(Agencias) La posición fue fijada por la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) en un comunicado difundido a los medios en el que expresa «su honda preocupación por la ola de robos perpetrados en los últimos meses en templos y santuarios». Entre enero de 2010 y marzo de 2013 dieciseis iglesias fueron robadas en La Paz y Potosí, según datos de la prensa boliviana.
Durante este mes fueron robadas piezas de oro y plata y piedras preciosas de cinco templos, entre ellos el de la Basílica de la Virgen de la Candelaria de Copacabana, situado en la ribera del lago Titicaca, en la frontera con Perú. El de Copacabana fue el robo más grave de todos porque los ladrones sustrajeron 18 joyas de las imágenes de la Virgen y el niño Jesús, de un valor incalculable, según la Iglesia católica.
La policía cree que los últimos cinco robos fueron cometidos por una misma banda y en la investigación del último, en Copacabana, está coordinando y trabaja con la Policía de Perú.
La CEB recordó que los templos albergan un riquísimo patrimonio de obras artísticas, muchas que datan del siglo XVII realizadas por los misioneros españoles y otras de arte mestizo que corresponde al trabajo de los indígenas evangelizados.
La institución reclamó «una constante y estrecha colaboración» entre la Iglesia, propietaria de esos bienes, y el Estado, porque este, según la Constitución, asume el cuidado del patrimonio artístico, señala el comunicado, presentado por el sacerdote Giovani Arana.