Monseñor Cheenath afirma que no se protege a los cristianos

La Iglesia Católica en la India critica la resolución del Supremo de su país

El arzobispo que pastorea una de las diócesis indias más afectadas por la sangrienta persecución anticristiana de los últimos meses ha expresado su "profunda decepción" por la resolución del Tribunal Supremo sobre las atrocidades cometidas por los extremistas en el Estado de Orissa. Monseñor Raphael Cheenath, arzobispo de Cuttack-Bhubaneshwar, afirma que los documentos que recogen las sentencias del Tribunal Supremo indio sobre los atentados contra los cristianos en Navidad del 2007 y en el otoño del 2008 son "terriblemente decepcionantes".

(Zenit) El prelado, en un comunicado de la Asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), afirma que, contrariamente a cuanto ha dicho la prensa india, las sentencias son "imprecisas" y no recogen las peticiones de los cristianos de aumentar la seguridad.

El Tribunal había sido requerido a pronunciarse ante una petición del propio prelado, que había solicitado el aumento de la protección de la policía y de las indemnizaciones a los cristianos que han perdido sus casas durante la ola de violencia.

Contrariamente a cuanto se ha informado, el Tribunal ha decidido recortar la "rápida protección policial"que pretendía poner en marcha el Gobierno central, así como "abstenerse de establecer unas pautas claras para las indemnizaciones".

En una entrevista concedida a AIN el pasado lunes 12 de enero, monseñor Cheenath denunció que el contenido de la sentencia no se corresponde con lo que han publicado los medios de comunicación.

En su opinión, esta resolución "no será de gran consuelo para los cristianos del distrito de Kandhamal, en Orissa, objetivo primordial de las agresiones". "Muchos cristianos tienen aún demasiado miedo para volver a sus casas, y están luchando por cubrir sus necesidades básicas con las indemnizaciones que les ha dado el Gobierno".

El prelado explicó que está reuniendo pruebas de la necesidad de mayor seguridad y de aumentar los recursos económicos, para presentar alegaciones a la sentencia en el plazo de un mes.

"Entre la gente, y también entre los funcionarios de la administración local, aún reina el miedo. Estos últimos son conscientes de que la situación sigue siendo difícil y de que no se puede obligar a la gente a abandonar los campos de refugiados para volver a sus pueblos", añadió.

El propio monseñor Cheenath, que ha recibido amenazas de muerte, no ha podido visitar el distrito de Kandhamal hasta este pasado fin de semana, ya que no se podía garantizar su seguridad.

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