(CBCP News/Gaudium Press) «Con niños alrededor consagrándose ellos mismos, usted siente que ésta es la manera de Nuestra Señora», explicó el sacerdote. «Lo que el mundo cree que no es importante, un sector que necesita cuidados, al final serán ellos quienes nos salven - su oración, su sacrificio, su inocencia». La Consagración de los Niños hace parte del camino trazado por los Obispos de Filipinas en la Consagración Nacional al Inmaculado Corazón de María en 2013, que incluye la renovación individual y familiar de dicha consagración como continuidad del compromiso.
El P. Castro relató sus impresiones al presenciar a los niños realizar el Acto de Consagración: «Usted puede sentir su sinceridad, su inocencia. Y puede imaginarse cuando Nuestra Señora se apareció a los niños de Fátima y por qué se les apareció», comentó. El propio sacerdote recuerda cuando hizo esta Consagración en cuarto grado, aunque no conocía entonces el sentido de varios de los términos de la misma.
«No entendía... solo oré»
«Yo no entendía lo que es la sabiduría encarnada, la renuncia a Satanás, a sus obras y sus pompas. ¿Qué es eso? Sólo lo oré», recordó de forma anecdótica. Sin embargo, afirmó que lo que los niños sí entienden de forma plena es el sentido central de la Consagración, el pertenecer plenamente a Jesús a través de la Santísima Virgen María y, de este modo, ser «reservados» para Dios.
El P. Melvin Castro, además de su labor apostólica en la Confraternidad, es Secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Familia y Vida de Filipinas.