Informa al Congreso Europeo de Farmacia Hospitalaria

Un equipo investigador español confirma el carácter abortivo de la píldora del día siguiente

El investigador y farmacéutico Emilio Jesús Alegre del Rey ha presentado en el Congreso Europeo de Farmacia Hospitalaria, que acaba de terminar en París, un trabajo sobre la llamada «píldora del día siguiente». El estudio clarifica con rigor los mecanismos de acción de la píldora, tomando los datos de la última revisión sistemática existente, realizada en el 2011.

(PpE) En síntesis, el trabajo Informe sobre la píldora del día siguiente cuantifica los mecanismos de acción de la llamada y su eficacia global clarifica que la píldora del día siguiente (PDS):

  • Evita la ovulación, pero sólo lo consigue de forma significativa si se toma al menos dos días antes de que ésta vaya a tener lugar. Así que, si éste fuera el único mecanismo de acción, sería imposible reducir mucho la probabilidad de embarazo, puesto que el día de la ovulación y el anterior constituyen la fase de máxima fertilidad del ciclo.
  • La PDS reduce la probabilidad de embarazo, y resulta que es, como mínimo, el 65%. Así hemos podido estimar, sobre la base de trabajos previos que al menos el 35% de su efecto -y puede que el 50%-, lo ejerce por acciones posteriores a la fecundación. En definitiva, eso significa que la PDS produce en muchos casos un aborto precoz porque elimina un embrión.
  • El estudio demuestra que es falso que la PDS tenga solo efecto anovulatorio, es decir que impida la ovulación porque el efecto anovulatorio ya no funciona en el día previo a la ovulación; por ello entran en acción los mecanismos post-fecundación. Pero, incluso en los días anteriores (-2 a -4), aunque casi siempre se consiga parar la ovulación, no siempre es así. Y cuando no se consigue, se producen otras alteraciones que podrían impedir la implantación. Eso sin contar que distinguir si a una mujer le falta 1 día o 2 días para ovular no parece muy realista en la práctica clínica.
  • Este estudio debería modificar la última valoración de la Federación Internacional de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (FIGO), que negaba el efecto abortivo de la PDS basándose en estudios en animales, cuyo ciclo no tiene nada que ver con el de la mujer, y en el trabajo del grupo de Noe, que analizaba 35 mujeres que tomaron la PDS en fase postovulatoria, sin realizar análisis estadístico. El estudio presentado en París demuestra el efecto post-fecundación, por lo que la FIGO debería actualizar sus conclusiones.  
  • Sobre si la probabilidad de embarazo se reduce como mínimo en dos tercios tras recibir la PDS, el estudio demuestra que, tras una relación sexual, la toma de la PDS reduce al menos en un 65% (aproximadamente dos tercios) la probabilidad de embarazo. Y otro hecho comprobado es que, sin embargo, disponer de la PDS, incluso facilitarla sin receta para que se use más, no reduce los embarazos imprevistos en la población. Es algo bien conocido en la comunidad científica; la explicación de esta paradoja se desconoce; algunos autores piensan que puede ser debido a que tener un «plan B» puede inducir a aceptar mayores riesgos en el comportamiento sexual, sobre todo en los jóvenes. Por tanto, estamos produciendo abortos precoces, exponiendo a miles de mujeres a reacciones adversas y gastando recursos para nada, excepto para beneficiar económicamente a una empresa.

Como explica la Dra. María Alonso, coordinadora del Área de Medicina de Profesionales por la Ética, «la investigación de Emilio J. Alegre implica consecuencias bioéticas evidentes ya que al tener la PDS un efecto abortivo, debemos afirmarlo con claridad. En España se sigue dispensando sin límite de edad ni prescripción médica, lo cual resulta una barbaridad desde el punto de vista médico y bioético».

 

15 comentarios

Fernando Martín López Avalos
Es una lástima que los Pastores se empeñen en destruir la verdad que deberían defender. No entiendo cómo los Obispos alemanes se mostraron a favor de la PDS tan a la ligera. Si algo respetaba en los alemanes era su sentido crítico. O son ingenuos o actuaron con malicia. El problema es el grave daño moral que sus declaraciones traen consigo. Y, lo que todavía no me queda del todo claro, es porqué la Santa Sede no actúa en consecuencia.
18/03/13 6:05 PM
Antonio G.
Si es así, por qué se ha facilitado la píldora en hospitales San Juan de Dios Barcelona?

