(Efe) «Estas libertades son tan importantes como frágiles, tal como se ha demostrado con demasiada frecuencia a lo largo de la historia, y son absolutamente esenciales para una sociedad democrática moderna y hay que velar para que no sean limitadas ni en Cataluña, ni en España, ni en el contexto europeo», añaden.
«Como nos ha recordado recientemente el papa Francisco, nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin ninguna influencia en la vida social y nacional, sin preocuparnos por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos», argumentan los obispos.
Tras recordar que deben «amar a todas las personas y también las realidades sociales», los obispos afirman que los cristianos «del país» se reconocen y reafirman en la «tradición ininterrumpida de fidelidad a la lengua, a la cultura, y a las instituciones propias de Cataluña».
«Estamos llamados -agregan- a promover la paz, el respeto a las personas, al desarrollo humano integral y a los derechos humanos, así como tener un cuidado especial por los más pobres y los más débiles de la sociedad».