«La inviolabilidad de la vida no es un principio exclusivamente creyente»

Monseñor Munilla: reivindicar el aborto y la eutanasia como un derecho humano es un profundo eclipse de la razón

El obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, argumenta que la propuesta de la Iglesia «no es una intromisión religiosa en la sociedad laica». Lo hacía en la tarde del viernes, en la primera de las tres ponencias de las que consta el programa de las VII Jornadas Católicos y Vida Pública, que se celebraron en el Campus CEU Andalucía, en la localidad sevillana de Bormujos bajo los ejes Esperanza cristiana, regeneración social y política.

(HO/InfoCatólica) «La inviolabilidad de la vida no es un principio exclusivamente cristiano»: el obispo de San Sebastián aboga a cuidar la esperanza católica, en las VII Jornadas Católicos y Vida Pública. La eutanasia infantil, ejemplo de desesperanza: «no sabemos qué hacer con el sufrimiento».

Viviendo la esperanza cristiana

El prelado profundizaba en el concepto de esperanza cristiana como «una conciencia incluso en una sociedad laica». Se basaba para ello en la reciente exhortación apostólica del papa Francisco, ‘Evangelii Gaudium’, y en la encíclica de Benedicto XVI ‘Spe Salvi’. Al respecto, afirmó su convencimiento de que «nunca ha habido una lectura tan extendida del magisterio de la Iglesia como ahora con el último documento del papa Francisco». Recordó cómo el Pontífice habla en este documento del «pesimismo estéril» que nos lleva a la «psicología de la tumba».

«Estamos llamados a cuidar la virtud de la esperanza de una manera profética», destacaba monseñor Munilla. En esta línea, distinguió «entre esperanza y esperanzas. Los católicos tenemos la ESPERANZA con mayúsculas». A lo largo de su intervención desgranó los «lugares para la esperanza cristiana», que resumió en tres, «oración, sufrimiento y nuestra fe en el más allá».

En este sentido, aludía a la reciente aprobación este jueves, por parte del Parlamento de Bélgica, de la ley que despenaliza la eutanasia para niños. «Lo que pasó en Bélgica es un ejemplo concreto de falta de esperanza», y de que «no sabemos qué hacer con el sufrimiento», ha lamentado.

Aborto y eutanasia: eclipses de la razón

Así, el obispo afirmaba el sentido comunitario de la esperanza cristiana, por contraposición al individualismo moderno, y defendía la aportación cristiana en el cambio social. «No queremos una intromisión religiosa en la sociedad laica», ha comentado. En referencia al debate sobre el aborto en España, Munilla deseaba que «ojalá haya un debate profundo sobre esta cuestión», subrayando la existencia de lo que ha definido como «suelo ético común». «La inviolabilidad de la vida no es un principio exclusivamente creyente», precisaba. «No estamos ante valores exclusivamente religiosos, sino propios de la convivencia social», subrayaba.

Monseñor Munilla ha concluido su conferencia afirmando que «existe un eclipse de la razón», ya que «cuesta a veces reconocer la ley natural, y una sociedad que reivindica el aborto y la eutanasia como un derecho humano padece un profundo eclipse de la razón». A su juicio, el cambio social necesita de la esperanza específicamente cristiana, «porque garantiza la ley natural». «Cristo es nuestra esperanza», ha resaltado.

Católicos y vida pública

Con esta afirmación concluía el prelado su intervención, en un salón de actos del campus universitario que se vistió de gala para acoger la sesión inaugural de unas jornadas que organizan la Fundación San Pablo Andalucía CEU, el centro de Sevilla de la Asociación Católica de Propagandistas y la Archidiócesis. El acto inaugural contó con las intervenciones del director general de la Fundación, Juan Carlos Hernández Buades; el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo; y el presidente del CEU y de la Acción Católica de Propafanditstas (ACdP), Carlos Romero.

Hernández Buades realizó un llamamiento a «incorporar nuestras propuestas al debate público» y, al hilo del lema de estas jornadas, ha subrayado la conveniencia de que los católicos sean «elementos generadores de ilusión». Ha resumido su breve intervención con un convencimiento: «existen razones para el optimismo y la esperanza».

Por su parte, monseñor Juan José Asenjo desmenuzaba los motivos que los católicos tienen para la esperanza. Tras recordar el «fracaso de las grandes utopías que en el siglo XX prometían la felicidad», el arzobispo ha afirmado que «estamos llamados a enraizarnos en la esperanza». Los nuevos movimientos, la nueva generación de católicos «que vive una atmósfera más seria, equilibrada y respetuosa con la tradición católica», las parroquias renovadas con un gran empuje misionero, el nuevo perfil de los seminarios, «sin las tensiones de los años 70 y 80», la pastoral del matrimonio «muy pegada a la antropología de Juan Pablo II», la renovada pastoral juvenil y el «afloramiento modesto de intelectuales católicos», son algunos de los signos de una esperanza que, en opinión del arzobispo, tiene como principal exponente en la actualidad al Papa Francisco.

