Conferencia sobre el Sínodo de la Familia

Cardenal Sebastián: «El sacramento de referencia para los divorciados vueltos a casar no es la Comunión sino la Penitencia»

El cardenal Fernando Sebastián Aguilar pronunció ayer, en la localidad gaditana de San Fernando, una conferencia titulada «El Sínodo de la Familia». El purpurado advirtió de la necesidad de mejorar la catequesis familiar y prematrimonial para evitar que se produzcan ceremonias que son una farsa y no bodas auténticamente religiosas. En relación a la cuestión de la comunión a los divorciados vueltos a casar, el cardenal manifestó estar en contra por ser una situación objetivamente contraria a la ley divina.

(InfoCatólica) El cardenal hizo una exposición sobre la institución del matrimonio tanto en su condición de sacramento católico como en su condición una realidad creacional, de ley natural. En ese sentido dijo que todo matrimonio, incluso el que contraen los no cristianos, «es sagrado, como es sagrado el hombre y la mujer, como es sagrado el amor entre hombre y mujer, como es sagrado de por sí el misterio del origen de la vida».

Crisis del matrimonio

Tras explicar lo que es el matrimonio, don Fernando aseguró que su situación actual es «bastante mala». Y añadíó: «Hoy, la familia cristiana, en condiciones, es una realidad minoritaria, incluso en los países cristianos... incluso, por supuesto, en España, que a veces parece que no quiere ser cristiana». A continuación dio una serie de datos que demuestran que cada vez se producen menos matrimonios cristianos y se dan más uniones de hecho o matrimonios civiles. Igualmente indicó que aumenta el número de divorcios, el de familias monoparentales, mientras que disminuye la natalidad.

El hecho de que, según aseveró el prelado, la familia configure «la dimensión más profunda de la persona» -en ella «uno es aceptado y querido tal y como es, sin máscaras»-, hace que la crisis de la institución matrimonial tenga efectos negativos tanto en la sociedad, en general, como en las personas en particular y en la propia Iglesia.

Para la Iglesia, constató el arzobispo emérito de Pamplona y Tudela, «la familia es la primera y principal transmisora de la fe... nos enseñaron a rezar nuestra madre y nuestra abuela. Y esa es la primera catequesis que hemos recibido y la semilla cristiana más profunda que todos llevamos». «Si eso se pierde», sentenció, «la Iglesia ha perdido la vía más importante de evangelización que existía en nuestra sociedad».

Autenticidad de los matrimonios que se celebran en la Iglesia

Tras recordar que el matromino cristiano debe ser reflejo del amor que profesa Cristo a su Iglesia y viceversa, el cardenal se preguntó cómo se puede garantizar la autenticidad de los matrimonios religiosos. Y respondió:

«Con unos cursillitos de tres días, no se garantiza. Sobre todo no se garantiza para ese 80% que no pisan la Iglesia desde la primera comunión. Ese vacío religioso de 20 años no se llena con tres conferencias»

El cardenal relató entonces que en su intervención en el sínodo del año pasado dijo que «la autenticidad del matrimonio se decide en la formación religiosa de los adolescentes». Y exhortó:

«Tenemos en la Iglesia que redescubrir una catequesis de conversión a los 14, a los 16, a los 18 años, sin la cual el 80% de probabilidades del matrimonio es que sea una ficción de sacramento. Eso es duro de decir pero me parece que es la única verdad. Y cuando se quiere edificar, pues hay que limpiar el terreno hasta que se encuentre terreno firme. Dice Santo Tomás bendito: `En los sacramentos, no puede haber nada falso´. Pues bueno, en nuestros sacramentos hay mucho de falso. Y eso lo tenemos que denunciar. Y eso es tarea de la jerarquía y del pueblo de Dios»

Don Fernando pidió igualmente acompañar más cálidamente, de manera más cercana, a los nuevos matrimonios, dado que el ambiente actual empuja a divorciarse fácilmente:

«Yo creo que una idea muy fecunda sería que, en las parroquias, los matrimonios de cada año formen un grupo apadrinado por un matrimonio veterano que los acompañe, y que esté un poco al quite de las primeras dificultades, de los primeros disgustos, de las primeras tensiones»

El cardenal indicó que aunque tal cosa podría hacerse con los matrimonios de ahora en adelante, el sínodo se planteó qué hacer con la enorme cantidad de matrimonios fracasados que tenemos. Entonces explicó que la primera medida que el Papa ha puesto en marcha es facilitar los procesos de nulidad:

