La CEE critica la campaña de los autobuses ateos

"Es una blasfemia y una ofensa a los que creen"

En una nota de prensa enviada a los medios, la Conferencia Episcopal ha denunciado que la campaña de los "autobuses ateos" es objetivamente una blasfemia y una ofensa a los que creen. Aun reconociendo el derecho a la libertad de expresión, la CEE advierte que los espacios públicos no pueden ser utilizados para ofender las convicciones religiosas de muchos de los ciudadanos. La nota asegura que dar la insinuación de que la existencia de Dios no deja vivir en paz y disfrutar de la vida es intolerable aunque muestra el convencimiento de que los católicos responderán con serenidad y mansedumbre.

(CEE) En España, como en algunos otros lugares de Europa, son varias las ciudades en las que autobuses municipales circulan, o se quiere que circulen, con una extraña propaganda: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida".

La libertad de expresión es un derecho fundamental. Todos pueden ejercerlo por medios lícitos. Pero los espacios públicos que deben ser utilizados de modo obligado por los ciudadanos no deben ser empleados para publicitar mensajes que ofenden las convicciones religiosas de muchos de ellos. Si se hace así, se lesiona el derecho al ejercicio libre de la religión, que debe ser posible sin que nadie se vea necesariamente menospreciado o atacado. Insinuar que Dios probablemente sea una invención de los creyentes y afirmar además que no les deja vivir en paz ni disfrutar de la vida, es objetivamente una blasfemia y una ofensa a los que creen.

Las autoridades competentes deberían tutelar el ejercicio pleno del derecho de libertad religiosa. Es posible hacerlo compaginándolo al mismo tiempo con el amparo y la promoción de la libertad de expresión de todos. Así lo muestra el modo en que se ha procedido en ciudades como Roma, Milán o Zaragoza.

En todo caso, los católicos respetarán el derecho de todos a expresarse y estarán dispuestos a actuar, tanto con serenidad y mansedumbre ante las injurias, como con fortaleza y valentía en el amor y la defensa de la verdad: Dios es amor.

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