La institución familiar saldrá debilitada

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina explica por qué la Iglesia se opone a la reforma del Código Civil

Las razones por las que la Iglesia la reforma del Código Civil y la opinión sobre otras leyes impulsadas por el gobierno, fueron abordadas en una entrevista de Infobae al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Mons. José María Arancedo. El prelado habló además sobre la relación de la Iglesia con el Gobierno Nacional, que definió como «respetuosa», y dijo que el problema de la pobreza es «estructural».

(InfoBae) A finales del pasado mes de marzo, la presidente Cristina Kirchner presentó el anteproyecto de reforma del Código Civil, que será tratado por una comisión creada a tal efecto,  presidida por el juez de la corte suprema, Eugenio Zaffaroni, e integrada por los diputados nacionales Ricardo Gil Lavedra (UCR) y Federico Pinedo (PRO), la ex diputada nacional María Elena Barbagelata (FAP) y el ex camarista León Arslanián. 

Entre las reformas que se prevén, figuran importantes cambios sobre el matrimonio, el divorcio, y la concepción de familia

-¿Cómo evalúa el cambio de denominación respecto del vínculo parental, cuando el proyecto evita hablar de padre y madre para referirse a una “relación filiatoria”?

Una de las cosas más esenciales de una persona es el conocimiento de su identidad, y en eso están las relaciones filiatorias. Paternidad, maternidad, filiación. Poner esa famosa voluntad procreativa como única respuesta a un chico que no tiene un padre, una madre reconocible, sino la voluntad  procreativa de dos adultos que han querido tener un hijo, pienso que es un cambio que lesiona la  dignidad de la vida. Las relaciones filiatorias de una persona hacen a su propia identidad. Espero que cuando (el proyecto) entre en la etapa legislativa haya tiempo de madurez, de reflexión, de serenidad, y que se vean no solamente los derechos de los adultos. Acá se privilegia una especie de “adultocentrismo”: es el adulto el que tiene derechos, pero no el niño. 

-¿Pero reconoce la existencia de familias que no están conformadas bajo la forma tradicional, más aún, avaladas por la ley de matrimonio igualitario?

Ustedes saben que para la Iglesia el matrimonio se fundamenta en la diversidad sexual que no es oposición, es una diversidad orientada a la complementariedad y a la vida. Por lo tanto, hablar de matrimonio igualitario no es correcto. Sucede que está el temor a la palabra discriminación, como si fuera discriminatorio distinguir. Lo que se distingue no se opone ni se enfrenta. 

-El hecho de que para el nuevo código los cónyuges ya “no se deberán fidelidad”, ¿hará que haya más o menos divorcios? 

Es algo que hemos criticado porque el Código es algo modélico; se definen instituciones, relaciones de personas. Creo que con esto se disminuye y se desvaloriza lo que es el matrimonio y eso va a tener muchas consecuencias negativas para la sociedad. Se debilitan instituciones como el matrimonio y la familia. Eso creo que la sociedad tiene que pensarlo, evaluarlo.

El reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre el caso de una adolescente de 15 años de edad, que a fines de 2009 fue abusada por su padrastro, habilitó a las mujeres víctimas de una violación a practicarse un aborto sin necesidad de previa autorización judicial a la vez que exime a los médicos que las asistan, a ser penados por la ley.

- En muchas provincias el fallo de la Corte sobre el aborto no punible aún no se aplica, ¿es cierto que allí la Iglesia está desplegando una fuerte ofensiva?

La Iglesia ya ha dicho públicamente que ese fallo no es vinculante. Por otra parte creo que no se ajusta a la justicia plena. Pensar que se puede hacer un aborto a los seis, cinco meses, con la sola causante que -la madre del niño- ha sido violada, sin ninguna reprimenda al violador, creemos que eso está fuera de lo que es una legislación y el sentido de la ley. Sé que muchas provincias no han aprobado el protocolo. Uno lamenta ciertamente la violación, pero lo que existe ya es vida humana y esa vida merece respeto.

-¿Pero qué le diría a una mujer que ha sido violada y quiere someterse a un aborto?

Acompañarla y sentirme muy cerca de ella para sobrellevar el dolor, pero no agregar otro dolor, que es la muerte de lo que ella tiene. Yo creo que a esa chica –y tengo muchos testimonios-, cuando lleva adelante su embarazo, a pesar de tener una causa dolorosa, triste y negativa, la vida comienza a darle respuestas.

El mes pasado fue aprobada por unanimidad en el Senado de la Nación, la ley que otorga el derecho al reconocimiento de la identidad de género y a ser identificado de acuerdo con la vivencia interna de cada individuo en los instrumentos que acrediten su identidad. Respecto de la nueva norma, el arzobispo señaló que en ella "se desconoce un hecho biológico". 

