No debe modificarse la esencia del matrimonio

La conferencia episcopal Mexicana rechaza la resolución de la Corte Suprema sobre el «matrimonio» homosexual

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), determinó que cualquier ley que prohíba el «matrimonio» entre personas del mismo sexo es inconstitucional. Los ministros señalaron que la finalidad del matrimonio es la protección de la familia. Ante esta resolución, los obispos mexicanos consideran que no debe modificarse la esencia: «no corresponde al estado crear nuevas formas de matrimonio, porque ya no sería matrimonio».

Declaración del Consejo de Presidencia y de las Dimensiones Familia y Vida de la Conferencia del Episcopado Mexicano respecto al dictamen de la Suprema Corte

Los cristianos obedecen las leyes establecidas, pero con su vida las sobrepasan

(Carta a Diogneto, V, siglo II).

El 3 de junio, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que: «La Ley de cualquier entidad federativa que, por un lado, considere que la finalidad del matrimonio es la procreación y/o que lo defina como el que se celebra entre un hombre y una mujer, es inconstitucional». Esta jurisprudencia, avalada sólo por 4 ministros, deberá ser acatada por todos los jueces del país. Los obispos, respetuosos de las instituciones y de las diversas formas de pensar y vivir, ejerciendo nuestro derecho a la libertad de expresión, reiteramos nuestra convicción, basada en razones científicas, sociales y religiosas, que la familia, célula de la sociedad, se funda en el matrimonio de un hombre con una mujer, que por su capacidad procreativa garantizan la supervivencia de la sociedad. De ahí que, por ser de eminente interés social, el derecho civil confiera a esta unión un reconocimiento institucional, que el Estado ha de promover y tutelar para el bien común.

Esta convicción consta en la tradición jurídica bimilenaria de Occidente, recogida y profundizada a lo largo de nuestra historia por legisladores y juzgadores de diversas corrientes de pensamiento e ideologías, la cual se ve reflejada ya desde el Código Civil de 1870 emanado bajo el gobierno del presidente Benito Juárez, del Código Civil Federal de 1928 promulgado por el presidente Plutarco Elías Calles, y en la mayoría de los actuales Códigos Civiles o Familiares de los Estados de la República. Por eso, como ciudadanos, consideramos que la sentencia de la Suprema Corte, además de romper con esta sólida tradición jurídica y el bien social que custodia, contraviene los principios del federalismo y la razón de ser de los diversos códigos civiles, que pretenden responder a la realidad concreta de cada entidad federativa y su pluralidad, lo que debe reflejarse en las acciones de los jueces. Todos los seres humanos, por el hecho de serlo, tenemos dignidad y derechos. Y dado que toda persona es idéntica a sí misma y diferente a las demás, han de derivarse tratos variados según esas diferencias. Con esta convicción, la Iglesia sostiene que el matrimonio solo puede celebrarse entre un hombre y una mujer, y defiende este valor para el bien de las personas y de toda la sociedad. La discriminación es una distinción injustificada, que en este caso no se da, ya que el matrimonio siempre ha sido entre personas de diferente sexo, hombre y mujer. No corresponde al Estado crear nuevas formas de matrimonio, porque ya no sería matrimonio, sino otro tipo de unión. En el caso que nos ocupa, sí se justifica la distinción, como la hay, por ejemplo, al impedir el voto a un menor de edad o a un extranjero, ya que no atenta a sus derechos políticos, sino salvaguarda la Nación.

Si bien valoramos que nadie deba ser objeto de discriminación, tal como lo consigna el artículo primero constitucional, esto no significa que deba modificarse la esencia del matrimonio, ni que se olvide el espíritu del Constituyente que en el artículo cuarto, primer párrafo de la propia Ley Fundamental reconoce la igualdad del varón y la mujer y establece el deber legal de proteger el desarrollo y organización de la familia.

