(Zenit/InfoCatólica) En sus evaluaciones, el gobierno estadounidense informó que unos sesenta mil menores, en su mayorÌa centroamericanos, corren el riesgo de ser detenidos este año mientras intentan de cruzar ilegalmente la frontera, provenientes desde México.
El costo por albergar, alimentar a los niños significa para Estados Unidos unos 3.000 millones de dólares, así como transportarlos para reunirlos a los familiares que ya viven en Estados Unidos. Y ahora se han pedido otros 1.400 millones más.
Gran aumento de casos
Para Cecilia Muñoz, directora de política nacional de Obama, el número de niños no acompañados en la frontera se ha disparado, y además ahora hay más niñas que varones menores de 13 años. También se sabe que proporcionalmente en lo que va del año el aumento ha sido mayor que en el 2013.
En mayo el gobierno federal abril un centro de operaciones de emergencia en el sur de Texas para ayudar a coordinar las operaciones, y la Oficina de Asentamiento de Refugiados, una división del Departamento de Salud y Servicios Sociales, pidió ayuda al la Defensa para alojar a los niños en una base militar.
Más del 90 por ciento de los menores albergados provienen de Honduras, Guatemala y El Salvador, muchos impulsados a emigrar por la violencia y las pocas posibilidades de trabajo en sus propios países.
La ley indica que deben ser deportados
Muñoz entretanto reconoció que Washington está al tanto de los rumores falsos, según los cuales, a los niños migrantes que llegan al país se les permite quedarse automáticamente o que se beneficiarían de alguna reforma de las leyes de inmigración y que favorecen este efecto 'llamada'.
Según la ley de Estados Unidos, los niños quedan sujetos a un proceso de deportación aunque se reúnan con sus padres, aunque muchos han logrado que un juez de inmigración les permita quedarse en el paÌs.