Misa en Villavicencio para que todo salga bien

Todo listo para la liberación de los secuestrados por las FARC

Los helicópteros y la misión humanitaria que recogerán al primer grupo de diez rehenes que las FARC prometieron liberar llegaron procedentes de Brasil a la ciudad colombiana de Villavicencio, donde ultiman esta delicada operación. Las aeronaves tienen previsto salir a primera hora del lunes hacia algún lugar de la selva para recoger a los policías y militares que integran el último grupo de rehenes en poder de esa guerrilla y el más antiguo, con más de trece años de cautiverio.

La portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), María Cristina Rivera, explicó a Efe que sus delegados ultiman también los detalles, lo mismo que la organización Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), que lidera la exsenadora Piedad Córdoba.
Todos ellos llegaron con las aeronaves desde Sao Gabriel da Cachoeira, donde ayer se aseguraron que los helicópteros tuvieran visibles los emblemas de la Cruz Roja.
Villavicencio, capital del céntrico departamento del Meta, es ya un hervidero de familiares de secuestrados, exrehenes, entre ellos el gobernador de ese departamento, Alan Jara y quien pasó ocho años en cautiverio por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2009, así como prensa colombiana e internacional.
Una misa en la catedral de Nuestra Señora del Carmen reunió a los familiares para pedir por el regreso sin contratiempos de sus seres queridos.
Los secuestrados, entre 1998 y 1999, que encontrarán la libertad son los militares Luis Alfonso Beltrán Franco, Luis Arturo Arcia, Robinson Salcedo Guarín y Luis Alfredo Moreno Chagüeza, además de los policías Carlos José Duarte, César Augusto Lasso Monsalve, Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero, José Libardo Forero y Wilson Rojas Medina.
Rivera reveló que el CICR ha visitado a cada una de las familias para recolectar fotos recientes que los delegados de la misión mostrarán a los uniformados una vez que hayan sido entregados por la guerrilla y estén en el helicóptero de camino a Villavicencio.
Una vez sean liberados, los uniformados se encontrarán con sus familiares y con un grupo de mujeres internacionales lideradas por la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz en 1992 y premio Príncipe de Asturias en 1998, testigos de excepción.
"Nuestra delegación es una delegación de distinguidas personalidades, personas que han luchado durante muchísimos años, que hemos vivido en carne propia los conflictos internos y venimos aquí a acompañar" el proceso, dijo hoy Menchú en Bogotá, antes de viajar a Villavicencio.

 

(Efe) La portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), María Cristina Rivera, explicó a Efe que sus delegados ultiman también los detalles, lo mismo que la organización Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), que lidera la exsenadora Piedad Córdoba.

Todos ellos llegaron con las aeronaves desde Sao Gabriel da Cachoeira, donde ayer se aseguraron que los helicópteros tuvieran visibles los emblemas de la Cruz Roja.

Villavicencio, capital del céntrico departamento del Meta, es ya un hervidero de familiares de secuestrados, exrehenes, entre ellos el gobernador de ese departamento, Alan Jara y quien pasó ocho años en cautiverio por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2009, así como prensa colombiana e internacional.

Misa para que todo salga bien

Una misa en la catedral de Nuestra Señora del Carmen reunió a los familiares para pedir por el regreso sin contratiempos de sus seres queridos.

Los secuestrados, entre 1998 y 1999, que encontrarán la libertad son los militares Luis Alfonso Beltrán Franco, Luis Arturo Arcia, Robinson Salcedo Guarín y Luis Alfredo Moreno Chagüeza, además de los policías Carlos José Duarte, César Augusto Lasso Monsalve, Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero, José Libardo Forero y Wilson Rojas Medina.

Rivera reveló que el CICR ha visitado a cada una de las familias para recolectar fotos recientes que los delegados de la misión mostrarán a los uniformados una vez que hayan sido entregados por la guerrilla y estén en el helicóptero de camino a Villavicencio.

Una vez sean liberados, los uniformados se encontrarán con sus familiares y con un grupo de mujeres internacionales lideradas por la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz en 1992 y premio Príncipe de Asturias en 1998, testigos de excepción.

"Nuestra delegación es una delegación de distinguidas personalidades, personas que han luchado durante muchísimos años, que hemos vivido en carne propia los conflictos internos y venimos aquí a acompañar" el proceso, dijo hoy Menchú en Bogotá, antes de viajar a Villavicencio.

 

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