(Efe) Los ocupantes acusaron a la Iglesia de usurpadora y señalaron en un comunicado que se trataba de «una recuperación de carácter indefinida, pacífica y productiva, en busca de ejercer el derecho ancestral» sobre ese territorio.
Desde los años noventa, algunos grupos de mapuches se enfrentan a empresas agrícolas y forestales por la propiedad de tierras que consideran ancestrales, aunque algunas de sus acciones también se han dirigido contra agricultores y pequeños empresarios.
El pasado viernes, medio millar de indígenas se manifestaron en el centro de la capital chilena en contra de lo que consideran como represión policial que han sufrido en los últimos días en la zona de la Araucanía.
Asimismo, el grupo protestó por el envío de más policías a esa zona, situada unos 570 kilómetros al sur de Santiago, escenario de diversos actos violentos en el contexto del llamado conflicto mapuche, la principal etnia indígena del país.
En tanto, tres mujeres pertenecientes a la Alianza Territorial Mapuche permanecen desde el jueves encerradas en la sede de la Unicef en Santiago, lo que ha obligado a desalojar las oficinas, de acuerdo al protocolo de Naciones Unidas.
Las mujeres piden a Unicef que solicite al Gobierno el retiro de las fuerzas policiales de las comunidades mapuche en La Araucanía, después de que tres niños recibieran perdigones por parte de Carabineros el pasado 23 de julio.