Un año después, una persona que yo no conocía le dijo a un pariente mío: «Acabo de leer el mejor libro de mi vida. Tienes que leerlo». Mi familiar le dijo: «Dime el título y lo encargo». El amigo le dijo: «Es Cruzar el Tíber, de Steve Ray».

Mi pariente casi se cae de la sorpresa. «¿Qué? ¡Es pariente mío! ¿Te ha gustado su libro?» Desde ese momento, toda la hostilidad desapareció. No más discusiones, tratamientos de silencio o alejamiento. Mi pariente no se convirtió, pero nuestra relación se curó y nosotros consideramos aquello como un gran avance.

La regla número 6 significa que debemos estar dispuestos a dar un paso atrás e iniciar un acercamiento discreto. Reza para que Dios mueva las piezas de su tablero de ajedrez cósmico hasta que pueda reunir las piezas apropiadas – para traer a la persona adecuada que influya en tu ser querido.

Pon en práctica estas seis reglas, y verás las maravillas del Señor. No esperes resultados inmediatos, reza para que se cumpla el tiempo del Señor. Descubrirás que, no solo es bueno para la curación de la persona que quieres, sino que también hará maravillas en tu propia vida.

Traducido por Cristina Moreno Alconchel, del equipo de traductores de InfoCatólica

22 comentarios

Mariana
De mucha ayuda! Dios te bendiga y te regale mas de sus dones para que nos los compartas. Saludos desde México.
12/12/15 7:55 PM
antonio
Excelente!!!!!!!!!

Muchas Gracias.


Que Dios los bendiga y la Santisma Virgén ruegue por ustedes y la Iglesia.
12/12/15 9:22 PM
Rexjhs
Misericordia al tratar con pecadores públicos, herejes y ateos, sí... pero llamándoles a la conversión para que no se condenen. Cristo predicó sobre el Infierno infinidad de veces, y sobre la necesidad de conversión, y por eso le crucificaron. Si el cristiano deja de decir la Verdad para llevarse bien con todos, y dejan sus palabras de escocer... es como la Sal que se desala, que pierde su salinez y que hay que echar fuera para que la pisen.
12/12/15 10:16 PM
antonio
He leido lo de Rexjhs, suena, que es la Verdad, me ha dejado pensando, en el mundo, hay que comvivir, con personas con ideas diferentes, credos diferentes, de hecho a mis queridos pacientes, no le pido el carnet de creyente, para atenderlos, debo ser fiel a HIPOCRATES, en la Maravilla que eso significa.
Por supueso, se habla mucho de libertad, pero se la desvincula con la Verdad, y eso está muy mal, y en general obedece a fines politicos, ideologicos, y también confesar a Cristo,vencer los respetos humanos, Royo Marin, justamente el autor relata muy bién esa situación.
El creyente tiene que saber, que como dice San pablo en la primera Carta a los Romanos, el que hace una maldad, se complace en hacer caer a otros, en la misma, generalmente haciendo el udo de poder, si se tiene familia e hijos esto no es del todo fácil, se va avanzando en la medida que se crezca en la vida interior......................la Compasión es muy necesaria siempre, como defender la Sana Doctrina, por la que uno se expone.Porque sencillamente estamos obligados.
12/12/15 11:27 PM
Veronica
Si tu suegra tiene un trastorno narcisista de la personalidad, con comorbilidad con el psicótico, borderline y paranoide, mas sumándole que tiene dinero, y aunque es tonta de remate cree que sabe de todo, te aseguro que todo eso, aunque esta muy bien, no funciona.
12/12/15 11:35 PM
antonio
Siempre hay que tener esta sentencia muy fuerte de Nuestro Señor, al que no me confiese adelante de los hombres, no lo confesare ante mi padre Celestial, esto para mi no fue sencillo, todo es producto de la Gracia, y del nivel de vida interior, nunca pense que podía por vanagloria estar ecribiendo aqui, amor propio, y soberbia, es evidente que el Señor me dio la Gracia.El orgullo!!!!!!

Muchas Gracias.

Que la Virgén ruegue por la Iglesia.
13/12/15 2:04 AM
Almudena 1
Leyendo el artículo, salvando las distancias y no queriendo generalizar, me ha venido inmediatamente a la cabeza lo que también ocurre entre los católicos. En no pocas familias y círculos de amigos, la incorporación de algunos a determinados movimientos ocasiona tensión y desunión. Esto aún es más grave. Se da a menudo el caso de que fulana o mengano se creen superiores, te miran con "pena", no cuentan ya contigo...porque no eres o te has salido de tal o cual movimiento de La Iglesia. Parece como si ya no se compartiera la misma fe, como si hubiera que entablar una lucha entre santos fundadores, tensión en las formas, en los hábitos, en la misma fe y costumbres.
13/12/15 9:20 AM
Luis López
Tiene razón Almudena 1.

