(EFE/InfoCatólica) En un discurso retransmitido por los medios locales, Jonathan afirmó que cinco municipios de Borno, región considerada como la sede de Boko Haram, cinco localidades de Yobe, cuatro de Plateau y una en Niger, se encuentran ahora en estado de emergencia.
La medida impuesta por Jonathan se produce casi una semana después del ataque con explosivos del grupo islamista Boko Haram sobre iglesias cristianas el día de Navidad en las localidades de Madalla, cerca de Abuya, Jos, la capital del estado norteño de Plateau, y Damaturu, en el estado de Yobe, también en el norte.
Los atentados, de los que se responsabilizó Boko Haram, causaron 49 muertos y más de 60 heridos.
Según el presidente, esta acción es necesaria “porque los ataques (de Boko Haram) han amenazado a la seguridad colectiva y desestabilizado los pilares de la existencia de Nigeria como nación”. “Lo que comenzó como una crisis sectaria en el noreste del país ha evolucionado gradualmente y se ha convertido en actividades terroristas en distintas partes de la nación”, apuntó Jonathan.
Bajo el estado de emergencia dictado por Jonathan, tanto el Ministerio de Defensa como la Policía han recibido instrucciones de establecer medidas apropiadas para asegurar la protección de la vida y propiedad de los residentes de las zonas afectadas del país.
Cooperación máxima para controlar la situación
A primera hora de hoy, el presidente de Nigeria visitó los restos de la Iglesia Católica de Santa Teresa, en la localidad de Madalla, donde tuvo lugar una de las explosiones, y aseguró: “Algunos están explotando la situación para su propio beneficio. Pero un ataque terrorista en cualquier parte de la nación es una ataque sobre todos nosotros”, afirmó Jonathan. “De forma colectiva, conseguiremos controlarlo y finalmente lo aplastaremos”, añadió.
Nigeria es el país más poblado de África, con más de 150 millones de habitantes, en el que alrededor del 50 por ciento son musulmanes, la mayoría de los cuales residen en la mitad norte, y el otro 50 % son cristianos, asentados en la mitad sur.
Las explosiones perpetradas por Boko Haram provocaron el temor que el movimiento de formación parecida a la de los Talibanes y cuyo nombre significa “la educación occidental está prohibida” esté intentando reavivar los conflictos sectarios en Nigeria, la nación más poblada de Africa y un importante productor de petróleo.
“La crisis ha asumido una dimensión terrorista”, dijo Jonathan. “Por tanto insto a que el liderazgo político (en los Gobiernos locales del norte) entreguen una cooperación máxima para asegurar que la situación sea mantenida bajo control”, añadió.