Homilía del cardenal García-Gasco

"La reforma para ampliar el aborto es signo de la cultura de la muerte que pretende dominarlo todo"

Moseñor García-Gasco, en la homilía con motivo de la Solemnidad de San Vicente Mártir, patrón de la archidiócesis levantina, ha denunciado la futura reforma de la ley del aborto a la vez que ha defendido la libertad de enseñanza ante la manipulación de las conciencias por el Estado. El cardenal ha hecho también un llamamiento a los fieles valencianos a mantener la “libertad y fortaleza” de San Vicente Mártir, patrón de la archidiócesis valentina, y ha asegurado que “siguiendo el ejemplo del patrón de Valencia, la Iglesia solo pretende libertad para ejercer su misión evangelizadora y religiosa”. Sin embargo, afirma el cardenal, “esta libertad es cada vez menos reconocida en España y sobre ella se ciernen oscuras amenazas”.

(Álvaro Real/AVAN) Ante esta situación, el purpurado ha invitado a “seguir trabajando, desde la propia autonomía y las respectivas competencias, para lograr la promoción integral de las personas, que son ciudadanos de la nación y, la gran mayoría de ellos, hijos de la Iglesia católica”.

La sociedad española, “en virtud de la libertad religiosa de los ciudadanos, tiene un marcado sentido cristiano”, ha precisado el Cardenal, quien ha añadido que “negar ese dato de la realidad solo es posible desde la obsesión por rechazar todo lo cristiano”.

Durante su homilía en la solemne misa que ha presidido en la Catedral de Valencia con motivo de la fiesta litúrgica de San Vicente Mártir, el cardenal Agustín García-Gasco ha señalado que “la libertad es un poder dado por Dios a los hombres y no es una concesión del Estado o de alguna autoridad humana”.

La autoridad civil “no tiene un poder omnímodo”, ha insistido el Cardenal, quien ha añadido que “las leyes injustas y las medidas contrarias al orden moral no obligan en conciencia”.

Además, ha abogado por la “sana laicidad”, que permite a todos “participar cada vez más activamente en la vida de la sociedad, respetando las competencias de cada uno”, y en este sentido, ha recordado cómo “en la historia de Valencia, impresionan las innumerables obras de caridad que la Iglesia, con grandes sacrificios, ha puesto en marcha para aliviar todo tipo de sufrimientos”.

Según el Cardenal, “es legítima una sana laicidad del Estado, en virtud de la cual las realidades temporales se rigen según sus normas propias, pero sin excluir las referencias éticas que tienen su fundamento último en la religión”, y ha evocado tanto la Constitución española de 1978 como los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español. “España está unida por vínculos vigorosos a la fe católica, y sería gravemente dañoso intentar debilitar y romper esos lazos fecundos”, ha agregado.

“Que Valencia conserve celosamente la herencia cristiana de la que forma parte su historia”.

“Me complace asegurar a todos que la Iglesia desea mantener y promover un espíritu cordial de colaboración y entendimiento, al servicio del crecimiento espiritual y moral de la sociedad civil”, ha indicado el purpurado, quien ha añadido que “mi deseo es que el pueblo valenciano, en la memoria del santo mártir Vicente, reafirme la herencia cristiana que forma parte de su historia, y que la conserve celosamente y haga que continúe produciendo frutos en el futuro”.

En otro momento de su homilía, el Cardenal ha asegurado que “ante el creciente laicismo, que pretende reducir la vida religiosa de los ciudadanos a la esfera privada, la Iglesia sabe muy bien que el mensaje cristiano refuerza e ilumina los principios básicos de toda convivencia” y, además, “es fuente de progreso y de libertad”.

Igualmente, ha defendido “el valor irrenunciable del matrimonio y de la familia, que no se puede equiparar ni confundir con otras formas de convivencia”. Así, dirigiéndose a los fieles que llenaban la Catedral de Valencia les ha indicado: “No lo olvidéis: socavar las bases del matrimonio y de la familia debilita la libertad y la dignidad de las personas. Destruir la familia es disolver la sociedad. Si las familias están enfermas la sociedad se derrumba”.

Defensa de la vida humana, ante unas cifras del aborto “vergonzosas”

En otro momento de su homilía, el purpurado se ha referido al final de su ministerio episcopal en la archidiócesis de Valencia, después de 16 años de pontificado, al haber aceptado el Papa su renuncia por jubilación y ha confesado que “no pocas preocupaciones acompañan este final de mi servicio pastoral en la noble sede valentina”. Entre ellas ha señalado “la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural” y ha animado a “trabajar más para difundir una cultura de aprecio profundo al valor de la vida”. Las cifras del aborto “son una vergüenza para la sociedad valenciana”, ha dicho el purpurado, que ha indicado también que la “reforma para ampliar el aborto es signo de la cultura de la muerte que pretende dominarlo todo”.

Defensa de la libertad de enseñanza, ante su “retroceso” y la “manipulación de conciencias”

De igual modo, se ha referido como otra de sus preocupaciones a la educación y ha expresado su deseo de que “respetando la competencia del Estado para promulgar las normas generales sobre la educación, se respete también la conciencia de los alumnos y el derecho de los padres a una libre elección educativa”. Sin embargo, a este respecto, ha lamentado que “en lugar de avanzar, retrocedemos” y ha denunciado cómo “se impone el estatalismo y la manipulación de las conciencias en las Escuelas”.

Por ello, ha invitado a “fomentar el respeto a la verdad, la voluntad de favorecer el bien general, la defensa de la libertad, la justicia y la convivencia, en el marco del Estado de Derecho”.

Al término de su homilía, el Cardenal ha expresado “mis mejores deseos para los responsables de la vida pública valenciana” y ha destacado que “son valiosos los esfuerzos de los políticos, pero también los de tantas instituciones civiles y religiosas, universidades y asociaciones, orientados a fomentar una cultura de participación en la sociedad española”. Ha felicitado, también, a la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” que hoy celebra su patrón.

En la conclusión de sus palabras, el Cardenal ha encomendado al pueblo de Valencia y a sus autoridades “a la viva intercesión de San Vicente y a la benévola protección de Nuestra Señora de los Desamparados” y ha señalado que “pido al Señor que los sostenga a todos, para que, apoyándose en el patrimonio y en la larga tradición espiritual de la historia valentina, puedan edificar una sociedad de paz y de justicia, y contribuir a una solidaridad cada vez mayor entre las personas y entre los pueblos”.

Autoridades

En la solemne misa con motivo de la fiesta de San Vicente Mártir, el cardenal García-Gasco ha concelebrado con sus tres obispos auxiliares, monseñores Esteban Escudero, Salvador Giménez y Enrique Benavent, además de con el Cabildo Metropolitano de la Catedral. Cientos de personas han llenado el templo durante la ceremonia en la que han participado, entre otras personalidades, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, acompañada por su equipo de gobierno, el vicepresidente social de la Generalitat, Juan Cotino, las autoridades militares de Valencia y el rector de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”, José Alfredo Peris.

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