«Hasta ahora la fe se daba por supuesta en todos los que venían a la Iglesia. Hoy no la podemos dar por supuesta. Hay mucha gente que viene a casarse a la Iglesia por diversas razones pero sin verdadera fe. No tiene intención de unirse en matrimonio como lo enseña la Santa Madre Iglesia. No tiene intención de irrevocabilidad. Esa falta de identificación con la mentalida de la Iglesia es una causa clara de nulidad. Antes esto podía ser raro. Hoy es frecuente. Entonces, hay que reconocer la nulidad de los matrimonios, no por política, no por facilitar las cosas, sino porque de hecho fueron nulos. A unos señores que no tenían intención de casarse de verdad sacramentalmente, luego no les podemos exigir que vivan como si se hubieran casado de verdad».

El purpurado aragonés pidió reconocer lo de que de bueno pueda haber en las situaciones de uniones que podrían considerarse matrimoniales según la ley natural -al no existir fe- para llevar a esas personas hacia el verdadero sacramento, hacia la fe.

Divorciados vueltos a casar

El cardenal abordó finalmente la situación de los divorciados vueltos a casar y su acceso a la Eucaristía. Tras indicar las dos ideas presentes en las discusiones sinodales, don Fernando manifestó su parecer, que es el del Magisterio:

«Desde luego mi postura es que los divorciados vueltos a casar civilmente no están en condiciones de recibir la comunión sacramental... porque es una situación objetivamente desordenada y contraria a la ley de Dios. Pero estas personas sí pueden iniciar un camino de arrepentimiento y de penitencia. Vamos a tratarles, vamos a ayudarles, porque hay mucha gente que se divorcia, se casa, viven unos años más o menos felices, y a los 60 años, cuando reposa la cabeza, siente necesidad de reconciliarse con Dios. ¿Qué les decimos a estas personas? Mi planteamiento es que el sacramento de referencia para los divorciados vueltos a casar no es la Comunión sino el sacramento de la Penitencia. Primero, viva usted un tiempo de penitencia. Y vamos a discernir cuál es su camino de conversión. Y después de que haya habido un camino de conversión, puede haber una absolución».

Por último, Su Eminencia indicó que el sínodo que se va a celebrar este año se va a ocupar sobre todo de la misión de la familia cristiana en la sociedad. Y advirtió que «si no tenemos familias pujantes en el amor, en su vocación cristiana, difícilmente podemos esperar que hagan algo importante en favor de la humanidad»

43 comentarios

Gorka
En el clavo. Veritas in caritate.
10/09/15 11:18 AM
Salvador Carrión Olmos
Magnífico.
10/09/15 12:00 PM
Maribel
Pero no dice cual es ése camino de conversión.
10/09/15 12:17 PM
Hermenegildo
Que muchos de los matrimonios que se celebren hoy día sean nulos no justifica que con las nuevas normas dictadas por el Papa, el principio "favor matrimonii" que regía los procesos de nulidad, se haya sustituido por el principio "favor nullitatis", de modo que que la indisolubilidad quede reducida a un ideal impracticable. Juan Pablo II explicó claramente que la indisolubilidad es presentada por el Magisterio como la ley ordinaria de todo matrimonio celebrado, precisamente porque se presupone su validez, independientemente del éxito de la vida conyugal y de la posibilidad de que en ciertos casos se diera una declaración de nulidad (Discurso a la Rota Romana, 21 de enero de 2000).

En un proceso de nulidad, la prioridad de la Iglesia no es el interés de los cónyuges de obtener la declaración de nulidad, sino la verdad en cuanto a la validez del vínculo matrimonial. Como dijo Pío XII, «en el proceso matrimonial, el fin único es un juicio conforme a la verdad y al derecho en el proceso de nulidad sobre la pretendida inexistencia del vínculo conyugal» (Alocución a la Rota Romana, 2 de octubre de 1944).
10/09/15 12:34 PM
Hermenegildo
Por otra parte, un divorciado vuelto a casar por lo civil no puede obtener la absolución sacramental de su pecado mientras mantenga una convivencia "more uxorio".
10/09/15 12:35 PM
Joaquín
Ay, si don Fernando hubiera hablado así en los tiempos en que era secretario de la CEE...
10/09/15 12:36 PM
Rexjhs
Excelente el Cardenal Sebastián. El sacramento de referencia de los adúlteros debe ser el de la penitencia.

Concuerdo con él en que la Iglesia debe endurecer las catequesis previas al matrimonio, y, añadiría, hacer firmar a los contrayentes un documento en que acepten haber entendido las reglas del matrimonio católico: fidelidad y apertura a la fecundidad. Así no podrán alegar después ignorancia o desconocimiento.

