(Efe) El Santuario «no se pondrá en pie sin la solidaridad de todos», por lo que se ha creado un número de teléfono especial «Solidaridad inundaciones», precisó la nota, que recogía las declaraciones hechas a la prensa por su rector, el padre Horacio Brito, y el administrador diocesano, Thierry Castillo.
El comunicado señala que «la evaluación de los daños continúa» y que otros lugares alcanzados por la crecida, como la capilla de las confesiones, irán reabriendo sus puertas al público progresivamente.
Perdura, en cambio, la incertidumbre sobre el plazo de tiempo necesario para poder reabrir las Piscinas, la Iglesia de Santa Bernardette y la basílica subterránea San Pío X.
Si bien el programa de la organización de los peregrinajes anunciados para las semanas próximas tendrá algunas variaciones, no se cuestiona su participación, recalcaron en la nota.
Las crecidas del río de Pau, que poco a poco recupera su caudal normal, inundó en los últimos días varias grutas y piscinas de ese complejo religioso.
El santuario, de 50 hectáreas, recibe cada año la visita de unos seis millones de visitantes y los meses de julio y agosto son los de mayor afluencia, con entre 20.000 y 40.000 peregrinos diarios.
Los responsables de Lourdes temen que los daños materiales superen a los de las inundaciones del pasado octubre, que tuvieron un coste de 1,3 millones de euros.