Con la participación de los obispos de Cádiz y Tarazona

XVIII Encuentro Nacional de Vírgenes Consagradas en Cádiz

El XVIII Encuentro Nacional de Vírgenes Consagradas ha reunido en Cádiz a unas 50 miembros del Orden de Vírgenes, la forma de Vida Consagrada más antigua de la Iglesia, que fue restituida por el Concilio Vaticano II y que a partir de la promulgación de su Ritual de Consagración, cuenta en España con más de 150 mujeres. En el Encuentro, celebrado en el Seminario de Cádiz, las participantes han disfrutado de unos días de formación, oración, participación comunitaria de la eucaristía, visitas culturales y amistad compartida. Los obispos de Cádiz y Tarazona, Monseñor Ceballos Atienza y monseñor Demetrio Fernández, han participado en las jornadas.

(C.I.E./InfoCatólica*) El XVIII Encuentro Nacional de Vírgenes Consagradas ha reunido en Cádiz a unas 50 miembros del Orden de Vírgenes, la forma de Vida Consagrada más antigua de la Iglesia, que fue restituida por el Concilio Vaticano II y que a partir de la promulgación de su Ritual de Consagración, cuenta en España con más de 150 mujeres. En el Encuentro, celebrado en el Seminario de Cádiz, las participantes han disfrutado de unos días de formación, oración, participación comunitaria de la eucaristía, visitas culturales y amistad compartida.

El Obispo de la Diócesis, Mons. Antonio Ceballos Atienza, quien promovió y colaboró muy directamente con las organizadoras del Encuentro, comenzó el día primero con una meditación sobre "El camino de la oración apostólica" y "La fuerza se realiza en la debilidad". Para Mons. Ceballos, la oración a la que están llamadas las vírgenes consagradas se vincula directamente con la oración de los primeros discípulos, pues "cuando oramos lo hacemos bajo el rostro del Cristo Pascual, crucificado y resucitado, presente en la Eucaristía". El "tejido de la oración" cotidiana consiste en "mirar al Señor", "ir pasando a sus manos, a su amor nuestra vida y la de nuestros hermanos, incluso con sus nombres", ya que estamos llamados a ser "no protagonistas de la vida apostólica, sino transparencias de Jesús". Y "más pensar o hablar nosotros mucho", se trata de "escucharle y entregarse", en un "clima de silencio, que es acogida, escucha, adoración, alabanza, como el de la Virgen María que escuchaba, guardaba y contemplaba las palabras del Señor en su interior, para responder 'Hágase en mí según tu voluntad', para entonar el 'Magníficat', para compartir hasta la Cruz la vida de su Hijo". En su segunda meditación, el obispo de Cádiz explicó que las palabras de San Pablo "La fuerza se realiza en la debilidad" son actuales hoy como siempre. Evangelizar requiere el espíritu y la fuerza de la confianza, valorar y apreciar la sencillez y pobreza en medios, personas y acontecimientos; estimar en más la fidelidad que el éxito; derrochar en la tarea la paciencia activa; fomentar la comunión, la fraternidad que arranca del compartir a Cristo; y trabajar con alegría y esperanza. "La realidad eclesial actual exige una iluminación evangélica que vosotras habéis de dar teniendo como modelo a San Pablo: caminar con flaquezas y necesidades, persecuciones e injurias, confiando sólo en Dios, cuya fuerza se manifiesta en la debilidad del Apóstol". "La fraternidad apostólica es mucho más que mera amistad, pues como explica San Agustín, en la amistad se comparten las personas de los amigos, pero en la fraternidad apostólica se comparte a Cristo, la vid verdadera a la que los discípulos están unidos". "Habéis de ser símbolos de amanecer, en un mundo en que prevalece el síndrome del atardecer, la alegría pascual es para todo el año, bien en forma de alegría exorbitante, de paz confiada o de contento sereno, en todas las circunstancias"

En una mesa redonda, cuatro de las virgenes participantes en el Encuentro Mundial celebrado en Roma el pasado mes de mayo expusieron sus impresiones y vivencias en el mismo, la experiencia del Encuentro con esta forma de vida consagrada presente ya en los cinco continentes, y de la Alocución del Papa Benedicto XVI. Gloria Irene Álvaro, representante de las vírgenes consagradas españolas y miembro de la Comisión organizadora de dicho Encuentro, expuso con claridad y sencillez las dificultades y los frutos del mismo, así como la estima y apoyo recibidos por la Congregación para la vida consagrada y en particular por su Presidente, el Cardenal Rodé, y los obispos Mons. Burke y Mons. Fernández.

Mons. Demetrio Fernández, obispo de Tarazona y asesor del Orden de Vírgenes en la Comisión para la Vida Consagrada de la CEE, también ha participado en el Encuentro junto con el obispo de Cádiz, acompañando a las Vírgenes Consagradas en las diversas actividades. Manifestó su alegría por este servicio, exponiendo con sencillez cuál es la tarea y las actividades de los obispos que forman parte de la Comisión para conocer, alentar, colaborar la vida consagrada en España: participación en las reuniones y encuentros de las diversas formas de vida consagrada, organización de la semana de formación de religiosas jóvenes y de formadoras, y de la jornada de encuentro de miembros de la Vida Consagrada, elaboración y difusión de la revista Tabor. "Tengo la alegría de quien se encuentra con los suyos, las suyas, para hablar de lo nuestro". "La vida consagrada pertenece a la santidad de la Iglesia, es un icono de su dimensión mariana". "A partir de la recuperación del Orden de Vírgenes, está dando frutos espléndidos en la vida de la Iglesia. En el Encuentro Mundial de Roma -el pasado mes de mayo- quedó patente que el Orden de Vírgenes pertenece a la entraña más profunda de la vida de la Iglesia. En su conferencia explicó algunos aspectos del Ritual de Consagración de Vírgenes, desde la perspectiva de que "en la Iglesia "Lex orandi, lex credendi", de modo que el Ritual no es un mero protocolo sino la norma de lo que la Iglesia cree que es el Orden de Vírgenes, al que el Papa Benedicto XVI llamó consagradas por un rito solemne nupcial a Cristo". Entre los aspectos resaltados, Mons. Demetrio Fernández explicó que "la virgen consagrada sólo se entiende desde Cristo, su espiritualidad es la del "sí", no se da en ningún otro ámbito religioso, pues se trata de que la mujer queda dignificada y elevada a la categoría de esposa de Cristo, dedicada enteramente a Él". "La esponsalidad de Cristo esposo, que normalmente se manifiesta, en el sacramento del matrimonio, por mediación del otro cónyuge, en vosotras se da directamente: lo que en el Cielo se consumará plenamente se anticipa en la tierra a algunos, los consagrados y consagradas, como don que hay que recibir con gratitud y humildad". "La virgen consagrada no puede menos que desvivirse por el Señor y la Iglesia. Vuestro estado de vida no es el de solteras, sino el de desposadas con el Señor, que ha de traducirse en una actitud existencial: habéis de ser signos con vuestra vida de que sois de otro, de que estais dadas, dedicadas, sacrificadas, gastadas y desgastadas por vuestro Esposo"

También han intervenido D. Lázaro Albar, sacerdote diocesano de Cádiz y doctor en Teología Espiritual, con una charla sobre "La oración en clave esponsal", y Dña. Ana María Mesa, virgen consagrada de la misma diócesis y licenciada en Teología, que ha disertado sobre "La virgen consagrada en la sociedad actual". Mons. Ceballos Atienza ha presidido en la tarde del miércoles la Eucaristía final del Encuentro.

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