Abaratar la nulidad no es la salida. La salida es endurecer el acceso al matrimonio, para que no haya tantos sacrilegios.
10/09/15 1:27 PM
José Antonio
Normal que a los adúlteros no les den la comunión.
10/09/15 2:17 PM
maria
Paz y bien. Solo puedo añadir una palabra. Gracias Padre.
10/09/15 2:52 PM
Chimo de Valencia
Frase muy interesante y acertada, gracias cardenal.
10/09/15 3:02 PM
EUDELIO BENITEZ GARCIA
UNA DE LAS MEJORES CABEZAS PENSANTE QUE TIENE LA IGLESIA CATOLICA EN ESPAÑA
10/09/15 3:05 PM
JUAN NADIE
Antes de nada me gustaría manifestar mi absoluto respeto y consideración por este obispo. Ojala algunos fuesen como el.

Lo que dice es correcto, y en estos tiempos muy necesario.
Sin embargo a mi me parece que con tanto marear la perdiz con el drama de los amancebados en la Iglesia se esta promoviendo una misericordia parcial, solo para los pecadores, aunque supuestamente arrepentidos tras un "itinerario penitencdial" que nadie ha concretado exactamente que es.
Yo no dudo que puedan darse caso de amancebados arrepentidos que deseen volver a la Iglesia decidiendo vivir en more fraterno, aunque yo creo que el obispo es demasiado generoso. Yo lo cifraría en los 70 años. Tiene que resultar complicado para quien ha vivido en barra libre de adulterio amancebado, de repente vivir la castidad absoluta.
Y en ese itinerario penitencial, ¿Qué pasa con los hijos del primer matrimonio o del segundo o del tercero si es que los hubo? (no estoy exagerando yo conozco gente que se ha casado tres o cuatro veces sin deceso del conyuge).
Yo se que este obispo y otros nos ilustran con la mejor intención, pero tengo la impresión de que se les olvidan los hijos primeros. ¿No es mucho mas perentorio y necesario que la Iglesia dedique sus esfuerzos mucho mas a esos hijos que a los amancebados? Si alquien se toma la molestia de recopilar lo que han dicho los obispos buenos sobre los amancebados, ¿Cuánto han ocupado las referencias a los hijos primeros? ¿No es esto un fallo grave?
10/09/15 3:19 PM
Horacio Castro
Es un tema que dejo para quien tenga datos precisos, pero después de meses de leer argumentos parecidos me parece que este problema tiene características especiales en España. No creo, por ejemplo, que en Argentina haya muchos matrimonios sacramentales afectados de nulidad por falta de conocimiento o formación religiosa en los contrayentes.
10/09/15 3:49 PM
mjbo
¿Pero no ha dicho que todo matrimonio aunque no sea cristiano, es sagrado? ¿Entones cómo es posible que se puedan anular aquellos que sus contrayentes no tenían fe?
10/09/15 4:34 PM
Feri del Carpio Marek
Qué buen obispo. ¿Por qué es tan difícil encontrar obispos así? ¿Se requieren dones tan extraordinarios de Dios para predicar la verdad con misericordia?

Juan Nadie, ¿dices que la Iglesia promueve una misericordia parcial sólo para los pecadores? Ese comentario es, como mínimo, irrisorio. Porque la misericordia, por definición, es sólo para los pecadores. Si no te consideras pecador, pues quien se cierra a la misericordia eres tú, no la Iglesia.

El itinerario penitencial no se puede concretar cómo es, porque depende de cada situación particular, y hay que discernirlo.

Rexjhs, de acuerdo contigo en la importancia de endurecer el acceso al matrimonio, y diría también al bautismo a la confirmación y a la primera comunión. ¿Cómo se puede dar esos sacramentos a quienes no quieren formarse en la fe y lo hacen casi por obligación? Dejemos ya de ser tan hipócritas. La misión de la Iglesia es salvar almas, no repartir sacramentos como si fueran golosinas. Por dar tanta importancia a tener cantidades de falsos feligreses y a tener buena imagen ante el mundo estamos destruyendo a la Iglesia y a las almas que deberían salvarse.

Con respecto a la nulidad, no se la está abaratando, simplemente se está encarando la realidad de que abundan los matrimonios nulos, y es necesario agilizar el proceso. Eso no es abaratar.
10/09/15 4:53 PM
jacinto
Joaquin

¿Qué pasa, naciste ya con el lote de virtudes adquirido o qué?
10/09/15 4:56 PM
Néstor
"Después vamos a ver cuál es su camino de conversión". Habría sido mejor si hubiese dicho que ese camino de conversión exige necesariamente el propósito de enmienda y que éste es incompatible con la voluntad de permanecer en la situación objetiva de pecado, o sea, teniendo relaciones sexuales con la pareja de adulterio.

