Palabras de Monseñor del Río en la entrega de los Premios Bravo

"Que el universo de la comunicación no brille por el glamour de sus estrellas mediáticas"

Monseñor Juan del Río, Arzobispo Castrense de España, y Presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española, presidió ayer por la mañana la entrega de los Premios Bravo de Comunicación. El escritor, periodista y colaborador de La Razón, José Jiménez Lozano, recogió ayer su premio "¡Bravo! Especial!". El jurado premiaba la «permanente exigencia de dignidad y libertad que toda persona reclama», presente en los escritos de Jiménez Lozano.

(La Razón/InfoCatólica*) El premio de nuevas tecnologías se otorgó a H2ONews Multimedia, un servicio de noticias católicas gratuitas, especialmente por su oferta audiovisual en Internet, "a disposición de todos los medios católicos, especialmente de los más pobres".

La cantante pop Cristina Llorente recibió el premio de música. Aunque suele cantar temas profanos, no religiosos, el premio reconoce sus propuestas "cargadas de valor educativo" y su "exquisito respeto a su imagen personal y su dignidad de mujer".

El "¡Bravo!" de cine se concedió a la distribuidora de películas KarmaFilms, que ha recuperado clásicos antiguos como "Fray Escoba", difunde películas que tratan otras tradiciones religiosas en positivo y desde este mes distribuye la serie italiana de ficción moderna "Los amigos de Jesús", sobre figuras contemporáneas a Cristo.

Otros premios fueron el de publicidad, para la campaña "Hola, soy rumano", del Gobierno de este país, y el de televisión para Canal Sur, por su programación de Semana Santa.

Monseñor Juan del Río afirmó durante el acto que "nos encontramos en unos momentos cruciales para que la Iglesia encuentre su lugar y su modo de relacionarse con los MCS, y los nuevos horizontes tecnológicos. Ella, no quiere ni puede permitirse el error de prescindir de la comunicación social, pero tampoco desea hacerlo a cualquier precio, como puede ser la renuncia a llevar a cabo la imprescindible evaluación ética de los modos y medios comunicativos" pues "no se debe olvidar que cuando el sector de la comunicación social pierde sus raíces éticas y elude el control social, termina relegando la dignidad inviolable del ser humano, condiciona la libertad, incide negativamente en las conciencias y termina enfrentando a los pueblos".

A juicio del presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación los profesionales de la comunicación deben de informar sobre "todo lo bueno y bello que hay en el corazón y en las acciones de las personas e instituciones, y no caerán en el reduccionismo informativo de las malas noticias, de los infortunios, y que el entretenimiento y el ocio sea sinónimo de superficialidad sin sentido". "En fin", añadió del Río, "que el universo de la comunicación no brille por el glamour de sus estrellas mediáticas, sino porque resplandezcan los valores de la justicia, el derecho, la solidaridad que hacen grande a la humanidad".

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