http://www.cruzdesanandres.org/noticias.php?idnoticias=219
18/03/13 9:25 PM
Horacio Castro
Sr. Fernando Martín López Avalos . Esta noticia se relaciona con un valor innegociable como es proteger la vida rechazando el uso de métodos- eventualmente abortivos- para regular nacimientos. No se refiere a otro tema complejo como el de posibles fármacos anticonceptivos en casos de violación que fue y es tratado extensamente en otros artículos de InfoCatolica. Como usted ya opinó sobre la verdad y su supuesta destrucción por los obispos alemanes y además requiere la intervención de la Santa Sede, me permito comentarle que, su certeza bioética guarda analogía con la de quienes sostienen que en caso de embarazo ectópico, la embarazada tiene que aguardar la extinción del embrión poniendo en riesgo su propia vida, por ejemplo, por estallido de una trompa de Falopio.
18/03/13 11:02 PM
Elisa
Por favor...eso lo sé yo con lo que sé de Biología y Química y sin hacer ningún estudio científico...
18/03/13 11:58 PM
Néstor
No se puede comparar el caso del embarazo ectópico, en el que se aplica el principio de doble efecto, con la píldora del día después. El principio de doble efecto dice que se puede realizar una acción terapéutica sobre la madre, aún previendo, sin quererlo ni como fin ni como medio, que de ella se seguirá la muerte del feto. En cambio, en la píldora del día después no hay doble efecto ni acción terapéutica alguna. Su único efecto previsible, en la mayoría de los casos por lo que se dice aquí, es la eliminación del nuevo ser humano.

Me parece que una de las primeras tareas que inevitablemente se van a plantear al nuevo Papa es la corrección de esto que han hecho los Obispos alemanes y que ha sido apoyado por el Presidente de la Pontificia Academia pro Vida, Mons. Carrasco.
19/03/13 12:00 AM
Fernando Martín López Avalos
El punto crucial aquí, don Horacio, es que no existen esos posibles fármacos anticonceptivos que puedan aplicarse en caso de violación, lo que concordaría con la doctrina de la Iglesia. No existen tales fármacos que no ejerzan un efecto abortivo y únicamente anticonceptivo. En casos de embarazo ectópico, remito la respuesta que nos da Antonio Royo Marín (Teología moral para seglares, T.I, nº 565): 'En caso de gestación ectópica o extrauterina, el feto humano posee los mismos derechos naturales que si estuviera colocado en su sitio natural. Por lo tanto, no es lícito jamás, bajo ningún pretexto, matarle directamente. Lo único que puede hacerse es la llamada operación Wallace (consiste esta operación en trasladar el feto ectópico del sitio anormal en que se encuentra anidado a su sitio normal en el útero o matriz para que alcance allí su normal desarrollo. Modernamente ha comenzado a hacerse con éxito, y con ella se atiende muy bien a la vida de la madre y del hijo), si la pericia del médico permite esperar buenos resultados para la vida del hijo y de la madre; o la llamada expectación armada (preferentemente en una clínica o sanatorio quirúrgico donde puedan utilizarse en seguida los medios apropiados), consistente en la intervención inmediata del médico al producirse la rotura del saco fetal (que pone en grave peligro la vida de la madre), porque el feto se separa entonces de sus conexiones vitales (extráigasele y bautícesele inmediatamente); o la laparoptomía, si el feto es
19/03/13 12:44 AM
Horacio Castro
Estimados Néstor y López Avalos. Existen fármacos con principios anticonceptivos no abortivos y es verdad que no están disponibles en el mercado para impedir exclusivamente la fecundación del óvulo humano. Al tenor de los estudios que se han realizado- independientemente de la industria farmacéutica- la denominada píldora del día después es abortiva (como otros fármacos hormonales) además de anticonceptiva. Por supuesto se debe valorar la preocupación moral que plantean estos casos pese a no ser consecuencia natural- de situaciones aceptadas- pero sí de otras anómalas (violación, embarazo ectópico) en las mujeres afectadas que son merecedoras de una especial caridad, según corresponda ante la posibilidad de impedir la fecundación de óvulos o de resolver con justicia sobre el curso de embarazos ectópicos.
19/03/13 10:33 AM
Néstor
El punto que se está comentando aquí es la llamada "píldora del día después" y su acción abortiva en muchos casos. Lamentablemente, es esa píldora la que han autorizado, erradamente a mi juicio y al de muchos otros, los Obispos alemanes, pues han autorizado la píldora del día siguiente, y hasta ahora nadie ha mostrado que una píldora del día siguiente no tenga efecto abortivo, sino que al contrario, eso han dicho todos los médicos que han hablado del tema. Que haya o no anticonceptivos que no sean abortivos es otro tema, el asunto aquí son los fármacos que se ingieren después de la relación sexual.
19/03/13 11:49 AM
Tomás Bertrán
2. El aborto indirecto .
Distinto del anterior es el llamado aborto indirecto. Se trata, en realidad de una aplicación de los principios de doble efecto y del voluntario indirecto o in causa . Entendiéndolo desde este punto de vista se ve claramente que el término “aborto indirecto” no es feliz, porque en realidad no se trata de una acción en la cual el aborto es un medio para alcanzar algo (la salud de la paciente o la regulación de la natalidad), sino de una acción en la cual el aborto es “efecto tolerado y no querido”.
19/03/13 12:36 PM
Tomás Bertrán
La cuestión aquí planteada es la siguiente: ¿es lícito poner una acción terapéutica (causa) de la que, fuera de la intención del que la realiza, además de seguirse la salud de la paciente (efecto bueno), se sigue también el aborto (efecto malo)? En realidad, las condiciones exigidas para una recta aplicación del principio de doble efecto se dan sólo en muy pocos casos en los cuales el feto “no viable” (que no puede vivir fuera del útero materno) está ya muerto o irremediablemente condenado a morir por la misma naturaleza; allí la acción no apunta directamente a la extirpación del feto, pero ésta se sigue con bastante probabilidad, y el hecho de que haya casi certeza de su muerte inminente e inevitable dan la “causa proporcionada”. Sobre este tipo de acciones dice la Carta a los agentes de la salud : “Cuando el aborto viene como consecuencia prevista pero no intencionada ni querida, simplemente tolerada, de un acto terapéutico inevitable para la salud de la madre, éste es moralmente legítimo. El aborto es consecuencia indirecta de un acto en sí no abortivo” (Pontificio Consejo para los Agentes de la Salud, Carta a los agentes de la Salud, n. 142).
19/03/13 12:37 PM
Horacio Castro
El aborto directo, es decir, querido como fin o como medio es siempre un desorden moral grave en cuanto “eliminación deliberada de un ser humano inocente”. En los casos aquí mencionados parece lícito, en una violación, tratar de impedir con la PDS o PDD la fecundación todavía imposible de comprobar, y en un embarazo ectópico, extraer el embrión como “aborto consecuencia no intencionada” de un acto terapéutico “inevitable”.
19/03/13 5:05 PM
María de las Nieves
La PDD

