(Efe) Mons. Escobar aseguró que "la participación de la iglesia fue oportuna y muy buena en ese momento que se hizo, y ahora mas bien debe ser un compromiso de todos".
Al respecto, recordó que el presidente salvadoreño, Mauricio Funes, impulsa un diálogo nacional para la búsqueda de una salida al grave problema de la violencia.
"Lo de monseñor" Colindres "sólo fue una mediación, una súplica que él hizo, movido por los mejores sentimientos suyos, queriendo ayudar humanamente" a los jefes de pandillas presos que pactaron la "tregua", añadió el prelado.
Mons. Colindres anunció el 20 de marzo pasado que los cabecillas de las pandillas Mara Salvatrucha (MS) y Mara 18 (M18) alcanzaron la "tregua" para dejar de cometer asesinatos y que él intervino ante las autoridades para que se mejoraran sus condiciones de reclusión.
El prelado hizo el anuncio días después de que los jefes de maras fueran trasladados de un penal de máxima seguridad a otros con menos restricciones, en medio de una polémica por acusaciones al Gobierno de que había negociado con esos grupos para disminuir los crímenes.
El Gobierno negó esas acusaciones, pero reconoció que "facilitó" las gestiones de Colindres y que permitió el traslado de los reos para que comunicaran a los miembros de sus pandillas los términos de la "tregua".
Las autoridades salvadoreñas afirman que el pacto entre la MS y la M18 ha permitido bajar el promedio diario de asesinatos de 14 a entre cuatro y cinco, aunque también proclaman que esta disminución es producto de la efectividad de la Policía Nacional Civil (PNC).
Sin embargo, las autoridades reconocen que se mantienen las extorsiones y otros delitos cometidos por los pandilleros. La MS, la M18 y otras pandillas suman unos 64.000 miembros en todo el país, según datos policiales.
Escobar apuntó que la iglesia salvadoreña sigue abierta a colaborar con el Gobierno en este proceso contra la violencia, pero insistió en que la solución definitiva no está en sus manos.
"¿Qué capacidad tiene la iglesia para resolver un problema de tal envergadura?", preguntó, y recordó que la violencia involucra aspectos de seguridad, jurídicos y económicos, entre otros.
"No tenemos recursos humanos ni económicos" para asumir esa responsabilidad, "nuestro poder es moral, nada más", puntualizó, al reiterar que la solución está en manos del Gobierno con la colaboración de la sociedad salvadoreña.
"Creo que esto es lo que está haciendo el señor presidente cuando convoca a los distintos sectores y dialoga para diseñar un plan nacional" de seguridad; "la iglesia no tiene en sus manos eso", insistió.
Funes se ha reunido en las últimas semanas con organismos empresariales, académicos, medios de comunicación y otros sectores en busca de perfilar una estrategia para combatir la violencia.