(Gaudium Press/InfoCatólica) Piacenti describió algunos detalles de las tareas que se desarrollarán por lo menos durante un año en diversas fases a medida que llegan los fondos destinados por varios países. El primer trabajo será realizado en el techo del templo, para luego pasar a la fachada.
Los trabajadores ya instalaron andamios dentro y fuera del templo, al igual que protectores de madera en torno a las columnas de mármol. También retiraron los marcos de madera de ventanas de hace 50 años, de una calidad inferior. «Pero las vigas son de alrededor del 1400», expuso Piacenti, «del tiempo de Colón, de los Alpes, cerca de Venecia».
Estas valiosas piezas serán reparadas para poder sostener un nuevo techo de plomo ya que el existente y severamente dañado fue restaurado por última vez hace ya 200 años. Fue precisamente el estado del techo el que motivó la intervención, que tuvo que superar inicialmente varios obstáculos finalmente resueltos por las autoridades civiles.
Los trabajadores han puesto un especial cuidado en proteger cinco mosaicos de la era de las cruzadas y que están ubicados en los muros cerca del techo. También han evitado interrumpir las actividades cotidianas, trabajando en las tardes y noches, cuando el templo está más desocupado.
Sin embargo, Piacenti describió que los restauradores son testigos de excepción de la vida oculta del templo, compartido por tres religiones de acuerdo al Status Quo de 1852. «Los monjes ortodoxos griegos vienen a encender velas para Misa, los franciscanos se reúnen a preparar óleo santo. No muchas personas pueden estar aquí para eso», relató. «No conocen la vida nocturna del templo, que continúa vivo incluso a las tres, cuatro o cinco de la mañana. Es muy especial», concluyó.