Afecta sobre todo a las familias más pobres del país

Panamá: el obispo de Santiago de Veraguas pide al gobierno tomar medidas contra la ludopatía

El obispo de Santiago de Veraguas (Panamá), Mons. Audilio Aguilar Aguilar, ha pedido públicamente al gobierno panameño que intervenga para detener el daño que están provocando las casas de juegos de azar a las familias en las áreas más pobres del país. El prelado advierte que«son muchas las personas que frecuentan estas salas y dejan sus salarios en los casinos aumentando así, la pobreza en los pueblos del interior».

(Fides) Mons. Aguilar se ha expresado de esta forma en el marco de la celebración religiosa en honor a San Miguel Arcángel, patrono del distrito de Atalaya, el 29 de septiembre.

El fenómeno creciente de ludopatía no afecta sólo la provincia de Veraguas. Mons Aguilar ha subrayado que en todo el país hay numerosos casinos y son muchas las personas que pasan toda la noche en estos centros de juegos de azar:

«Es mucho el dinero que invierte la gente en eso y es un pecado que ofende a Dios porque los bienes que se adquieren deben ser para lo necesario en el hogar».

Los impuestos más importantes de la economía de Panamá, según datos recogidos por publicaciones locales, son los impuestos sobre el tabaco, la gasolina y los juegos de azar (lotería y casinos). A principios de este año el gobierno había propuesto resolver el problema de las pensiones bajas con el aumento del impuesto sobre los juegos de azar.

Aunque es difícil dar cifras exactas, hace dos años más de una fuente señalaba que el dinero recibido de los juegos de azar en un solo año en toda Panamá, pagaría los salarios de 40.000 maestros de escuela durante cinco años.

 

3 comentarios

Juan Mariner
La ludopatía es una enfermedad de consecuencias devastadoras a nivel personal, familiar y social. Ludopatía y adicciones institucionalizadas por el Estado deben ser denunciadas por los Obispos: no son temas opinables ya que degradan a la persona humana.
2/10/15 10:25 AM
Opinando
Madrid, año 2015, calle de Bravo Murillo; entre cuatro caminos y plaza de castilla podemos encontrar una sala de juegos de azar (apuestas, bingo, tragaperras,...) cada 100 metros -50 metros si cambiamos de acera- ¿Qué es lo que más vemos en las puertas? Menores de edad o gente muy, muy joven dejándose el dinero. ¿Cómo es posible que en zonas económicamente débiles y en unos años durísimos para la economía hayan proliferado de esta manera? Eso sin contar todas las casas de apuestas que nos bombardean con programas de televisión, anuncios, inundan Internet... Ya ni siquiera tienen que salir de casa para arruinarse ellos y sus familias ¡Piérdelo todo desde el salón de casa! ¡Qué vergüenza! Imagino que las 'mordidas' estarán haciendo el agosto con estos temas. Dios juzgará con severidad a todos los que han permitido esto y a los que se han enriquecido con la ludopatía de sus semejante no les auguro una eternidad cómoda.

El Señor nos perdone por apartarnos del camino que nos señaló con tanto amor.

Saludos y bendiciones.
2/10/15 1:05 PM
Rodrigo
Mons. Audilio Aguilar, muchas gracias por esta denuncia, era justa y prudente hacerla.

Vivo en Santiago de Veraguas y es una verdad, Usted es mi Obispo, que ¡Dios y la Virgen lo Bendigan!
2/10/15 7:54 PM

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