(Zenit) En la misiva, firmada por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, el Pontífice destaca la visión que siempre tuvo San Columbano de una Iglesia comprometida en «la tarea de todos los cristianos de colaborar para que los diferentes pueblos del continente vivan en paz y unidad».
«Su vida de oración, de ascesis y de estudio» no lo alejaron ni lo distrajeron de los «aspectos religiosos y políticos de la época, en los cuales incluso ha intervenido varias veces, con posiciones firmes, evocando la figura severa de san Juan Bautista», recuerda el Santo Padre.
Evangelizados
El texto, difundido hoy por la Sala de Prensa de la Santa Sede, también resalta la capacidad del abad, de origen irlandés, para viajar por todo el Viejo Continente evangelizando, después de haber vivido durante treinta años en un monasterio. «Se convierte en un peregrino», explica, con el objetivo de «hacer redescubrir la luz del Evangelio en algunas regiones europeas ya descristianizadas después de las invasiones de los pueblos del noreste».
San Columbano, asegura el Obispo de Roma, puede ser considerado uno de los «padres de Europa» y de su cristianización. «Su gran cultura, su energía espiritual y su estilo moral nos muestran claramente donde acudir para que en nuestro tiempo tal civilización puede renacer en el continente europeo», concluye el mensaje papal.