El Papa firma con otros líderes religiosos una declaración contra la esclavitud

Por supuesto, en mi lugar de trabajo, observó la explotación del hombre por el hombre, que es muy evidente, como a un gran Pensador de esté Blog,volvimos a la epoca de las galeras.
Siguiendo la Evangelium Vitae, que no sólo habla del aborto,anticonceptivos, sino de estó, y lo constato personalmente, por eso manifesté que muchos , velan por todo lo que es familia, aborto, anticonceptivos, y se olvidán escandalosamente de la Justicia Social, es como manifeste partir la Santa Humanidad del Señor que contemplo en cada Misa, en pedacitos, a dios nuestro Señor hay que obedecerlo en todo, claro pienso que la bajeza que cita San Juan de la Cruz, es tanta, que está gente no se da por enterados, y ve como verdad lo que le le parece que esta bién, pero como estamos en caida libre, si Dios no nos levanta como dice el Santo estamos perdidos.El pelagianismo, y semipelagianismo.
Cuando Luis Fernando cito el pelagianismo en la epoca de San Agustin, me recordo estos personajes actuales.Claro sin la Gracia, que nos levanta,Dios como lo dice San Juan de la Cruz, no vemos nada, vemos lo que nos conviene.esto no es sólo para los que están fuerá de la Iglesia,sino para los que están adentro.
Una economía, que como me dijó una persona que atiendo, y que quiero muchisimo, me dijo que no habia nada de humanidades en su carrera, pense un Biologo la tiene más.
El santo Padre toca un tema, en el que soy testigo, por supuesto hay que defender a los débiles.
Se que hay vagos, y hay que resaltarlo, pe

Que la Iglesia siga sus buenas relaciones con las demás religiones y líderes políticos de las naciones, está bien. Que dialogue, está bien. Que intente lo imposible por apaciguar los ánimos, está bien. Que oculte en su humanidad la Autoridad con que Cristo la ha investido a fin de llegar sin prevenciones al corazón de los hombres, está bien. Que, a imitación del Señor, se incline para servir, está bien. Pero, todo esto no basta si no va acompañado por el testimonio de una Fe viva, de una adhesión firme a la Verdad sin ambigüedades, del rechazo categórico del pecado, de la corrupción, de la prédica de la doctrina insistente y sin atenuantes. Hay ámbitos de diálogo donde la Iglesia puede y debe adecuar su discurso, pero en su ámbito propio debe erigirse con toda la potencia y solemnidad que le corresponde como Cuerpo Místico de Cristo, al que debe honrar y glorificar en Ella misma en su unidad con la Cabeza. Aquí no caben falsas modestias ni condescendencias hacia el mundo. Aquí, la Iglesia habla en presencias del Señor Jesús, su Dios, su Majestad. El trato de amor y reverencia interior y público que debe rendir a Cristo desde que sale el sol hasta el ocaso, le exige hacer resplandecer en todos sus actos esta actitud absoluta de estar centrada en Él. No puede apartar ni por un momento su visión y su corazón de la suma dignidad del Señor, de Quien fluye la Vida hasta los miembros. La Iglesia debe guardar esta su dignidad eminente, para no mostrarse como una simple ONG, muy apla

Que la Iglesia siga sus buenas relaciones con las demás religiones y líderes políticos de las naciones, está bien. Que dialogue, está bien. Que intente lo imposible por apaciguar los ánimos, está bien. Que oculte en su humanidad la Autoridad con que Cristo la ha investido a fin de llegar sin prevenciones al corazón de los hombres, está bien. Que, a imitación del Señor, se incline para servir, está bien. Pero, todo esto no basta si no va acompañado por el testimonio de una Fe viva, de una adhesión firme a la Verdad sin ambigüedades, del rechazo categórico del pecado, de la corrupción, de la prédica de la doctrina insistente y sin atenuantes. Hay ámbitos de diálogo donde la Iglesia puede y debe adecuar su discurso, pero en su ámbito propio debe erigirse con toda la potencia y solemnidad que le corresponde como Cuerpo Místico de Cristo, al que debe honrar y glorificar en Ella misma en su unidad con la Cabeza. Aquí no caben falsas modestias ni condescendencias hacia el mundo. Aquí, la Iglesia habla en presencias del Señor Jesús, su Dios, su Majestad. El trato de amor y reverencia interior y público que debe rendir a Cristo desde que sale el sol hasta el ocaso, le exige hacer resplandecer en todos sus actos esta actitud absoluta de estar centrada en Él. No puede apartar ni por un momento su visión y su corazón de la suma dignidad del Señor, de Quien fluye la Vida hasta los miembros. La Iglesia debe guardar esta su dignidad eminente, para no mostrarse como una simple ONG, muy apla

Continuúo. La Iglesia debe guardar esta su dignidad eminente, para no mostrarse como una simple ONG, muy aplaudida por el mundo, pero sin eficacia alguna. Creo que ante la grave crisis que padece la Iglesia y la humanidad toda, la Iglesia debiera considerar si no ha llegado el momento de invocar la intervención de Dios y de Su Madre, la Virgen, con un modo extraordinario, confesando su impotencia ante los graves problemas que la golpean, ante las olas que la sacuden y la amenazan anegar, ante las conjuras de adentro y de afuera que el demonio dirige contra ella, cada día más violentas. María salvó a la Iglesia en momentos decisivos, como en Lepanto (7 de octubre de 1571) y en la batalla de Viena (12 de setiembre de 1683). Hoy tenemos Nuestra Señora de Fátima que ha hablado y ha anunciado el triunfo de su Corazón Inmaculado en el mundo. ¿No ha llegado la hora, como en aquellos momentos extremos de invocar su Auxilio omnipotente? ¿Cómo no movilizaría las conciencias y devoción cristianas si el Santo Padre se dirigiera a Fátima como peregrino, acompañado de obispos, cardenales, sacerdotes y fieles, para permanecer en oración durante tres días! ¡No una visita protocolar, simbólica, sino de verdadero humilde peregrino que va a confesar a la Madre y Reina de la Iglesia, su impotencia, sus límites humanos, las debilidades y angustias de toda la Iglesia, que se pone a los pies de María pidiendo su intercesión extrema ante Cristo, para que libre a la Iglesia de la ofensiva extraordina

...para que libre a la Iglesia de la ofensiva extraordinaria que lleva contra ella el demonio y sus secuaces¡ Omito voluntariamente extenderme en nombrar cuáles sean estos enemigos, creo haberlo hecho de modo preciso en otros comentarios.
Pero, sí creo que la acción concertada del demonio es de tal magnitud que bien podemos
considerarnos inmersos en un ataque generalizado , violento, que conmueve a la sociedad y a la humanidad toda, con hechos ininterrumpidos que claman al cielo, un verdadero terremoto espiritual y moral de absoluto y evidente carácter satánico, ante el cual sólo una acción de exorcismo en gran escala puede detener estas fuerzas desbordadas del infierno sobre toda la tierra y sobre la propia Iglesia santa de Dios. La oración a San Miguel Arcángel se impone con urgencia, mientras la Iglesia, los obispos y el Papa consideren una acción anti-satánica de mayor envergadura. Estos son los términos en que está planteada la situación. Ningún paliativo puede disminuir la virulencia y perversidad organizada en varios frentes por el demonio. Sólo la Fe en Cristo y en María salvará a la Iglesia y a la humanidad de este intento aniquilador del enemigo, llevado a cabo desde dentro de nuestras comunidades nacionales y eclesiales.