De lo contrario, ese sentido, el único ortodoxo, se puede presumir, pero no se impone por lo que efectivamente ha dicho.

Saludos cordiales.
10/09/15 5:39 PM
Luis Fernando
Cuando habla del camino de conversión, el ejemplo que pone es el de una persona de cierta edad que se da cuenta que está en pecado y quiere ponerse en paz con Dios. Y habla de la absolución solo al final de ese camino. Es evidente que el cardenal no puede referirse a otra cosa que al abandono de la situación de pecado.
10/09/15 5:55 PM
José Miguel
No son estos los tiempos de Pío XII o de San Pío X o de León XIII; son tiempos revueltos en los que todo se ha desnaturalizado. Y los sacerdotes forman parte de esta sociedad, y también se han visto afectados, en una gran mayoría, por el mundo mundano. El panorama es desolador; cunde el pánico y el desconcierto y nadie sabe por donde comenzar la labor de reconstrucción con todo reducido a cascotes. Sin duda habría que rezar pero son pocos los hoy en día creen en la eficacia de la oración, y los sacerdotes menos. Han abandonado la sotana o todo lo que les identifique como ministros del Señor y ponen con desidia las santas vestidura para oficiar la Santa Misa, prescindiendo en muchos casos de la casulla, el amito o el cíngulo. Esto es lo que se ve, pero ¿ cómo será el resto de su vida espiritual y sacerdotal ? Cada día, afortunadamente, conozco a más gente que, afanosamente, buscan parroquias regidas por sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X. Lo entiendo perfectamente. En mis viajes a Londres asisto siempre a la Misa en el Brompton Oratory: otro mundo; la piedad de los asistentes de todas las razas y países, la riqueza de los ornamentos, latín, incienso, el coro y el órgano : ¡ Señor, que bien se está aquí ! A Dios todo honor y toda gloria.
Después de esta humilde exposición de la realidad de la Iglesia y del contraste entre lo que es y lo que debiera ser tan sólo se me ocurre insistir : oración constante; Rosario en familia, ¡ un misterio al menos !
Señor Rexjhs, toda l
10/09/15 5:58 PM
Luis Fernando
Rellenen el campo del Nombre o no salen los comentarios.
10/09/15 6:35 PM
Amarilys
Estoy de acuerdo con todo pero del no del todo, si una persona ha estado en el evangelio toda la vida, tiene una vida en oracion, se casa por amor y a los años este matrimonio se desvanece por el que hombre le dió a su esposa, la maltraba verbalmente y ella le puso fin a un matrimonio asi y tambien el estuvo con una mujer mientras estuvo casado. Mi Hermana se divorcia despues de 12 años de matrimonio y con una Hermosa hija y al cabo de 15 años se casa a lo civil con un gran hombre, Un hombre que es viudo Bueno respetuoso. Mi Hermana sigue en la iglesia y no puede comulgar porque se divorcio, entonces ha llevado una Buena vida en oracion y no puedo aprobar que no pueda comulgar, que la iglesia catolica defina la palabra adultera o adultero si ella no ha cometido pecado en su matrimonio, si ella no se divorcia de su primer matrimonio sabra Dios donde estaria porque el le fue infiel y ella no lo sabia hasta que lo descubrio y ahi empezo el maltrato verbal y físico y su calvario hasta que se divorcio. Ella se caso enamorada, virgen y su fe nunca la ha desfallecido, orando, hacienda el Rosario. Entonces este tipo de situacion porque la iglesia no le permite comulgar.
10/09/15 6:37 PM
José Miguel
