La diócesis de Tui-Vigo crea el Club de los Monaguillos

Se buscan monaguillos

Desciende la asistencia a las misas, y cada vez salen menos sacerdotes del Seminario. La Iglesia resiste como puede su particular crisis, y no quiere olvidarse de quienes contribuyen al mantenimiento y difusión de la fe en Dios. Dentro de este grupo, los monaguillos juegan un papel determinante. En reconocimiento a su labor, tan antigua como los templos donde ayudan, la Diócesis de Tui-Vigo ha creado el Club de los Monaguillos, la primera entidad oficial de este tipo constituida en España. El principal promotor y responsable de esta curiosa iniciativa, el delegado de Vocaciones de la Diócesis de Tui-Vigo, Juan Diz Miguélez, ofrece una amplia explicación en una entrevista "colgada" esta semana en YouTube.

(A.Otero/FarodeVigo.es) Con el estreno en este popular portal de internet, pretenden divulgar al máximo la puesta en marcha del club y de paso captar nuevos socios. "Ya tenemos medio centenar y hay unas veinte solicitudes", apunta.

A la primera reunión de presentación de esta especie de asociación constituida el pasado marco asistieron 120 monaguillos. "Son gente que hace una importante labor en la misa pero nunca han tenido un reconocimiento y una formación. Y el formar parte de un club les hace ilusión", razona el padre Juan Diz, quien reconoce el descenso de esta vocación: "Desde luego, no hay tantos como antes".

Para ingresar en el club basta con solicitarlo al párroco y contar con la autorización de los padres en caso ser menores de 18 años (la edad mínima para entrar en el colectivo es de 7 años). "Y después, también dependerá del sacerdotes. Puede que no esté de acuerdo, porque el aspirante, aunque demuestra ansias de querer ser monaguillo, el cura cree que se cansará pronto", aclara Diz Miguélez.

Obtención del carné

Una vez admitido, el socio recibe el correspondiente carné. Este documento le acredita su preparación para ayudar en la liturgia. Sólo con mostrarlo al titular de la parroquia, éste puede incorporarlo a la celebración de la misa con la tranquilidad de que "sabe lo que hay que hacer".

A partir de la obtención del carné comienza una formación que se divide en tres etapas. Como si ingresase en las filas de un entidad deportiva, el nuevo monaguillo pasará por las categorías de "aprendiz, alevín y junior".

Todas las etapas o categorías obligan al monaguillo a reunirse una vez al mes con el párroco. En estos encuentros conocen los distintos tipos y aspectos de la liturgia y la última categoría, la junior, incluye hasta exámenes. Completadas las tres -en función de la edad de ingreso, pero en torno a los 14 años-, pasa a pertenecer a la Orden de Santiago. "Ayudará a formar a otros monaguillos y participará en actos destacados", agrega Juan Diz.

Aprendiz, alevín y junior

Para distinguir a un aprendiz de un alevín o junior habrá que fijarse en el color del cíngulo (un cordón con una borla en cada extremo similar al que usan los sacerdotes en misa). A la primera categoría le corresponde el azul, en homenaje al mismo patrón de la Diócesis, San Telmo; el verde indicará que pertenece a la segunda, y cuyo patrón en San Paio, mártir de la Diócesis; y el cordón blanco, la tercera categoría, al patrón beato Adilio, monaguillo que murió en Brasil". A quienes completan el periodo de aprendizaje entran en la Orden de Santiago y reciben el cíngulo rojo, por el patrón del mismo nombre.

No todo es estudiar. Los titulares de carné reciben la revista Monagos en sus domicilios y la Diócesis les informa de distintas actividades socioculturales invitádoles a que participen. "De esta manera se sienten más reconocidos, más motivados, ilusionados", abunda el delegado de Vocaciones.

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