(Efe/InfoCatólica) El portavoz de la CEE ha expresado la solidaridad con las víctimas, así como su «pesar y dolor por esta tragedia».
Además, ha mostrado su respaldo por las últimas declaraciones al respecto desde las diócesis de Cádiz y Ceuta, en las que se ha subrayado que no se debe olvidar las palabras del papa Francisco en cuanto a no caer en una globalización de «indiferencia».
El P. Gil Tamayo ha recalcado que las quince víctimas de Ceuta estaban intentando llegar a la Unión Europea, al «paraíso de esperanza» para salir de situaciones dramáticas de sus países de origen como, donde son «pisoteados o viven en guerra o en la miseria más absoluta».
Asimismo, ha abogado por no ver a los pobres desde una «categoría económica o política», sino desde la «teológica».
No puede ser motivo de enfrentamiento político
El P. Gil Tamayo ha argumentado que la CEE no entra en el debate político sobre este tipo de dramas, que no deben ser «banderas de enfrentamientos», sino que hay que intentar solucionarlo desde un espíritu de «solidaridad».
«Hay que dar una respuesta», no limitarla a un política de contención, aunque tampoco permitir una emigración incontrolada, según el portavoz de los obispos, que ha opinado que las medidas de control adecuadas «no están dando resultados».
Ha recordado las palabras de un emigrante sobre que «el hambre no conoce fronteras» y ha pedido el «compromiso» de los países desarrollados con los países pobres.
Por último, ha recordado que la Iglesia católica, según datos de su última memoria, posee 741 centros en los que ha ayudado a más de 276.000 personas.