Señor Rexjhs, tiene usted toda la razón. Habría que endurecer, efectivamente, el acceso al matrimonio, y no sólo al matrimonio sino, como bien apunta Feri del Carpio, a todo los Sacramentos. Todos han de ser administrados mediante larga súplica y no frívolamente como ahora, al igual que el "café para todos" de los políticos. Parece que lo que pretende hacer ahora la Jerarquía es borrón y cuenta nueva porque, verdaderamente, me atrevo a asegurar que casi todos los matrimonios contraídos por parejas que, previamente, han vivido un "matrimonio a prueba" son nulos, y ya la estadística demuestra que la probabilidad de divorcio entre ellos es del 90%.
El sacerdote y fundador D. Baltasar Pardal Vidal enseñaba que "educar a la mujer es educar hombres y levantar pueblos". Pues ya vemos los desastrosos efectos de haber corrompido a la mujer : los hombres hundidos en la miseria y los pueblos en la ruina, y España más, y cada día más. Oración. El sábado día 12, a las 20.00 horas, Rosario por España en 24 ciudades y pueblos de nuestra nación, una feliz iniciativa de unos católicos de Murcia. Parece que la Reconquista ya ha comenzado : estáis todos invitados. El Rosario, arma poderosa.
10/09/15 6:55 PM
William Jiménez
Lo manifestado por el señor Cardenal me aclara muchas dudas que tenía, gracias por ello. Ahora, comenzaré diciendo que soy casado, llevo 18 años de matrimonio (los cumpliré con la gracia de Dios este 13 de septiembre) y con mi esposa hemos procreado 4 hijos vivos a los que amamos mucho y los reconocemos como una bendición de Dios (a más de estos hijos, tuvimos 4 más que perdimos antes que cumpliera 9 semanas de embarazo). Con mi esposa estamos claros de lo que significa el matrimonio, lo reconocemos como un sacramento y un camino para alcanzar la santidad.
Leyendo los comentarios que anteceden a este, puedo notar claramente algunas cosas: falta de caridad; prejuicios, desconocimiento, soberbia, entre otras.
Considero que es necesaria una catequesis profunda que prepare mejor a los cristianos para el sacramento (no endurecer, no es el término apropiado), pero esa catequesis comienza en casa. Los padres somos responsables de la fe del niño que llevamos a bautizar, por tanto somos responsables de inculcarle con palabras y sobre todo con nuestro ejemplo esa fe que incluye al matrimonio, nuestros hijos (si somos verdaderos católicos) deben ir al matrimonio conociendo exactamente lo que es ese sacramento y dispuestos a vivirlo con alegría sabedores que Jesucristo estará con ellos transformado el agua en vino como lo estuvo en las bodas de Cannan. A nuestros hermanos que por diferentes razones no hayan podido vivir su sacramento, no nos corresponde juzgarlos sino amar y acogerlos
10/09/15 7:00 PM
William Jiménez
Continúo. Debemos recordar que Jesús vino por los pecadores y no por los justos. Recordemos el pasaje de la mujer adúltera: "Tampoco yo te te condeno, vete y no peques más".
También se dice "Quien no recoge desparrama". Ayudemos a recoger, seamos caritativos con nuestros hermanos que por una u otra razón no han podido vivir su sacramento y se han divorciado y vuelto a casar. No significa aprobación de su accionar sino ayudarlos a reencontrarse con Cristo, ayudarlos a volver como lo hizo el hijo pródigo que fue acogido con regocijo por su padre.
La situación del mundo de hoy, la poca importancia que dan los jóvenes al matrimonio actualmente no es culpa suya sino de quienes no supimos inculcar en ellos una fe profunda y un verdadero temor de Dios (temor de ofenderlo). Juzgando a los demás y siendo sectarios no lograremos nada sino empeorar las cosas.
Es momento de escuchar al Papa Francisco cuando nos pide que seamos una Iglesia de brazos abiertos para acoger a quienes sufren y aunque parezca o contrario, los divorciados y vueltos a casar sufren.
10/09/15 7:12 PM
Alejandro LC
> Nadie sabe por donde comenzar la labor de reconstrucción con todo reducido a cascotes