El tema moral es que en un acto conyugal casados está prohibido el uso de anticonceptivos hormonales y otros,ya que rompe el acto unitivo y procreador,no es adecuado ningún método anticonceptivo, excepto los naturales.

Los jóvenes no practican abstinencia y despues de un acto sexual coital las jóvenes toman la pildora

Actos inmorales en este caso y de salud y legales
Tener relaciones sexuales adolescentes.
No tener ninguna protección .
Miedo a quedarse embarazada
Ser menor de edad,pueden comprarla en farmacia sin receta
Toman dosis altisimas de hormonas PDD
Intención no embarazo,pero se produce más del 50% de abortos precoces el endometrio se descama es decir rompen la cuna del embrión
La salud de la chica se resiente ,posibilidad de enfermedades graves, trombosis ,ictus ,hemorragias cerebrales.
En chicas de 15 y 16 años no saben sus padres y si pasa algo grave,son responsables ante la ley civil por patria potestad.
Otras implicaciones morales, médico que la receta ,farmaceútico que la expende, padres que si lo saben y la recomiendan. sacerdotes, educadores y catequistas que deben decirlo.
A nivel legal y médico no es un fármaco inocuo para la paciente y es abortivo.
Las empresas farmaceuticas son las que se benefician

Ante estas situaciones es recomendable hacer educación sexual para la salud y la vida haciendo promoción de actividades sanas no sexuales, fomentar noviazgo y promover proyectos de familia y vida de futuro con respeto a la vid
19/03/13 5:39 PM
La CEA no está formada por irresponsables
Los obispos alemanes aceptaban el uso de la PDS en hospitales de titularidad católica únicamente en los casos de violación.
Para los católicos alemanes, al parecer, hay informes en el sentido de que la PDS no es abortiva. Hoy algunos médicos católicos españoles los emiten en sentido contrario. ¿Nos quedamos con el dictámen de la Federación Internacional de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (FIGO)? Que nos avisen cuando cambien su valoración. Creo que es la instancia relevante en este asunto y, en tal caso, los alemanes parecen tener la razón.
19/03/13 9:36 PM
David
La CEA no ha ofrecido un solo informe científico sobre el que basar su penosa y peligrosísima nota acerca de la dispensación de la PDD.
19/03/13 11:13 PM
Néstor
Lo primero que hay que decir es que si la fecundación es imposible de comprobar, entonces NO se puede dar un fármaco que tiene efectos abortivos, porque en la duda de si se está eliminando o no a un ser humano, hay que abstenerse de realizar esa acción. Lo segundo es que la FIGO pertenece a la ideología abortista, seguramente consideran que el embarazo comienza con la anidación y no con la fecundación,y recurrir a ellos en este tema es como preguntarle al zorro cómo se hace para cuidar las gallinas.
20/03/13 1:03 AM

Esta noticia no admite comentarios.