El Papa recibe a los representantes de la comunidad judía en EEUU

Benedicto XVI: "La negación del Holocausto es intolerable e inaceptable"

El Santo Padre recibió este mediodía a los miembros de la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Americanas. Comenzó su discurso recordando su primera visita a una sinagoga -la de Colonia- al inicio de su pontificado, en agosto de 2005, y al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau en mayo de 2006. "Mientras entraba a ese lugar de horror, la escena de un sufrimiento indecible, pensaba -dijo- en los innumerables prisioneros, muchos de ellos judíos, que habían pisado ese mismo camino en la cautividad en Auschwitz y en todos los otros campos de prisioneros".

"¿Cómo empezamos a comprender la enormidad de lo sucedido en aquellas infames prisiones? Toda la raza humana siente una profunda pena por la brutalidad salvaje contra vuestro pueblo en esa hora".

Tras poner de relieve que el encuentro de hoy tiene lugar en el contexto de la visita de los presidentes de estas organizaciones judías a Italia y de su anual "Leadership Misión to Israel", Benedicto XVI dijo: "Yo también me estoy preparando para visitar Israel, una tierra que es santa tanto para los cristianos como para los judíos, porque las raíces de nuestra fe se encuentran allí".

El Santo Padre afirmó que "la Iglesia está profunda e irrevocablemente comprometida a rechazar el antisemitismo y a seguir construyendo relaciones buenas y estables entre nuestras dos comunidades. Si existe una particular imagen que encierra este compromiso, es el momento en el que mi querido predecesor Juan Pablo II, frente al Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, pidió perdón a Dios por todas las injusticias que el pueblo judío había tenido que sufrir".

"El odio y el desprecio contra los hombres, mujeres y niños que se manifestó en la Shoah fue un crimen contra Dios y contra la humanidad. (...) Es indudable que toda negación o minimización de este terrible crimen es intolerable y totalmente inaceptable".

El Papa subrayó que "este terrible capítulo de nuestra historia nunca se debe olvidar. Recordar -se dice justamente- es "memoria futuri", una advertencia para el futuro y una llamada para luchar por la reconciliación. Recordar es hacer todo lo posible por evitar que se repita una catástrofe como esta en la familia humana, construyendo puentes de amistad duradera".

"Mi ferviente deseo es que la memoria de este espantoso crimen fortalezca nuestra determinación por curar las heridas que durante tanto tiempo han mancillado las relaciones entre cristianos y judíos. Deseo de todo corazón que nuestra amistad se fortalezca, de modo que el compromiso irrevocable de la Iglesia a seguir manteniendo relaciones respetuosas y armoniosas con el pueblo de la Alianza produzca frutos en abundancia".

Callar, por Miguel Serrano Cabeza

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