Yo lo tengo claro: hay que comenzar por la raíz, que es la Verdad. Es decir, predicar las cosas claramente según enseñó Jesucristo y según la Iglesia ha mantenido a lo largo de los siglos (hasta la época de la llegada masiva de los "teólogos innovadores"), y ser consecuente con lo que se predica. Conservar la luz para que quien esté perdido en las tinieblas pueda ver, si quiere, el camino de salvación. Esto significa corregir al que esté en error, privadamente si el error es privado, públicamente si es público, con suavidad a quien tenga humildad, y con dureza al soberbio, y deponer o incluso expulsar al que persista. Esta corrección ha de venir preferiblemente de una autoridad superior a la del que esté en error. Terrible época en la que los laicos, con torpeza pero movidos por el escándalo, no podemos sino señalar el error de sacerdotes y obispos. Pareciera que Dios esté haciendo hablar a las piedras, por causa de los que callan (Lucas 19:40).

Quien se aleja de la Verdad entra en el terreno del diablo, y ahí no hay referencias válidas, y desde ahí no se puede construir nada sólido porque estará mal cimentado. El error es comprensible en el mundo pero inadmisible en la Iglesia cuando afecta tan de lleno a su misión. Creo que ha de ser combatido con la mayor energía y premura, sin dejar que pudra lo sano. En la lucha conviene recordar el pasaje de la armadura de Dios (Efesios 6:10-18
10/09/15 7:39 PM
rastri
Y agregó: “Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser.”

Por tanto lo que Dios unió que no lo separe el hombre (Mt.19.5-69

Y los dos - hombre y mujer en la carne y persona de los hijos que Dios unió- serán una misma carne, que el hombre, -en matrimonio nulo- no la debe de separar
10/09/15 7:40 PM
Feri del Carpio Marek
Concuerdo contigo, William, el término "endurecer" no es el más apropiado. Sin embargo, entendí lo que Rexjhs quiso decir con ese término, y como esto es una sala de comentarios, no quise ser puntilloso con ello, pero tienes razón. Tal vez el término más apropiado sería "valorizar" o incluso "rescatar". Lo que está claro es que ello implica una mayor exigencia de la Iglesia a la hora de administrar los sacramentos, y no exigencia por el simple deporte de ser exigentes, sino, exigencia de que cumpla con los requisitos mínimos de mostrar amor a la Iglesia y deseos de querer someterse a la fe católica y formarse en ella, algo que hoy se ve escasamente en quienes van a recibir cualquiera de los sacramentos, exceptuando, obvio, el sacramento del orden.

Pienso que imponer esas exigencias sería exactamente "recoger". Y daría la oportunidad de practicar la caridad, moviendo a tantas almas a que descubran y crezcan en la verdad que nos salva. Repartir los sacramentos como golosinas, o como --tomando la frase de otro comentarista-- el "café para todos", es desparramar, y moverse por motivaciones más carnales que espirituales. Y creo que la situación en la que nos encontramos respalda eso que afirmo.
10/09/15 8:30 PM
Feri del Carpio Marek
Abrir los brazos y acoger para nada significa abaratar los sacramentos. Todo lo contrario, al abaratarlos de la manera como lo venimos haciendo, les estamos cerrando el acceso a conocer su fe, inclusive a la noticia de que la fe es algo que se puede conocer, y que el Espíritu Santo te asiste en esa tarea.
10/09/15 8:35 PM
Horacio Castro
Sobre las catequesis previas a recibir los Sacramentos que comenta Rexjhs y a la que adherimos muchos (yo expresé mis dudas sobre algunas nulidades atribuidas a falta de formación suficiente), hay que hacer la salvedad respecto al Bautismo de infantes que es imprescindible. Además creo que Luis Fernando y Néstor se refieren a algo importante y poco mencionado, como es la situación de los divorciados ‘vueltos a casar’ que llegaron a una edad avanzada en la que puede asumirse la convivencia como hermanos (o al menos intentarla).
10/09/15 8:38 PM
Néstor
En realidad, lo único que se está discutiendo es si los bautizados divorciados que viven en situación de adulterio pueden comulgar sin renunciar a esa situación, o no.

Eso es lo que se ha planteado, y eso es lo que se tiene que definir en el Sínodo o en la Exhortación posterior del Papa.

Ahí cada uno ve de qué lado se coloca. Por supuesto que el lado católico es que no.

Sería muy lindo que se estuviese discutiendo otra cosa, es decir, cómo ser más caritativos con estas personas que sufren tanto, sin que esa discusión implicase en lo más mínimo la idea de cambiar la doctrina católica.

Pero esa no es la realidad. La realidad es que hay la amenaza de corromper la doctrina de la Iglesia tocante a los Sacramentos, al Matrimonio, a la ley moral, etc.

Saludos cordiales.
10/09/15 8:46 PM
Feri del Carpio Marek
Néstor, la reducción que haces del Sínodo a discutir sobre si los adúlteros pueden comulgar es muy infeliz. Para comenzar, el Sínodo no tiene nada que definir a ese respecto, porque eso ya está bien definido en la doctrina de la Iglesia. Para continuar, los temas más importantes del sínodo son otros, entre ellos la preparación necesaria para recibir el sacramento del matrimonio.
10/09/15 9:07 PM
Feri del Carpio Marek
Nestor, dices «Sería muy lindo que se estuviese discutiendo otra cosa, es decir, cómo ser más caritativos con estas personas que sufren tanto, sin que esa discusión implicase en lo más mínimo la idea de cambiar la doctrina católica.»

