(EP) «El Papa y los obispos españoles continúan advirtiendo del riesgo que existe al tratar el fenómeno de la inmigración como una bandería política porque en el fondo se está provocando indirectamente un eco y una socialización de actitudes de estereotipos y prejuicios respecto a la inmigración. Es muy fácil caer en una tentación horrible que es identificar inmigrante con delincuente», ha subrayado este viernes en declaraciones a 13TV, recogidas por Europa Press.
Además, ha indicado que para abordar el fenómeno de la inmigración hay que ir a sus raíces y, «sin obviar el tremendo drama en la valla de Melilla y Ceuta», ha apuntado que la raíz se detecta «desde hace mucho tiempo en el desarrollo y la cooperación internacional con los países de origen».
Fenómeno poliédrico
«El fenómeno de la inmigración hay que abordarlo en origen, tránsito y destino. Y en origen, todos los esfuerzos que a veces se hacen en securización, si todo eso se invirtiera en los países de origen, ese efecto llamada no se produciría», ha apuntado.
Además, ha pedido a los medios de comunicación, también a los de la Iglesia, «analizar con objetividad y limpieza lo que está sucediendo y no atacar a la parte por el todo» porque, según ha recordado hay decenas de inmigrantes que «por hambre, violencia, falta de derechos humanos en sus países subsaharianos», están llamando a la puerta de Europa.