(InfoCatólica) Texto de la predicación del Papa:
Queridos hermanos y hermanas:
El Evangelio de hoy nos presenta el encuentro de Jesús con la samaritana, pasado Sicar, dónde iba diario para sacar el agua. Ese día, se encontró con Jesús, sentado, fatigados por el viaje. Jesús el dice: «Dame de beber». De esta manera supera las barreras de la hostilidad que existía entre judíos y samaritanos y rompe los patrones de los prejuicios contra las mujeres. La simple solicitud de Jesús es el comienzo de un diálogo sincero, a través del cual, con gran delicadeza, entra en el mundo interior de una persona a quien, según esquemas sociales, no debería haber puesto ni siquiera la palabra. Jesús le hace sentir y despierta en ella el deseo de ir más allá de la rutina.
Para Jesús no era tanta la sed sino satisfacer a un alma marchitada. Jesús para abrir el corazón de la mujer samaritana le pide tomar agua para llevar a cabo la sed que había en ella misma. La mujer es tocada por este encuentro: apela a Jesús esas preguntas profundas que todos tenemos dentro, pero que a menudo se ignoran. -Nosotros también tenemos muchas preguntas que hacer, pero no encontramos el coraje para preguntarle a Jesús. La Cuaresma es el tiempo para investigar, llevar a cabo nuestra verdad espiritual que pide y necesita la ayuda del Señor en la oración. El ejemplo de la mujer samaritana nos invita a expresarnos así como: «Dame el agua de tu sed para siempre».
En este evangelio también nos encontramos la necesidad de «dejar el ánfora», un símbolo de todo lo que es importante, pero al parecer eso pierde valor frente al 'amor de Dios' ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo (Rm 5,5). Estamos llamados a redescubrir la importancia y significado de nuestra vida cristiana, iniciadas en el bautismo y, como la mujer samaritana, a testificar a nuestros hermanos la alegría del encuentro con Jesús y las maravillas que hace su amor en nuestras vidas. Un encuentro con Jesús te cambia la vida y te llena de alegría.