Es raro en España chocar con protestantes en comidas navideñas, pues afortunadamente los protestantes en España, en nuestra tierra de María, siguen cabiendo en una cabina de teléfono.

Los choques suelen ser entre católicos, dado que hemos llegado a un punto en el que ya casi nadie tiene claro lo que significa ser y vivir como católico (y si quieres tomarte en serio tu fe te calificarán de fundamentalista y de talibán).


Y tengo la impresión de que nuestro actual Santo Padre -su estilo y sus palabras- va a ser el tema estrella en las discusiones de los católicos este año.

Esperemos que no llegue la sangre al río.
13/12/15 1:45 PM
Arnulfo Gomez G
Cordial saludo, en el Señor. duele pero es verdad lo que refieren los dos comentarios anteriores, escuchar inclusive curas de cierto movimiento catolico referirse de mala manera contra otros catolicos o particularmente contra otros grupos de la parroquia como la legion de maria, porque creen que solo ellos tienes la verdad, estas son deformaciones del celo mal encaminado por su comunidad, a mi por no volver a la comunidad me miran algunos hermanos como si fuera un leproso, solo por no haber vuelto, no hay que ser de otra religion para sentir este desprecio.
El Señor le bendiga
13/12/15 3:29 PM
antonio
Parece que todos estamos de acuerdo con ,tiene razón Almudena 1.

la Vida de oración de los esposos tiene que estar de acuerdo con la verdad, Santa Teresa.

Recuerdo a los esposos que estaban como cuatro horas en un convento y se dierón cuenta que estaban mal, primero los hijos, oran caminando el Rosario, después los pobres si tienen tiempo, y por supuesto, la formación de los hijos, no decuidarla.

Que Dios los bendiga.y lo haga con la Iglesia.
13/12/15 4:12 PM
jacinto
Para Almudena 1

No quieres generalizar pero lo haces. Has echado porqueria a vuelo y el que esté debajo que se limpie. "Se creen superiores", dices. ¿Y como lo sabes, deduces ó intuyes? Tanta "clarividencia" suena a complejo.
13/12/15 8:14 PM
Almudena 1
Feliz Navidad, Jacinto.
13/12/15 8:51 PM
Teresa
Almudena 1 , es verdad, y que delicadeza la tuya. Enhorabuena
13/12/15 11:09 PM
SIMON- D.U.E. (JUBILADO)
Estoy totalmente de acuerdo con todos estos planteamientos, que Dios te bendiga. ¡Amén!
14/12/15 11:19 AM
TH
Mi experiencia es que en América Latina hay un gran número de católicos bautizados que jamás han sido evangelizados ni catequizados y son presa fácil para el proselitismo desleal de los evangélicos. He visto como en un hospital en Chile se aprovechan de la vulnerabilidad de los enfermos en el hospital para tratar de llevarlos a su secta. Lo mismo hacen con las viudas que están viviendo el luto. Llegan a ofrecerles servicios con la intención de llevarlas a su secta. ¿Nosotros los católicos tenemos un problema de sectas? Pues, no. Lo que tenemos es un problema de falta de evangelización y catequesis de los que bautizamos. ¿Por qué las parroquias no se organizan mejor y se acercan más a la gente dividiendo la parroquia en diversas zonas cada una con su equipo de pastoral que se mantiene en contacto con sus vecinos? He visto que esto da buenos resultados en algunas diócesis.
He podido constatar que para familiares católicos uno de cuyos miembros se hace evangélico es un suplicio porque el otro no los deja en paz con sus ataques a la Iglesia. Le repiten una y mil veces que nosotros "adoramos estatuas" porque ven las procesiones. Como loros, repiten lugares comunes de los evangélicos contra los católicos, pues en buena medida la identidad de los evangélico consiste en el odio a la Iglesia Católica.
Otro problema que tenemos los católicos es que nuestra predicación es demasiado cerebral y los pastores evangélicos, que suelen tener muy poca formación y predican una intrepretación
14/12/15 12:06 PM
Bertha Alvarado
Gracias por los consejos, espero ponerlos en practica pues la pareja de mi hermano es evangélica y el hasta poco iba todos los domingos a misa, ahora no lo hace y eso nos preocupa.