Y eso es lo que se va a discutir en el sínodo (lo que se esté discutiendo en otros lugares poco me importa). El Papa ya lo dejó bastante claro en la catequesis del miércoles que dedicó a este tema.
10/09/15 9:10 PM
Jaime Fernández de Córdoba
Si quieren "endurecer" el acceso a los sacramentos, ¡empiecen por el bautismo!. De lo contrario no tiene ningún sentido.
Señor Amarilys, misteriosamente, Dios exige comportamientos heroicos a ciertas personas.
10/09/15 9:23 PM
EL OCASO DE OCCIDENTE
La señal del cristiano es la Santa Cruz pero pienso que ello no consiste simplemente en signarse o llevarla como colgante aún cuando sea ostensiblemente. Ser cristiano es mucho más que eso; es querer ser fiel imitador de Cristo hasta el punto de estar dispuesto a morir crucificado. Y mientras no llega ese momento he morir cada día mediante la mortificación, voluntaria o pasiva, y sin palabra de queja. Y cargar con la cruz que el señor me envía, si quiero seguir en pos de Él, sintiéndome cerca de Él, bien seguro que no me faltará su auxilio ni el de la Santísima Virgena a quien encontraré en el camino.
La Cruz de Cristo no es, en la mayoría de los casos, el patíbulo en el que seré ejecutado por no renunciar a mi fe; son las contrariedades, la enfermedad, la muerte del ser querido, el quedar tetrapléjico desde temprana edad, o el abandono o infidelidad por parte de la persona con que me había unido en santo matrimonio. No puedo tirar con la cruz asignada y , pobre de mí, tratar de cambiarla por otra más liviana. Si así procediese es seguro que habría perdido la fe en Dios y en su Providencia amorosa que hasta el último suspiro no dejaría de preguntarme con suavidad de madre : ¿ Dónde está tu cruz ?
10/09/15 10:09 PM
Lefevbriano
Llevo haciendo penitencia personal por mis pecados y por los pecados cometidos por mis otros hermanos de la Iglesia.........

El primer camino es la penitencia.... pero ahora todo es comodidad, placer, disfrutar...

A quienes se les ocurra hablar de penitencia hoy, se les dice sin más ni mas: Cismáticos.

Una cosa es la misericordia y otra es la penitencia...

Hoy se predica misericordia para todo, .... penitencia para nada.
10/09/15 11:27 PM
rmartinhe
Quiero decir algo del fracaso matrimonial y voy a poner el ejemplo que estoy viviendo en mi familia y del que ya hablé en otra ocasión. Mi "pariente" se casó por la Iglesia, formó un matrimonio feliz por unos años, tuvieron dos hijos, pero... les faltó algo. Dostoievski dijo algo así como "El occidente se muere porque ha perdido a Cristo, por eso se muere, nada más que por eso", y eso a mi parecer es lo que les ocurrió a ellos. No dejaron entrar a Jesucristo en sus vidas y en su matrimonio y éste hizo aguas a la primera tempestad seria del Enemigo. Apareció otro hombre, después otra mujer, y cada uno por su lado y los hijos en medio. No tienen intenciones de hacerlo, pero si lo intentaran, probablemente, la Iglesia les concedería la nulidad de ese matrimonio, pues dicen creer en Dios a su manera, pero se puede decir que nunca han practicado. Yo sinceramente, para nada creo que esa sea la solución. Porque quedarían "liberados" de los lazos del primer matrimonio para tal vez volver a contraer por la Iglesia un segundo, quizás más falso que el primero.
El problema de esta pareja, como imagino el de muchas más, y el de muchos más, aunque no esté relacionado con el matrimonio, es habernos olvidado de Cristo y la solución tiene que venir por ahí. No podemos tirar la toalla, y los que estamos a su alrededor no debemos tirar la toalla y la Iglesia no debe tirar la toalla, debemos rezar y rezar por ellos y acompañarles y buscar incluso en los mismos procesos de nulidad, mediadores q
11/09/15 1:07 AM
rmartinhe
hagan lo posible y lo imposible para hacerles recapacitar y pensar no sólo en sus deseos, sino también en sus responsabilidades y los compromisos adquiridos, especialmente con sus hijos. No se los demás, pero estoy convencida de que si mis familiares dejaran a entrar a Cristo en sus vidas, ellos volverían a ser la familia que antes fueron y reparar en cuanto sea posible toda la estela de dolor y lágrimas que la infidelidad ha dejado a su paso.
Sigo rezando por ellos y no se cuando ni como, pero sé que Dios al final vencerá en esta batalla.
11/09/15 7:14 AM
Néstor
Es muy poco realista pensar que la batalla principal del próximo Sínodo no va a ser la comunión de los adúlteros, y me faltó decir, algún tipo de reconocimiento para las uniones homosexuales en la Iglesia, aunque es cierto que este tema no va a venir, pienso, con la misma fuerza que el primero.