«El Papa es un motivo para la esperanza bien consistente», aseguró monseñor Asenjo. Así, valoró muy positivamente el «efecto Francisco», como imagen de un episcopado «impregnado de aromas evangélicos». Monseñor Asenjo conclyó su intervención destacando que «Jesucristo es el motivo final de nuestra esperanza», al tiempo que ha afirmado que «no tenemos derecho a la desesperanza».

Carlos Romero cerróo el acto inaugural con una llamada a los católicos para que asuman «el compromiso ético con nuestro sistema democrático». Presentó la esperanza como una virtud «activa y estimulante» y aludió al Papa Francisco para subrayar la necesidad de «una nueva etapa evangélica basada en la alegría». «La iniciativa de los católicos sigue siendo decisiva», subrayó el presidente del CEU, quien destacó la conveniencia de «fortalecer la sociedad civil», sobre la base de un bien común, «que es una expresión que parece desterrada del debate», concluyó.

Tras la ponencia de monseñor Munilla, presentada por el director regional de la COPE, Joaquín López-Sáez, tenía lugar una mesa redonda bajo el título genérico ‘Ser cristiano hoy: nuevos ardores, nuevos métodos, nueva expresión’, que ha contado con las intervenciones de Ana Escobar, presidenta de la Juventud Estudiante Católica; Francisco Javier Segura, pregonero de la Semana Santa de Sevilla 2013; y Federico Jiménez de Cisneros, seminarista. El acto ha sido moderado por el periodista, Javi Nieves.

La jornada del sábado

La sesión del sábado comenzaba a las diez de la mañana, con la conferencia de Bieito Rubido, director del diario ABC, y de Álvaro Ybarra Pacheco., director de ABC de Sevilla, titulada ‘Regeneración social y política’.

Tras ello se celebró la mesa redonda «Regeneración institucional democrática», moderada por Antonio Jiménez. Periodista, presentador «El cascabel» 13TV, con los ponentes: Guillermo Fernández Vara, expresidente de la Junta de Extremadura. Secretario General del PSOE de Extremadura; Santiago Abascal Conde, presidente de la Fundación para la Defensa de la Nación Española; Justino Sinova Garrido, periodista y catedrático Emérito de la Universidad CEU San Pablo. Director del Observatorio de la Libertad de Expresión.

Tras la Santa Misa a las 13:30 h, oficiada por Mons. Santiago Gómez Sierra, obispo Auxiliar de Sevilla, y el posterior almuerzo, a las 16:00 horas se reanudaron las sesiones con la tercera conferencia: «Razones políticas para la esperanza», del ponente Benigno Pendás García, director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (Ministerio de la Presidencia), consejero de Estado. y catedrático de Ciencia Política en la Universidad CEU San Pablo, a quien presentará Julio Álvarez de Toledo y Liñán, abogado y secretario del Centro de la ACdP en Sevilla.

A las 17.15 h. se dió paso al acto cultural «Huellas de su presencia», tras el cual, a las 18:30 h., tuvo lugar el acto de clausura, en el que intervenieron Juan Caamaño Aramburu, director de Jornadas Católicos y Vida Pública y secretario nacional de la ACdP para la Nueva Evangelización; Antonio Rendón-Luna y de Dueñas, secretario general de la ACdP: Juan Carlos Hernández Buades; Julio Álvarez de Toledo Liñán, secretario del Centro de la ACdP en Sevilla, y Enrique Belloso Pérez, delegado de Apostolado Seglar de la Archidiócesis de Sevilla.

1 comentario

Propagandista
Es muy triste conocer lo que llegó a ser la ACDP y el CEU y ver en qué se ha convertido. Caramelo prometió cambios, pero sólo cambió para que todo siguiera igual. Dagnino dejó un bunker ultranacionalista a espaldas de la sociedad. Invitar a Munilla habla por sí sólo. El catolicismo oficialista español (CEE) está a años luz del aperturismo del Papa Francisco y de otras vertientes del cristianismo. Es triste que la ACDP se convierta en el escudero de una ideología arcaica y retrograda que casi ningún católico actual reconoce ya. Y qué decir de sus universidades. CEU San Pablo ha perdido toda credibilidad educativa. El rector actual es peor que el anterior, que ya era malo. Sólo hay que escucharle hablar. Cómo ha llegado a ser rector es un misterio. No será por méritos, desde luego. CEU Abat Oliba está igual o peor porqué apenas hay alumnos. Me comentan que su rector y varios de sus profesores se han puesto a la sociedad catalana en contra hasta el punto en que la imagen pública es insalvable tanto por el lado ideológico como por el lado religioso. Prueba de ello es que las otras universidades católicas de Barcelona sí llenan sus clases mientras Abat Oliba sucumbe. Sin reputación y sin alumnos, y según me dicen, con los trabajadores revueltos por intensos rumores de cierre de la universidad. La ACDP debe reflexionar urgentemente. Pronto habrá elecciones y Caramelo no ha cumplido sus promesas. El CEU es lo más preciado de la ACDP. Hay que hacer algo o el daño será irremediable.
4/03/14 8:16 PM

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