(Agencias/InfoCatólica*) Pasadas las 12:30, Neira, que ayer cumplía 56 años, en silla de ruedas y flanqueado por su mujer, sus hijos y el alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá, apareció demacrado pero sonriente en el vestíbulo del hospital Puerta de Hierro, donde le esperaban amigos, curiosos, pacientes y cientos de medios de comunicación a los que atendió sin perder la paciencia.
Neira, que deberá seguir acudiendo diariamente al hospital para continuar con la rehabilitación a la que está siendo sometido, se reconoció "muy emocionado" por la despedida. "De verdad, no me lo esperaba", admitió.
Sobre lo que hará con su recuperada vida, Neira expresó un par de deseos sencillos: ir en coche un domingo por la Casa de Campo madrileña y comerse un bocadillo de chorizo. Pero, para empezar, el profesor explicó que hoy cuando se levante leerá la prensa, irá a su despacho para atender sus papeles, y se dedicará a la lectura y a sus tertulias, según explicó a los periodistas. En definitiva, "volver a la vida normal".
A pesar de la lluvia, el barro y el frío que había en los alrededores del Puerta de Hierro, Jesús Neira se subió al pequeño escenario para coger el micrófono, dar las gracias y afirmar que seguirá luchando contra la violencia de género.
"Soy una persona normal, pero, por supuesto, lo que esté en mi mano hacer contra la violencia, lo haré, sin duda alguna. Es incompatible una sociedad donde haya semejantes delincuentes, porque eso es lo que son, pequeñas cucarachas, y hay que quitarles la careta y expulsarles de nuestra vida", afirmó Neira.
Asimismo, señaló que volvería hacer lo mismo que el día de la agresión, el pasado 2 de agosto, "porque sino esa mujer no estaría viva".
Neira tuvo palabras de agradecimiento para todos y, en especial, para su mujer, de la que dijo que le había asombrado su actitud y el coraje que ha demostrado durante todos estos meses, en los que le ha atendido a él, a sus hijos y su casa.
Neira se encontraba hospitalizado a consecuencia de la paliza que sufrió cuando intercedió para proteger a una mujer que estaba siendo agredida por su pareja. Violeta Santander ha negado desde entonces ser víctima de malos tratos en un periplo por los platós de televisión, y el agresor, Antonio Puertas, se encuentra en prisión.
Por la paliza que recibió, Neira ha luchado durante meses entre la vida y la muerte, ha tenido que aprender a hablar y caminar de nuevo, y ha sido objeto de un reconocimiento social generalizado. Neira reconoció que su recuperación ha sido "muy lenta, laboriosa y muy dura", pero cada día "está mejor".
El pasado enero, aún en el hospital, aceptó convertirse en el próximo presidente del Consejo Asesor del Observatorio Regional de la Violencia de Género de Madrid, después de que la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, le ofreciera personalmente el cargo en una visita. Entre sus competencias estará la de coordinar las funciones y los recursos de los diferentes centros gestores de la Administración regional, potenciar la atención de las víctimas mediante el estudio, análisis y formulación de propuestas encaminadas a la prevención.