Pero lo que mas nos preocupa es que a nuestra sobrinita, la mamá la quiere bautizar en su fé, que ni siquiera sabesmos cuál es, pues en Perú ellos tienen diferentes denominaciones y en general se llaman cristianos, como sí los católicos no fueramos también cristianos.
14/12/15 3:25 PM
Grace del Tabor - Argentina
Me da la impresión de que los comentaristas no han entendido lo que expresa Steve Ray.
Tenemos siete hijos mayores, dos de los cuales son mejores, mucho mejores que mi marido y yo en su vida de fe católica,esponsal, de padres, de apostolado, de ejemplo.Veo que ellos hacen lo que aquí se nos propone respecto a quienes no piensan como ellos.
Doy gracias a dios por semejante regalo!
Los demás hijos,en cambio, no! Uno es budista, convive con una mujer con la que se lleva bastante bien.¡Cuánto me duelen sus decisiones! Sin embargo nos queremos TANTO con este hijo cariñoso y extremadamente amante,agradecido por la educación recibida de nosotros, orgulloso de su familia.[En este punto recuerdo el MISTERIO de Dios!]
Una de las hijas mujeres está casada con un muy buen chico.Ellos van a Misa.Y ya.
Los otros tres han dejado de asistir a Misa. Viven la religión "a su medida", sirviendo,ayudando a un sacerdote con jóvenes drogadictos de su parroquia;los acompañan , guían,asisten...sin alimentarse de ningún Sacramento,sin leer la Biblia...sin Dios...Para ellos esto es secundario, cuando no innecesario.
Aquí es donde me vienen como anillo al dedo los sabios consejos de Steve Ray, que agradezco de corazón.Comprobé que "empujar" redunda en "que te empujen".Aceptarlos así es tremenda, inexpresablemente doloroso. Rezar con fe,confiar en la acción de la gracia del Bautismo, pedir por su salvación:lo mejor y más difícil .
Gracias, muchas gracias por esta nota .
14/12/15 7:48 PM
María del Carmen García Zepeda Vizcaíno
Saludos. Secundo desde México el comentario de Mariana y Felíz Navidad
19/12/15 1:57 AM
LUIS FERNANDO SERNA GARCIA
CUANDO ALGUIEN NO NOS ESCUCHA Y SE CIERRA A NO ESCUCHAR,ES POR QUE EL MALIGNO LO ESTA MANEJANDO Y NO LE INTERESA PERDER SUS ADEPTOS INCONCIENTES, POR QUE MUCHAS VECES SUCEDE QUE LA PERSONA NO ES CONCIENTE DE LO QUE DICE O PIENSA,Y ES MEJOR NO ENTRAR EN DISCUCIONES, ALGUN DIA DIOS LE QUITARA LA VENDA DE SU CORAZON.
19/12/15 5:46 AM
maria
gracias por las reglas.
28/12/15 4:07 PM
De acuerdo con TH, casi en 100%, en mi familia numerosa hay 20,000 religiones, exagero, pero es real, es una problematica impresionante, porque simplemente el circulo familiar es tu enemigo, el dolor que se experimenta no solo por los ataques brutales verbales y hasta chantajes emocionales, amenazas haciendo uso de la palabra de DIos, sino de ver lo que les han sembrado en la cabeza y el corazon, todo los dolores son parajeros menos uno, cuando lo vives desde afuera lo puedes ignoras o medio ignonar, pero dentro, puedes callar, pero ignorar no, y hay hay momento y puntos especificos en que aun con toda la paciencia estalla como un verdadero energumeno, cuantas dias o noches lagrimas han sido mi pan, no lo digo para que me compadezcan, sino para que por piedad ayuden a las personas que conozcan en esa situacion, porque a mi que me toco la bola negra, alguna veces no puedo ver con claridad y la confusion me atrapa, hay cosas en la vida que no exigen hablote, sino soluciones, ya por lo menos una luz para comprender de que se trata el asunto, y tampoco hablo con el amino de molestar a nadie, solo me explayaba un poco, porque es un tema que me hace temblar mi, me pone muy mal, y solo busco soluciones , por eso lo lei y comente. Ya, ya acabe, adios.
12/08/18 4:15 AM
Antonio gonzalez
Buen dia saludos
Que dios los bendiga
Tienes razon los catolicos tenemos que tener respuestas
Lei tu bloque y me ayudo bastante
Tengo el.mismo asunto mi conyugue es protestante pero tengo la ilucion que el espirutu santo haga la concersion en ella
Gracias que la pasen bien
27/10/18 4:45 PM

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