(Información/InfoCatólica) «He llorado de emoción al ver cómo abraza a los enfermos el Papa Francisco. Es un Papa pastor, que quiere oler a oveja, como pidió a los demás pastores». Fray José Rodríguez Carballo alaba la cercanía del pontífice y su implicación con los más pobres.
El pasado lunes fue recibido en audiencia por el Papa Francisco. ¿Tiene ya perfiladas las líneas maestras de su labor al frente de la Congregación?
Es demasiado pronto para hablar del trabajo de la Congregación, tenga en cuenta que estoy todavía sin tomar posesión. Ciertamente, queremos animar la vida religiosa en la fidelidad que ha pedido el Concilio, que es una fidelidad creativa. Queremos caminar hacia una revisitación de la propia identidad religiosa; los religiosos queremos vivir en comunión plena con la Iglesia, y al mismo tiempo en fidelidad al propio carisma, porque en eso consiste precisamente nuestro servicio a la Iglesia.
¿Y qué papel deben jugar los religiosos en la nueva evangelización que han pedido los últimos romanos pontífices?
Los religiosos hemos jugado un papel importantísimo en el pasado y queremos seguir en primera línea. Queremos optar por lugares de frontera, por lugares donde nadie quiere ir, porque creemos que ese es un lugar tanto geográfico como teológico donde la vida religiosa tiene que encontrar su lugar.
La nueva evangelización ¿no tendría que empezar por Occidente?
Cuando hablamos de nueva evangelización nos referimos a todo el mundo. También nuestro país, España, necesita de una nueva evangelización, así como todos los países de antigua tradición cristiana. Los religiosos queremos estar en lugares de frontera donde sea necesario anunciar el Evangelio, en las condiciones que sea.
En España algunas voces cuestionan la formación cristiana que se imparte en los colegios religiosos. ¿Abordarán esto?
La dimensión pastoral y evangelizadora debe hacerse muy presente y fuerte en el mundo de la educación. La educación religiosa forma parte esencial de la formación integral de toda persona. Es un desafío para los religiosos que tienen o tenemos colegios o universidades; no podemos renunciar a esa dimensión evangelizadora de la enseñanza. No debemos imponer nada a nadie, pero tampoco podemos silenciar lo que llevamos dentro.
¿Cómo afronta la crisis de vocaciones de religiosos?
Queremos relanzar la pastoral vocacional para que los jóvenes que sientan la llamada del Señor puedan seguirlo en la vida religiosa sin miedo y sin complejos. Para eso también queremos intensificar la formación.
¿Podría citar tres retos de la Iglesia en este siglo XXI?
Un primero, el encuentro con la juventud. Por eso es importante que la Iglesia se haga presente en todos los ambientes donde hay jóvenes. Para mí es algo fundamental. Otro reto más general es el de la evangelización, y en concreto en el mundo de la cultura. La Iglesia no sólo puede sufrir la cultura, tiene que hacer cultura y proponer cultura; una cultura basada en los valores evangélicos de los que hoy está sedienta la gente. Y un tercer reto es que la Iglesia sea propositiva, no estar sólo a defensiva.