+Francisco, Cardenal, Robles Ortega

Arzobispo de Guadalajara

Presidente de la CEM

+Norberto, Cardenal, Rivera Carrera

Arzobispo Primado de México

Presidente de la Comisión Episcopal

Familia, Juventud, Laicos y Vida

+Javier Navarro Rodríguez

Obispo de Zamora

Vicepresidente de la CEM

+Eugenio Andrés Lira Rugarcía

Obispo Auxiliar de Puebla

Secretario General de la CEM

+Óscar Roberto Domínguez Couttolenc

Obispo de Ecatepec

Vocal Consejo de Presidencia CEM

+Sigifredo Noriega Barceló

Obispo de Zacatecas

Vocal Consejo de Presidencia CEM

+Carlos Garfias Merlos

Arzobispo de Acapulco

Vocal Consejo de Presidencia CEM

+Rodrigo Aguilar Martínez

Obispo de Tehuacán

Responsable de la Dimensión Vida

+Francisco Javier Chavolla Ramos

Obispo de Toluca

Responsable de la Dimensión Familia

+Faustino Armendáriz Jiménez

Obispo de Querétaro

Responsable de la Dimensión Laicos

+Héctor Luis Morales Sánchez

Obispo de Nezahualcóyotl

Responsable de la Dimensión Adolescencia y Juventud

6 comentarios

Mimi
Desde Chile y Estados Unidos de Norte América, celebro especialmente estas palabras de la Conferencia Episcopal Mexicana sobre el dictamen de la Corte Suprema de Mexico
:
"La discriminación es una distinción injustificada, que en este caso no se da, ya que el matrimonio siempre ha sido entre personas de diferente sexo, hombre y mujer. No corresponde al Estado crear nuevas formas de matrimonio . . .

"Si bien valoramos que nadie deba ser objeto de discriminación, tal como lo consigna el artículo primero constitucional, esto no significa que deba modificarse la esencia del matrimonio,"
21/06/15 7:52 PM
Valero Martínez
¿Y no es discriminación el que a dos personas que viven juntas se les concedan los beneficios de los que disfrutan los verdaderos matrimonio si son homosexuales y si no son homosexuales no se les concedan?.Con el gaymonio los homosexujales consiguen los beneficios de transmisión patrimonial de que gozan los matrimonios, pero si dos estudiantes viven juntos no consiguen esos beneficios si no son homosexuales.Lo mismo digamos de otros beneficios como los de la Seguridad Social.
Los homosexujales no quieren acogerse a una ley de unión solidaria para todos los que convivan sin distinción,como está en el Perú, sino que quieren una ley especial para ellos, una distinción discriminatoria por razón del sexo.
21/06/15 9:37 PM
S. Fran
A ningun adulto se le ha vedado nunca el derecho al matrimonio como los lobbys gay les encanta decir: "los homosexuales no pueden casarse" pues yo no he visto que a alguien le exijan certificado de heterosexualidad para poder casarse, lo unico es que el matrimonio es una institucion que solo puede y debe ser entre un hombre y una mujer. Pero partiendo de la ideologia que promueve que las conductas homosexuales son "normales", "deseables", "geneticas" y por lo tanto imposible de evitarse, pues le han querido dar el nivel de matrimonio a la relacion entre dos homosexuales y el "derecho" a adoptar niños (y el derecho de un niño a tener un padre y una madre y a no ser usados por grupos de presion como trofeos de batalla adonde queda?)
22/06/15 5:01 AM
Carlos Erhard
La jurisprudencia se debe adaptar a la naturaleza y no la naturaleza a la jurisprudencia, y menos que cuatro personas inadaptadas quieran modificar las leyes de acuerdo a su ideología, mismas leyes que tienen toda la vida de estarse aplicando como Dios manda.
Deberíamos pedir su destitución por incapacidad en su trabajo o por tratar de destruir la armonía en la sociedad.
22/06/15 8:01 PM
Samuel Garcia
Orgulloso de ser católico. Que el espíritu Santo ilumine Los obispos y cardenales, yatodo el pueblo a mantener viva
La llamada del señor, y mantener el orden espiritual. Saludos desde izabal Guatemala.
23/06/15 6:10 AM
hornero (Argentina)
¡Utópicos de mala fe!, si distinguir al hombre de la mujer es discriminación arbitraria e injusta, les propongo que ese razonamiento de brutos lo extiendan a los que discriminan entre propietario de algo y aquel que le pide compartirlo o cederle una parte, total la idea de propiedad privada y de robo son,conforme a sus razonamientos, concepciones culturales, como lo son la prohibición de conducir en estado de ebrios, y tantas barbaridades como se nos puedan ocurrir. Los que se oponen a lo evidente de la realidad, como es el caso de los "progresistas" dentro de la Iglesia, sólo merecen el desprecio a su evidente mala fe.
23/06/15 5:10 PM

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