«¿Puede haber un cristiano que no sea misericordioso?»

El Papa presenta a la Iglesia como Madre que enseña a sus hijos a hacer obras de misericordia

Un aspecto particular de la «maternidad» de la Iglesia es la educación a través de la misericordia. Y este fue el argumento de la catequesis del Papa Francisco durante la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro en la que participaron más de 30.000 personas. Como buena madre y educadora, la Iglesia se fija en lo esencial y lo esencial según el Evangelio, es la misericordia como dice claramente Jesús a sus discípulos. «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso».

(VIS/InfoCatólica) «¿Puede haber un cristiano que no sea misericordioso? - se preguntó Francisco- No. Necesariamente el cristiano debe ser misericordioso porque ese es el centro del Evangelio. Por eso la Iglesia se comporta como Jesús: no da lecciones teóricas sobre el amor ni sobre la misericordia, ni difunde en el mundo un camino de filosofía o de sabiduría. Ciertamente el cristianismo es también todo esto, pero como consecuencia, de reflejo. La madre Iglesia enseña con el ejemplo, y las palabras sirven para iluminar el significado de sus gestos».

Así, la madre Iglesia «nos enseña a dar de comer y de beber a quien tiene hambre y sed, a vestir al que está desnudo...Y lo hace con el ejemplo de tantos santos y santas...pero también con el de tantos padres y madres que enseñan a sus hijos que lo que a nosotros nos sobra es para aquel que carece de lo necesario. En las familias cristianas más sencillas siempre ha sido sagrada la regla de la hospitalidad: que no falta nunca un plato o una cama para el que lo necesita».

Compartir lo que tenemos

Y a los que dicen que no les sobra nada, el Papa ha puesto como ejemplo el de una familia de su diócesis anterior que dividió con un pobre que llamó a la puerta la mitad de lo que estaban comiendo. «Aprender a compartir lo que tenemos es importante».

La madre Iglesia enseña a estar cerca de los que están enfermos y, si tantos y santas, han servido así a Jesús, muchas personas ponen hoy en práctica esta obra de misericordia en los hospitales o en sus casas cuidando a los enfermos.

La madre Iglesia también nos enseña a estar cerca de los que están en la cárcel. «Pero Padre -dirán algunos- es peligroso. Son mala gente- Escuchadme bien: cada uno de nosotros podría hacer alguna vez lo mismo que hizo ese hombre o esa mujer que está en la cárcel. Todos podemos pecar y equivocarnos en la vida. No son peores que tu o que yo. La misericordia supera cualquier muro o barrera y lleva a buscar siempre el rostro del ser humano. Y la misericordia es la que cambia el corazón y la vida, la que puede regenerar a una persona y permitir que se reintegre de forma nueva en la sociedad».

«La madre Iglesia nos enseña a estar cerca de los que están abandonados y mueren solos. Es lo que hizo la beata Madre Teresa en las calles de Calcuta; y es -reiteró el Pontífice- lo que han hecho y hacen tantos cristianos que no tienen miedo de estrechar la mano al que está para dejar este mundo. Y también aquí, la misericordia da la paz a quien se va y a quien se queda, haciéndonos sentir que Dios es más grande que la muerte y que, permaneciendo en él, incluso está última separación es un hasta luego».

«La Iglesia es madre -finalizó- enseñando a sus hijos las obras de misericordia porque ha aprendido de Jesús este camino, ha aprendido que esto es lo esencial para la salvación. No basta amar a los que nos aman. No basta hacer el bien a quien nos lo hace. Para que el mundo cambie a mejor es necesario hacer el bien a quien no es capaz de devolverlo, como hizo el Padre con nosotros, dándonos a Jesús?. Porque ¿cuánto hemos pagado por nuestra redención? Nada. Todo gratis. Hacer el bien sin esperar nada a cambio. Así hizo el Padre y lo mismo tenemos que hacer nosotros». Por eso «demos gracias al Señor por habernos concedido la gracia de tener como madre a la Iglesia que nos enseña el camino de la misericordia, que es el camino de la vida».

