(Fides) Mons. Riccardo Fontana, arzobispo de Arezzo explica sus impresiones a Gaza:
«El domingo por la tarde, después de un descanso de ocho horas en Eretz llegamos a Gaza, celebramos la misa e inmediatamente después nos reunimos con algunas familias. Teníamos la impresión de estar en una situación devastada. Nos dijeron que tres niños habían muerto en las últimas horas por el frío. La corriente eléctrica sólo funciona unas pocas horas al día. Impacta ver como todos, empezando por los niños, tienen muy claro que son víctimas de la violencia, y saben bien quién es el responsable de esta injusticia. Una chica de tercero de primaria nos dijo: han destruido nuestras casas, pero sobre todo han arrebatado a los niños de sus madres y a las madres sus hijos. Un chico más mayor nos amonestó: todos vienen aquí a preguntarnos si necesitamos alimentos u otras ayudas materiales, pero nosotros necesitamos la única cosa que nadie promete, ser tratados como hombres, reconocidos en nuestra dignidad».
Para entrar en la Franja de Gaza, la delegación de los Obispos ha tenido que superar muchas dificultades: en el cruce de Eretz, las autoridades israelíes negaron el permiso para entrar en la Franja. Los prelados comenzaron entonces una larga negociación, y, finalmente, consiguieron el permiso para entrar en grupos de tres. La entradas de toda la delegación terminó a las 16.30 horas.
El programa de la visita incluye también una reunión con la población de Sderot - el asentamiento israelí alcanzado por el lanzamiento de cohetes disparados desde la Franja de Gaza durante la campaña militar de julio - y una parada en el Valle de Cremisan, lugar afectado por el proyecto de construcción del muro de separación construido por Israel.