Tras las vacaciones en Castel Gandolfo

El Papa retoma sus audiencias en el Vaticano hablando de la oración en el libro del Apocalipsis

Benedicto XVI reanudó esta mañana las audiencias generales en el Vaticano, después de haberlas celebrado a lo largo del verano en Castel Gandolfo. El Papa habló en el Aula Pablo VI de la oración en el libro del Apocalipsis que «nos pone en contacto con la plegaria viva y palpitante de la asamblea cristiana reunida 'en el día del Señor'».

(VIS) En este libro «difícil pero que contiene una gran riqueza» un lector presenta a la asamblea un mensaje confiado por Dios al evangelista Juan- «Del diálogo constante entre ambos -dijo el Santo Padre- resuena una sinfonía de oración que se extiende con gran variedad de formas hasta la conclusión».

La primera parte del Apocalipsis nos presenta tres fases sucesivas de la asamblea que ora. La primera de ellas pone de relieve que «nuestra oración es ante todo escucha de Dios que nos habla. Sumergidos por tantas palabras, estamos poco acostumbrados a escuchar, sobre todo a ponernos en la disposición interior y exterior del silencio para estar atentos a lo que Dios nos dice. Los versículos nos enseñan, además, que nuestra oración, a menudo sólo de petición, debe ser ante todo de alabanza a Dios por su amor, por el don de Jesucristo, que nos da fuerza, esperanza y salvación (...). Dios, que se revela como el principio y la conclusión de la historia, acoge la súplica de la asamblea y se interesa por ella».

También en esta fase hay otro elemento importante: «La oración constante despierta en nosotros el sentido de la presencia del Señor en nuestra vida y en la historia; su presencia nos sostiene y nos da una gran esperanza. Por otra parte, toda oración, incluso aquella en la soledad más radical, no es nunca aislada ni estéril; es la linfa vital para alimentar una existencia cristiana cada vez más comprometida y coherente».

En la segunda fase de la oración de la asamblea «se profundiza la relación con Jesucristo: el Señor se muestra, habla, actúa y la comunidad cada vez más cercana a Él, escucha, reacciona y acoge».

En la tercera, «la Iglesia orante, acogiendo la Palabra del Señor, se transforma» y «la asamblea (...) recibe aliento para el arrepentimiento, la conversión, la perseverancia, el crecimiento en el amor y la orientación para el camino».

«El Apocalipsis -finalizó Benedicto XVI- nos presenta una comunidad reunida en oración, porque es efectivamente en la oración donde advertimos de forma cada vez más acentuada la presencia de Jesús con nosotros y en nosotros. Cuanto más y mejor rezamos con constancia e intensidad, más nos asimilamos a Él y Él entra verdaderamente en nuestra vida y la orienta, dándole alegría y paz. Y cuanto más conocemos, amamos y seguimos a Jesús, más sentimos la necesidad de detenernos para rezar con Él, recibiendo serenidad, esperanza y fuerza en nuestra vida».

 

7 comentarios

JMMCBXVI
Hermosa serie de catequesis papales acerca de la oración cristiana. Bien está que el Santo Padre toque de lleno el tema. Llevamos unos cincuenta años de empobrecimiento épico (y de época), cual si el Vaticano II hubiera suprimido la vida de oración en la Iglesia. Pero quizás nunca como ahora oramos tan poco... y así nos va en las pastoral. ¡Bienvenidas sean las catequesis orantes de Benedicto XVI!
5/09/12 3:24 PM
rastri
-Lo siento: No he entendido nada de lo que aquí dice Benedicto XVI sobre el Apocalipsis.

-Y todo esto a pesar de que me ha sido dado el privilegio de calcular; Y ver y medir la ecuación del egocéntrico radical involutivo temporal cuyo número de la Bestia es "menos 6,6,6"; Y el exocéntrico potencial evolutivo espacial cuyo número de Hombre es "más 6,6,6". (Ap.13,18)

-Dicho de otro modo: Se me ha dado el privilegio de ver y medir; cuánto y hasta dónde, por causa de su rebeldía contra Dios, se ha hundido el llamado Luz Bell; Y cuánto y hasta dónde Dios, ha elevado al Hombre hasta llamarle y ser hijo de Dios.
5/09/12 6:10 PM
Sergio
El apocalipsis es el que se va a desatar en cuanto Israel ataque las centrales nucleares de Irán. Dios está con su pueblo, no se ha olvidado de su pacto.
5/09/12 6:15 PM
Pepito
Rastri:

Ten en cuenta que en la ecuación del egocentrico radical involutivo temporal el factor de autoescucha de Luz Bell a sí mismo y de falta de escucha a la Palabra de Dios, y por tanto la falta de oración, es lo que hace que Luz Bell se iguale a Dios soberbiamente e incurra en el menos 6,6,6.

Y pienso que en el exocéntrico potencial evolutivo espacial que eleva al hombre hasta llamarle hijo de Dios tiene vital importancia la escucha de la Palabra de Dios que nos interpela y exige nuestra respuesta y por tanto nuestra oración, que no es otra cosa que hablar con el Dios que previamente nos ha dirigido Su Palabra y así quedamos elevados al más 6,6,6.
5/09/12 10:55 PM
rastri
Pe-pito

-Tú a lo tuyo.

-Que al igual que el primitivo gasterópodo, preso de la -"egocéntrica"- oscura morada de su eterna sequedad; Es lerdo y lento en la "exocéntrica" llamada al natural crecer y en gracia de Dios medrar que es el verdadero evolucionar.

-Y con esto no quiero decir que al demonio Satanás se le haya negado la posibilidad de arrepentirse y volver a Dios.

Lo dicho: Díjole entonces Jesús: -Apártate, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo darás culto. (Mt.4,10)

- A lo que yo añado: Darás culto a Dios, convencido, de grado por la fuerza de la evolutiva razón; O por la penosa sin razón de la involutiva fuerza que es la condenación.

-Al menos es lo que el postulano de la gran ecuación dice por lo que siendo, debe de ser y será:
-Esta tercera energía -el mundo Universo reino de Satán- está en relación de proporción directa al tiempo que pasa más su naturaleza sometida, -el pecado-, E inversa al tiempo más su naturelaza libre -la gracia de Dios-


-Que todo lo que de Dios procede, aunque contra su Dios se haya rebelado, tiene un infinito principio menor -gusano que nunca muere- que siempre es y será Dios, principio de Dios.
6/09/12 7:47 AM
Pepito
Rastri:

Pienso que el demonio ha caído de manera tan contumaz en el mal que no tiene ni tan siquiera la posibilidad de arrepentirse. Igual que todos aquellos que le siguen y son condenados como él.

Si el diablo y los condenados tuviesen siquiera una leve posibilidad de arrepentirse, Dios les concedería su Gracia, pero la voluntad de los condenados ya está de tal manera obstinada en el mal, que por mucha gracia que Dios les enviase no se arrepentirian de su soberbia, por la que en desigual ecuación espiritual ontológica pretendieron igualarse al sólo y excelso Dios. Por eso San Miguel se opuso firmemente a tal igualación inicua afirmando !Quien como Dios¡

Dios le dió a Luz Bel la gracia para resistir y vencer la tentación de soberbia de considerarse en desigual ecuación como igual a Dios, pero una vez caído en dicha soberbia ya no tiene posibilidad de arrepentirse y su caída en el menos 6,6,6 es inamovible.
6/09/12 11:42 PM
masu
Sergio, se estan dando las cordenadas para la Batalla de Argameron,
10/09/12 5:24 AM

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