(Efe) La prefectura fue creada por Pablo VI para «controlar, supervisar y coordinar todas las inversiones y transacciones comerciales más importantes de la Santa Sede», pero con el paso de los años se había transformado -precisó Bertone- en «una especie de contabilidad central de la Santa Sede, sin seguir de cerca las tareas de planificación y coordinación económica general».
El pasado 22 de febrero fue reformado su reglamento para adecuarse, según dijo el prelado, «a los estándares internacionales de control financiero» y para garantizar «la transparencia necesaria de las actividades económicas y financieras de la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano».
El nuevo reglamento, añadió el «primer ministro» de la Santa Sede, convierte a la Prefectura para los Asuntos Económicos en una entidad «superior» en relación a las simples administraciones del Vaticano y pasa a tratar directamente con la Secretaría de Estado, «con la que concordará las líneas de orientación y programación».
Bertone se refirió también a la crisis mundial y dijo que la Santa Sede «no puede hacer otra cosa» que disminuir gradualmente los costes reales «frente a la imposibilidad de aumentar los ingresos, al menos en proporción a los déficit que se están registrando en los balances consolidados» de los organismos vaticanos.
«Es necesario que crezca en todos la conciencia de apoyar no sólo la misión de la Iglesia y la Santa Sede, sino también su credibilidad», subrayó Bertone.
El cardenal italiano Giuseppe Versaldi, de 68 años, es el presidente de la Prefectura para los Asuntos Económicos, mientras que el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, de 50 años, fue nombrado secretario de la misma en septiembre del pasado año.