 

8 comentarios

Fran
misericordia con el que sufre, con el que ha caido hondo y con el pecador, pero nunca quiere decir aceptacion del pecado
10/09/14 8:51 PM
Javier
Misericordia, sí, pero también justicia. Que sin justicia no hay verdadera misericordia.
10/09/14 9:09 PM
Mariano (Argentina)
Hubiera sido un buen momento para que el papa recordara también las obras de misericordia espirituales, y no solo las corporales.
10/09/14 11:30 PM
Inés
El Padre Sopocko, beato desde 2008, en base a las revelaciones de Jesús a Santa María Faustina descubrió que la Misericordia es el principal atributo de Dios.

"Hay verdades de la santa fe, que supuestamente se conocen y muy a menudo se habla de ellas, pero en realidad no se entienden y no se viven. Es lo que me pasó a mí en cuanto a las verdades de la Misericordia Divina. Tantas veces pensé en esa verdad cuando meditaba, sobre todo durante los retiros, tantas veces hablé de ella en los sermones y la repetía en las oraciones litúrgicas, pero no profundizaba su significado para la vida espiritual. Más que nada no entendía, y de momento no podía aceptar, que la Misericordia Divina es la mayor cualidad del Creador, Redentor y Santificador. Hacía falta un alma simple y piadosa, muy unida a Dios, que, tal y como creo, por medio de la inspiración divina me habló de ello y me incitó a estudiar e investigar el tema"

Jesús pidió a través de las revelaciones a Santa Faustina que los sacerdotes predicaran sobre la Divina Misericordia. Y eso hace el Papa Francisco.
10/09/14 11:57 PM
Antonio Garcia
La Misericordia Divina no es algo dialectico que existe entre la verdad y la mentira, ni entre la justicia y la injusticia sino que rebasa los extremos con una respuesta sobrenatural. Dejemos esa respuesta a Dios Padre Nuestro. Sea la voluntad de Dios!
11/09/14 2:11 AM
Rexjhs
Hola Inés. La misericordia sin justicia se convierte en pecado. Cristo le dijo a la misma Sor Faustina Kowalska que quien no quisiera pasar por su misericordia (arrepentimiento, confesión y propósito de enmienda) tendría que pasar por su justicia.
11/09/14 11:03 AM
Inés
Hola Rexjhs, mi intervención recuerda que Jesús mismo pidió difundir la devoción a Su Misericordia y a los sacerdotes predicar sobre Ella. Que es lo que hace el Papa.

Hay que recordar que Jesús mismo le dijo a la santa que las almas en el purgatorio están bajo su justicia por lo cual debemos ofrecer nuestras reparaciones por ellas. Y también recordemos las promesas sobre la coronilla para salvar aún al alma más pecadora que a los ojos externos está perdida. También recordemos que el mismo Jesús dijo que sin obras de misericordia, en especial las anteriores, ofrecidas con amor por los demás, no tendremos nada en Su Reino.

El mismo beato P. Sopocko, director espiritual de la santa, sostenía que una persona que no creía pero hacía obras de misericordia por su prójimo obtendría misericordia en tribunal del juicio que aquel que creyendo no las hacía.

La Virgen lo guarde.
11/09/14 3:11 PM
Inés
"La Divina Misericordia alcanza al pecador a veces en el último momento, de modo particular y misterioso. Por fuera parece como si todo estuviera perdido, pero no es así; el alma iluminada por un rayo de la fuerte y última gracia Divina, se dirige a Dios en el último momento con tanta fuerza de amor que en ese último momento obtiene de Dios el perdón de las culpas y de las penas, sin darnos, por fuera, alguna señal de arrepentimiento o de contrición, porque ya no reacciona a las cosas exteriores.
Oh, qué insondable es la Divina Misericordia. Y, ¡qué horror! también hay para almas que rechazan voluntaria y conscientemente esta gracia y la desprecian. Aún en la agonía misma, Dios misericordioso da al alma un momento de lucidez interior y, si el alma quiere, tiene la posibilidad de volver a Dios. Pero, a veces, en las almas hay una dureza tan grande que conscientemente eligen el infierno; frustran todas las oraciones que otras almas elevan a Dios por ellas e incluso los mismos esfuerzos de Dios...” (Diario de Santa Faustina, 1698).
13/09/14 7:36 PM

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