Sin duda que nada de eso debería discutirse en la Iglesia, pero lo mismo ha sucedido cada vez que se ha puesto en cuestión alguna parte del depósito de la fe ya trasmitida desde los Apóstoles.

No es fácil imaginar que después de todas las barbaridades que se han venido diciendo y proponiendo en estos meses el Sínodo no diga nada al respecto. Ni parece que sería conveniente. Porque el tema ha sido planteado, y por Cardenales y Obispos !!

Y menos imaginable es que Kasper, Marx, Baldisseri, Fernández, Fisichella, Forte, y un larguísimo etc., vayan a silenciar en el Sínodo este que ha sido su principal caballo de batalla ya en la etapa del año pasado y en todos estos meses.

Frente a una guerra como ésa, lamentablemente los otros temas van a pasar a segundo plano. Y en realidad, tal como están planteadas las cosas, me conformaría con que el Sínodo reafirmase sin ambigüedades la doctrina católica de siempre respecto de los dos puntos mencionados.

Es decir, sin duda que hace falta un Sínodo sobre la Familia que trate los temas realmente necesarios e importantes de la misma, pero de éste concreto, tal como viene planteado (en la realidad de las cosas, quiero decir) me limito
11/09/15 9:42 AM
Néstor
a esperar lo dicho en el párrafo anterior.

Saludos cordiales.
11/09/15 3:58 PM
hornero (Argentina)
Debemos ser cautos al analizar estos temas a tratarse en el próximo Sínodo, porque la confusión es tan grande que no podemos negar la magnitud de dificultades y oposiciones que habrán de surgir en el mismo, como ya lo han anticipado desde meses cardenales y obispos. La Iglesia está sufriendo una embestida sin precedentes por parte del demonio y sus secuaces, al punto que se ha resquebrajado la solidez de sus normas, de su espíritu, de sus criterios, por avenirse al mundo o por temerlo. Así, el democratismo progresista es una malaria que la ha ablandado en su firmeza, en su autoridad. Hoy viene a escandalizarse de los fracasos matrimoniales, pero se cuida bien de reconocer su culpa, tantas veces que anda pidiendo perdón a unos y a otros, pídalo ahora a sus propios fieles por no haber conducido el rebaño como Dios se lo manda.
11/09/15 9:52 PM
Sebastián
Pienso que debemos juzgar menos al prójimo,pues solo Dios conoce el corazón del hombre y sus circunstancias.
Gracias Padre por ser infinítamente misericordioso.
Gracias romano Pontífice por anunciar el año de la misericordia.
12/09/15 1:04 AM
Enrique R. Ansaldi
La Palabra se hizo Carne y se dio toda a un pequeño grupo de fieles (a la cabeza Su Propia Madre) en medio de una muchedumbre incrédula, opositora y violenta.
Hoy parece difícil reconocer al Pequeño Resto y distinguirlo del gigante enemigo.
Pero Jesús no desespera y aconseja no actuar apresuradamente: que crezcan ambos y a la cosecha la diferencia será abismal.
Mínimamente debemos pedir al Espíritu Santo nos mantenga en Su Fidelidad.
12/09/15 4:41 AM
Ma. Teresa Gallegos
Yo creo, que como han escrito algunas de las personas que acostumbran dar sus opiniones en Infocatolica, que si se necesita que las personas que van a recibir algún sacramento que realmente sepan lo que van a recibir y el compromiso que adquieren al recibirlo,porque yo he conocido a personas que lo hacen sólo como una cosa social, por ejemplo, no piensan que sus hijos reciban una formación cristiana, ni les interesa y los bautizan, por hacer una reunión social o porque es la costumbre, lo mismo para la Comunión, ahora que se exige una formación más profunda, les molesta y buscan algún sacerdote que no les exija este requisito, y así llegamos al Matrimonio, y sucede lo mismo se quieren casar porque así se usa, y por el vestido blanco y etc.y etc., y desde luego se acaban divorciando al poco tiempo, porque nada más se casaron por casarse, y claro la mayoría de estos matrimonios son inválidos, porque desde que fueron, bautizados nunca hubo interés por parte de sus padres de darles una formación cristiana. Por ello si se debería exigir una formación cristiana desde un principio a los padres hacia sus hijos, para prepararlos a una vida en la fe católica sí eso es lo que quieren para ellos. Ma. Teresa. México.
12/09/15 5:20 AM

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