"Se habla de la identidad de género como algo meramente cultural, que no tiene ninguna referencia a la realidad. Eso es un error. A un chico o una chica de tres o cuatro años que comienza a descubrirse en su sexo distinto, hay que ayudarlo a encontrar su identidad, y no que su identidad sea de acuerdo a cómo se sienta. Acá hay un error de base que es no tener en cuenta la realidad biológica como principio de su identidad sexual", apuntó Arancedo.

 -¿Y qué se debería implementar para que ello pueda llevarse a cabo?

Yo creo que la educación sexual debe estar desde jardín de infantes. Al chico y la chica hay que mostrarle que es lo que ella es, o lo que él es. Vos sos una mujer y tenés que ir creciendo, valorando y amando lo que sos. Sobre la base de lo biológico, hay que educar al hombre a ser hombre y a la mujer a ser mujer.

-Sin embargo la educación sexual que se está llevando a cabo hoy en las escuelas no va por ese lado.

Bueno, creemos que esto es un gran error. Vos sos varón, vos sos mujer. Entonces hay que formarlo en lo que es. Yo creo que este es el gran defecto que tiene. Se trata de desconocer el dato, la realidad, y poner todo en la creación cultural que esa persona tenga, cómo se sienta el día de mañana, que puede cambiar de opinión. Creo que esto no ayuda culturalmente. 

Hace nada más que dos semanas entró en vigencia la ley que amplía los derechos del paciente, quien tiene desde ahora "autonomía de la voluntad" para rechazar "medidas" médicas "de soporte vital" cuando tenga "una enfermedad irreversible, incurable o se encuentre en estadio terminal".

-¿Tuvo contacto con algún familiar que estuviera padeciendo la agonía de un ser querido por la aplicación terapéutica de la medicina?

Sí, la postura de la Iglesia es que hay cosas positivas. No hay por qué usar métodos extraordinarios para mantener una vida que ya se sabe que no puede seguir. Por lo tanto no hay que hacer un encarnizamiento terapéutico. Moralmente, la Iglesia siempre lo ha dicho, no es obligatorio mantener una vida artificialmente. Lo que sí la Iglesia mantiene es que la hidratación es un elemento que hace a la muerte digna.  Suprimir la hidratación es casi como una eutanasia pasiva. Lamentamos que se haya considerado como un método extraordinario. Es algo muy triste. Creemos que la hidratación de un paciente es algo natural y necesario para una muerte digna.   

- Luego de su reunión con la presidente Cristina Kirchner, usted dijo que la relación de la Iglesia y el Gobierno tenía que moverse en sana autonomía y cooperación. ¿A qué distancia se está de lograr esa armonía?

La autonomía y la cooperación son necesarias. El diálogo con el gobierno es respetuoso, es libre. Disentimos, evidentemente. Pero nuestra obligación es enriquecer a nuestro país con la palabra que uno tiene.

-¿Tiene prevista una futura reunión?

No, no sé inmediatamente, pero desde ya que sí. No hay ningún elemento para no tenerla. Cuando se den las circunstancias, con todo gusto. La relación es madura, de seriedad, de diálogo, de autonomía y de cooperación. No somos ni opositores ni oficialistas, somos pastores que tenemos el derecho y la libertad de hablar.

-Hace un tiempo manifestó “preocupación” por el tema de la pobreza. ¿Qué cambió desde entonces?

Nos preocupa. La pobreza es un tema que nos acompaña siempre. Pero no se puede negar que hay esfuerzos que se están haciendo. Lo que uno lamenta es que todavía como país nos cuesta salir de una pobreza estructural que es “la ausencia de”. Que puede ser de agua potable, cloacas, viviendas dignas. Hay que salir de un estado en el que, aunque pueda haber consumo, hay que trabajar mucho en esos elementos, así como en la educación.  

1 comentario

pedro de madrid
Monseñor Aranced, como la presidenta Cristina diga que hay que cambiar el código, incorporando conceptos diferentes que mantiene la Iglesia católica sobre el matrimonio, como el gobierno se basa en los votos otorgados por el pueblo argentino para (mal) gobernar, NO HABRÁ NADA QUE HACER, decia el PSOE que la Iglesia diria lo que es pecado pero ellos gobernaban a su manera (descristianizando). Sólo hay un culpable, el pueblo, que vota lo que quiere, y no piensan el daño que le hacen a Jesús Nuestro Señor, ¡pueblo católico argentino despierta y no te pesará!
4/06/12 12:00 PM

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