(Andrea Tornielli/VI/InfoCatólica) El prelado alemán, elegido por Benedicto XVI para presidir el dicasterio responsable de promocionar y velar la doctrina católica, no admite ser presentado como un adversario interno del Pontificado de Francisco. El cardenal Müller reconoce las diferencias en cuanto a la formación y los diferentes enfoques, pero estos son «complementarios y no contradictorios». El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe afirmó que el magisterio y los discursos de Francisco contienen y engloban «toda la fe católica».
Los encuentros entre el Prefecto de la Fe y el Papa se llevan a cabo dos o tres veces al mes, y conversan en italiano o en español (lengua que el prelado alemán conoce bien, pues ha pasado diferentes periodos en Iberoamérica).
En cuanto al lugar de las mujeres en la Iglesia, Müller afirmó que podrían encomendárseles cargos en algunas altas instancias vaticanas: no en las Congregaciones, sino en los Pontificios Consejos, como el de la Familia o el de los Agentes sanitarios.
Pero el Prefecto precisó que, puesto que en la Iglesia el poder jurisdiccional está en manos de ministros ordenados, ni hombres laicos ni mujeres pueden guiar las Congregaciones, es decir los dicasterios que actúan en nombre del Papa con poder jurisdiccional. Otros campos para dar un mayor peso a las mujeres son la investigación teológica y la Cáritas, aunque Müller se dijo contrario a la introducción de «cuotas rosa» prefijadas.
La puerta a la FSSPX no está cerrada
También fueron muy significativas las palabras del Prefecto sobre la Fraternidad San Pío X, pues considera que todavía no está cerrada la posibilidad de una reconciliación: «La puerta está abierta», declaró en la entrevista, y recordó el famoso «preámbulo doctrinal» entregado en 2012 a los lefebvrianos.
Para concluir, Müller quiso explicar que su dicasterio trabaja colegialmente y no de forma autoritaria; y al final es el Papa quien aprueba las decisiones. El Prefecto también recordó que el papa Francisco, en su discurso a los participantes en la plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe el pasado 31 de enero, citó precisamente como ejemplo esta forma de proceder.