(Diario de Navarra) La misa, que ha estado presidida por el cardenal Fernando Sebastián y concelebrada por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez, ha dado comienzo a las 17 horas, después del tradicional Vía Crucis que ha partido de la localidad navarra de Sangüesa a las 15 horas.
Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona y Tudela, ha destacado que «Javier no fue un cristiano perezoso, no fue un hombre de ambigüedades» y que «se dedicó a enseñar el catecismo y a cuidar a los enfermos más abandonados, y se fue hasta el fin del mundo para anunciar el conocimiento de Cristo a todos los hombres».
«Peregrinos», ha dicho a los congregados en la explanada del Castillo de Javier, «si venimos aquí a honrar la memoria de nuestro patrón, tenemos que asumir el compromiso de imitar su vida, cada uno a su manera y como dios le dé a entender». «Tampoco nosotros podemos ser ni queremos ser cristianos perezosos, no podemos ser falsos ni cobardes, como esos que niegan a Jesucristo con la palabra o con la obra», ha dicho Sebastián, que ha abogado por «ser discípulos entusiastas de Jesús, practicantes y militantes, amigos y servidores de Jesús con todas las consecuencias».
Además, el cardenal ha opinado que «vivimos momentos en que todos los cristianos tenemos que dar de nosotros más del cien por cien porque no podemos permitir que la fe de Jesús se debilite y, menos, se extinga en nuestras tierras».
Así, les ha advertido a los asistentes a la eucaristía que de ellos «han de salir las familias cristianas de mañana, familias que sepan educar a sus hijos en la honradez, y los sacerdotes y misioneros de Navarra que propaguen la fe de Jesucristo por todos los rincones del mundo». «Qué vergüenza sería que se extinguiera la raza de los misioneros de Navarra que han anunciado durante siglos el Evangelio de Jesús por el mundo entero», ha añadido.
Por otro lado, Sebastián ha ensalzado a los «valientes» peregrinos que «año tras año» han caminado hasta Javier «lo mismo con calor que con frío» y ha asegurado que «a lo largo de los 75 años de las Javieradas, Javier se ha ido convirtiendo en un símbolo de fe y de renovación espiritual para los católicos navarros, de España y de fuera de España».
«Venís caminando desde todos los puntos de Navarra. Javier nos une a todos en una verdadera familia, una familia que reza y canta, una familia joven que camina mirando hacia el futuro, una familia que tiene en Javier un modelo de vida y un ideal que le pone en pie y le ayuda a vivir con fe y esperanza, una familia espiritual por encima de límites y fronteras, porque en la iglesia no hay extranjeros ni fronteras», ha afirmado.
Por su parte, Francisco Pérez ha dado la bienvenida a los asistentes a la eucaristía, en especial a Fernando Sebastián que, según ha destacado, «estuvo con nosotros 14 años». Asimismo, ha deseado que la misa «sea un momento de Dios» y ha abogado por «ser fuertes en estos momentos que nos toca vivir».
